Revista Cine

Testigo De Cargo

Publicado el 16 noviembre 2010 por Moviefan
Testigo De Cargo
Título Original - Witness For The ProsecutionAño - 1957Director - Billy WilderElenco - Tyrone Power, Marlene Dietrich, Charles Laughton, Elsa Lanchester, John Williams
Película absolutamente tramposa e inverosímil, con un final ridículo, precipitado, que manipula desde lo más básico. La trama no se sostiene por sí misma, está claro. Pero la sostiene, entre trapisondas varias, el propio espectador. Y la sostiene un poco por la simpatía que le genera Laughton y un poco sin saber porqué, pero con un interés que no le prestaría, normalmente, a una película actual de estas características.
Quizás sí sea una obra maestra, aunque a mí no me lo parezca. Y si finalmente lo fuera lo sería por unos diálogos estupendos, un guión milimétrico en su despropósito pero de tremenda precisión técnica, etc. Pero sobre todo, creo yo, lo sería por su condición de película consistente, inoxidable; que está ahí, y ahí se queda. No la mueve ni el tiempo. Permanece fresca, joven. Aguanta la ventolera de los años y la marejada de sucesivas generaciones de espectadores.
Por ello, es digno de alabar el método mágico e indescifrable de algunos directores para generar películas (no sé si obras maestras o no, no entro en ese debate) capaces de mantenerse como el primer día, capaces de conectar con el espectador y hacerle vibrar 40 ó 50 años después (con lo difícil que es eso en el terreno audiovisual, nos criamos con imágenes y nos condicionan las imágenes).
Y no me refiero al cinéfilo medio, ni siquiera. Voy más allá, me refiero al aficionado a las películas, no al cine, que se traga lo que le echen siempre que sea en color y de no más de 15 años. Incluso ése, en su mayoría, se zamparía esta película sin rechistar. Y por muchas protestas que formule por el desenlace y por mucho que adelante su resolución (que lo hará), se lo pasará de parabienes con un espectáculo en que engañarle y sorprenderle no es lo prioritario (aunque le engañen), y porque se le ha contado de manera estupenda una historia entretenidísima, apuntalada con elementos (una introducción impecable, actores, guión y realización de soberbia capacidad narrativa) de primer nivel. Y en esos elementos radica la diferencia entre películas como ésta y el grueso del thriller sorpresivo actual. No existe comparación posible partiendo de confrontar finales y sorpresas... Esta cinta condensa un enorme trabajo artesanal en un desarrollo que va más allá del final, el disfraz, el acento o el cuchillo. Cuestiones irremisiblemente pasajeras puesto que se dirigen a un público concreto, a la sensibilidad y la ingenuidad, en este caso, de una época determinada. Pero... ¿contar bien una historia? Eso no tiene fecha de caducidad.
En esto de la longevidad de las películas Wilder es, probablemente, el gran especialista, el mejor (junto a Hitchcock). Siempre que busco cine clásico para ponérselo a no aficionados al cine recurro a ¡Qué bello es vivir! o al maestro Wilder. Siempre que busco cine imperecedero, ése que hace hincapié en el nudo tanto o más que en el desenlace, recurro a películas como ésta.
Y la verdad es que normalmente acierto. Bueno, Wilder... Wilder acierta. (Bloomsday: Filmaffinity)
 
 
Trailer en Youtube   Enlace Torrent
Envíalo a Keegy.com

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista