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Terrores nocturnos: qué son, sus causas y cómo afrontarlos

Por Serpapas @ser_papas

¿Tu hijo se despierta a media noche gritando desesperado y no sabes cómo consolarle? ¿A pesar de los gritos te parece que tu pequeño no está despierto?

Si la respuesta es sí, es muy posible que tu hijo tenga terrores nocturnos. Los terrores nocturnos nos producen mucha preocupación a los padres, por lo inesperado y lo dramático que a simple vista parece lo que está ocurriendo. Sin embargo, a pesar de lo grave que  parece no esconde ningún problema serio más allá del mal rato que pasamos nosotros y el peque.

terrores nocturnos

¿Qué son los terrores nocturnos?

Los terrores nocturnos son episodios de llanto y gritos del niño que se producen mientras está dormido de forma inesperada. Es muy importante diferenciarlo de pesadillas y de los miedos nocturnos, porque la forma en que tenemos que comportarnos es diferente. Tu hijo tiene terrores nocturnos si:

  • Se producen en el primer tercio de la noche
  • El peque está dormido y de repente grita con pánico intenso. Puede llorar, gritar y mostrar una gran agitación de brazos y piernas.
  • Aunque se le intenta consolar parece que no da resultado
  • Se observa un miedo muy intenso y sudor frío
  • Si se le despierta, el pequeño está desorientado y no recuerda nada
  • Si no se le despierta, el niño puede seguir durmiendo como si no hubiera pasado nada
  • Al día siguiente el niño no recuerda nada de lo sucedido

Los terrores nocturnos son más frecuentes entre los 2 y los 3 años, aunque pueden aparecer a lo largo de toda la infancia y son muy raros en adolescentes y adultos.

¿Cuáles son las causas de los terrores nocturnos?

Hasta el momento no se ha identificado una causa concreta que pueda explicar los terrores nocturnos. Entre los psicólogos y expertos del sueño parece existir un consenso en señalar que se producen por una inmadurez normal del desarrollo cognitivo, es decir, se debe a que el niño está creciendo y todavía tiene muchas conexiones por hacer en su cerebro, pero no implica que tenga ningún problema, retraso o patología.

En algunos estudios realizados sí se han señalado algunos factores que podrían facilitar la aparición de terrores nocturnos.

  • Tensión emocional, ansiedad y estrés
  • Episodios febriles
  • Falta de sueño o cansancio excesivo
  • Cambios en las rutinas de sueño (acostarse muy tarde, cambio del lugar donde se duerme, etc.)
  • Problemas escolares o familiares

Los terrores nocturnos no suponen, en principio, ningún problema grave. En general, desaparecerán con el tiempo y el niño, no va a recordar nada de lo sucedido.

¿Qué hacemos cuando el peque tiene terrores nocturnos por la noche?

Es muy importante que los papás nos tranquilicemos, no tiene sentido aumentar el pánico en casa dramatizando la situación. Es difícil no asustarse, es cierto, pero no vamos a ayudar a nadie si nos ponemos nerviosos. Algunos consejos pueden ayudar a tomárselo con más tranquilidad:

  1. Acude cerca de donde esté tu peque si no lo estabas ya. Aunque no vayas a despertarle es importante asegurarte que está bien, que no se va a hacer daño y que vuelve a dormirse.
  2. Si no se despierta él, no le despiertes. No son pesadillas que vayan a acabar porque se despierte, es importante diferenciarlo. Si le despiertas solo vas a conseguir que se desoriente y posiblemente entorpecer que vuelva a conciliar el sueño tranquilo.
  3. No le cojas si no es necesario. Solo si está muy agitado y mueve brazos y piernas puedes cogerle con firmeza para protegerle.
  4. Puedes tocarle suavemente y hablarle en susurros para tranquilizarle, pero sin despertarle.
  5. Si se despierta, tranquilízale con voz calmada y haz lo posible para que vuelva a dormirse.

Al día siguiente, tu peque no va a recordar nada de lo sucedido, con lo que no tiene sentido hacerle preguntas ni tratar de que lo recuerde. Es mejor dejarlo pasar y estar pendientes de las cosas que podemos hacer para prevenir los terrores nocturnos.

¿Qué podemos hacer para prevenir los terrores nocturnos?

En principio, no se considera un problema que requiera un tratamiento clínico, en la mayoría de los casos, tal como han venido los terrores nocturnos se marcharán y no volverán a aparecer. Sin embargo, sí parece que ciertas características de los ritmos que tiene el niño durante el día pueden fomentar que aparezcan terrores durante la noche. Algunas pautas que puedes poner en marcha son:

  1. Asegúrate que tiene el tiempo que necesita para dormir una siesta en un lugar tranquilo. No es necesario ni recomendable que el ambiente sea similar a la noche, pero si el ambiente es muy ruidoso puede que el sueño no sea de calidad, y aunque haya dormido el sueño no ha sido reparador.
  2. Ordena la rutina de sueño. Los niños no son tan flexibles como los adultos con sus ritmos de vigilia y sueño, por lo que cualquier modificación la sufren mucho más. Por supuesto hay que ser flexibles, pero intentar mantener una rutina estable es fundamental para asegurar que el peque duerme lo que necesita.
  3. No dejes que llegue muy activo a la hora de dormir, el ritmo tiene que ir descendiendo de forma progresiva antes de irse a la cama. Después de un baño divertido y la cena es mejor escuchar un cuento en un ambiente tranquilo que jugar a actividades muy movidas.
  4. Pregunta en la escuela si se ha producido algún cambio. Cualquier cosa puede ser importante, conflicto con algún compañero, cambio de profesor de referencia, introducción de alguna actividad que no esté llevando bien. El estrés parece un factor importante en los terrores nocturnos.
  5. Evita que vea imágenes muy vívidas durante el día. Determinados juegos, películas y series pueden no ser adecuadas para según qué edad. Unas imágenes muy impactantes pueden luego aparecer durante la noche.

En general, no es necesario acudir a ningún especialista si nuestro hijo tiene terrores nocturnos, teniendo en cuenta las pautas para prevenirlos y para actuar si se producen lo normal es que con el tiempo desaparezcan. Si persistieran demasiado tiempo, no dejan que el peque concilie el sueño o se repiten durante la noche, entonces sí tenemos que plantearnos una visita al especialista para que pueda evaluar la situación.

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