Revista Opinión

Terror Social: Una patología cultural

Publicado el 02 enero 2017 por Carlosgu82

Llega un punto en nuestra vida en que se nos da la “opción” de elegir, bajo el criterio de nuestra experiencia, las corrientes e ideales que consideraremos correctos o acertados para aplicar en nosotros mismos, y estos definen nuestra cosmovisión y perspectiva del mundo a futuro, por lo tanto es de suma importancia saber elegir, pero más importante que saber que elijes es saber que pudiste haber escogido otro ideal, concordar con otra corriente. Esto no se nos puede olvidar: Tu opción es tan válida como la de cualquier otro. Y es cuando olvidas esto que surgen los problemas religiosos, políticos, culturales, etc. Lamentablemente nadie respeta a nadie, mucho menos se respetan las ideas.

Debemos dejar de jugar a los ciegos y hacernos los sordos, especialmente en el contexto del mundo en el que vivimos, y de una vez por todas aceptar la verdad: en latinoamérica, en el mundo, hay, hubo y habrá persecuciones políticas. Es un hecho indudable que en el periodo de las dictadura hubieron problemas de censura y de terror de estado graves, hubo persecuciones que terminaron en cientos de personas alejándose del país (país que no le pertenece a ninguna corriente) y de su familia para no morir. Esto lo sabemos todos, pero que pasa si te digo que hoy, en tu país hay censura, terror de estado, discriminación,etc?

Todos estos problemas sociales que se han dado en los años recientes fueron permitidos y provocados por los medios de comunicación, pero no hemos sido lo suficientemente perspicaces para darnos cuenta de que se nos oculta la realidad en nuestra nariz: Se nos está entreteniendo con falsos problemas, y no hemos alcanzado un nivel mayor de abstracción que nos permita ver la realidad del control civil que se hace de las masas, tenemos una falsa sensación de empoderamiento que se reduce a creer que en nuestras manos está el cambio, pero no sentimos el peso que el ordenamiento social nos ha entregado. Es una falsa rebelión de las masas, pero el abuso no se provoca con el terror, sino con el entretenimiento barato, ¡Es el macartismo del siglo XXI!, en nuestra época la cacería de brujas es aceptada por todos y consiste en meter a los realmente “diferentes” al manicomio y negarles su libertad hasta que no expresen ideas “normales”. Estamos limitados a escoger entre empirismo o racionalismo, capitalismo o comunismo, izquierda o derecha, teísmo o ateísmo, y todo cae en el mismo nivel de banalidad que la elección de un equipo de fútbol, se nos olvidó el verdadero corazón del mensaje “sapere aude”.

Estamos siendo perseguidos, pero no nos escondemos, sino que mentimos: a la gente y a nosotros mismos, le mentimos al sistema para no parecer locos, para poder encajar, nos negamos a nosotros mismos, estamos en medio de la persecución y no queremos ser los perseguidos, por eso nos unimos al bando contrario y traicionamos a nuestra mente, haciéndole creer que somos libres, pero no es así, y nunca lo será. Ojalá nadie sospeche lo que se te vino a la mente el otro día, porque te condenarían sin pensarlo dos veces, y serías culpable del delito más grande: Aceptarte a ti y a los demás.


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