Revista Opinión

TERRORISMO ANIMALISTA. Hoy, hace 20 años. 26 de julio de 2002

Publicado el 26 julio 2022 por Cronicasbarbaras

En España se pican, agujerean y acuchillan seis mil toros y novillos anuales, y en EE.UU. un científico que experimentaba en gatos un tratamiento antisida tuvo que abandonarlo porque dos organizaciones contra la crueldad con los animales trataron de asesinarlo.

Teóricamente, Michael Podell, investigador de la Universidad de Ohio, podría trabajar mejor en España, un país en el que se mata animales como espectáculo y sin remordimientos.

Pero quizás sufriría muy pronto también aquí las mismas coacciones, porque somos muy miméticos con las emotividades estadounidenses de moda.

Muchos investigadores de los dos países de la vanguardia médica, EE.UU. y el Reino Unido, están padeciendo el mismo problema: las asociaciones proanimales bloquean sus estudios, de importancia capital, y los aterrorizan enviándoles bombas; dulces y cariñosos defensores de animales, dispuestos a asesinar a seres humanos.

Paradoja sobre sarcasmo, unas personas aplauden como arte la muerte pública de animales, y otras impiden usarlos para salvar vidas, incluidas las suyas propias.

Un trabajo encargado por la Cámara de los Lores británica, hecho público esta semana, ha concluido que no hay modelos eficaces, sustitutivos de las cobayas y otros animales, que, aunque es indeseable que se usen para buscar productos como los cosméticos, son imprescindibles para el avance de la salud.

Los investigadores con animales deberían trabajar en España; aunque ya aparecieron aquí, por ese patán mimetismo, sociedades que no se pronuncian sobre los toros, porque sería antipopular, y sí contra el imprescindible uso científico de animales.


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