Revista Coaching

Testimonios de ¡Háblame!

Por Carlos Melero Bascones @Gotasdecoaching

El mes de septiembre ha sido intenso. Tanto, que he vivido momentos complicados en mi vida personal y, sobre todo, falta de tiempo para dedicar a las personas que quiero. Han sido varios talleres en poco tiempo, algunos requerían más preparación que otros y todos eran muy importantes.

Quiero compartir por qué ha merecido la pena un comienzo de año lectivo tan estresante.

Siempre digo que hago mi trabajo pensando en los chavales y que los adultos (profesores o padres) que atienden en los talleres no son mi foco, sino sus hijos o alumnos. No me importa molestar a la audiencia si con eso consigo provocar cambios que sirvan para mejorar la vida de los chavales.

En este mes he estado en varios centros y en todos he pedido opiniones sobre los talleres. En algunos he vuelto algunos días después y hemos tenido la oportunidad de compartir experiencias reales.

El comentario que más me gusta oír es que lo aprendido se puede aplicar de verdad con los chavales, esto lo escuche en La Ciudad Escuela de los Muchachos, donde los educadores querían herramientas para ayudar a los chicos a tomar las riendas de sus vidas. A ellos les ofrecí la versión para profesionales del curso " ¡Háblame!" y les encantó. Vimos teoría, ejemplos reales e hicimos simulaciones, sus comentarios fueron que las técnicas son prácticas, aplicables y útiles de verdad.

También estuve en un colegio dos días de dos semanas distintas y allí me contaron cómo habían aprovechado lo aprendido para el aula. Fueron tantas cosas que decidí anotarlas:

  • El profesor de lengua utilizó lo visto en el primer taller para que sus propios alumnos pensaran y descubrieran para qué querían y necesitaban esa asignatura.
  • Otro profesor consiguió cambiar el ánimo de un alumno desmotivado sólo con una pregunta bien formulada y cargada con una asunción positiva, como vimos en el apartado de preguntas poderosas.
  • El profesor de educación física utiliza las técnicas para dirigir la conciencia de los chicos hacia una reflexión sobre su propio comportamiento.
  • En otro caso, utilizaron con sus alumnos algo que nosotros vimos nada más empezar el taller: "¿Qué te gustaría twittear en 2050?" Descubrieron el poder de una buena pregunta para generar motivación auténtica y descubrimiento sobre lo que cada uno quiere en su vida. Confirmaron como pueden utilizar algo tan sencillo para que los chicos rompan sus barreras y piensen qué quieren para ellos mismos en el futuro.
  • También hubo quien definió una dinámica para la tutoria basada en lo que habíamos visto en el taller.
  • Una profesora enfrentó a un alumno rebelde y le ayudó a reflexionar sobre su propio comportamiento de forma que se produjo un cambio de conducta sin exigirlo, sólo a través de la toma de conciencia.
  • Un profesor creó un apartado específico en su asignatura sobre "preguntas poderosas".

Y no sólo he compartido tiempo con tutores y docentes, también he estado todo el fin de semana con madres. He compartido 11 horas con ocho madres comprometidas con sus hijos que han asistido al curso "¡Háblame!" de septiembre. La modalidad intensiva ayuda a vivir el curso de una forma especial y ellas también me dieron su opinión:

  • Me siento ahora renovada, con otro ánimo. Me ha parecido práctico, claro y directo. Echo en falta más horas.
  • Estoy deseando ponerlo en práctica.

También he recibido un par de correos electrónicos que su autoras me ha permitido hacer públicos.

Hoy es lunes y, después del fin de semana con Carlos y mis compañeros con los que compartí el curso "Háblame", mantengo firmemente la convicción de la importancia de la comunicación con nuestros hijos y de que este camino con ellos siempre puede mejorarse. Un curso de conocimiento y autoconocimiento en la comunicación, de acciones concretas desde la sinceridad y la coherencia con nosotros y con ellos, de dinámicas dirigidas por el amor que les tenemos y de un compartir lleno de honestidad. Carlos nos llevó a ser conscientes de lo que hacemos, cómo lo hacemos y para qué. Algo está cambiando y esto orgullosa de formar parte de ese cambio.

Marisol de San Teodoro Recio.
Coach Emocional, Sistémico Familiar y Educativo

¿Con qué me he quedado? Pues verás, me encanta estar con mis hijos, contemplarlos, observar su comportamiento, escucharles. Y entrar en una conversación con ellos sin presunciones, sin corsé, preguntando sin creer conocer la respuesta para ver que piensan, sienten y quieren de verdad, me parece una aventura impresionante. [...] Ayer, al volver del colegio, comentábamos la mañana. El pequeño de 6 años, hasta este año tenía muy claro lo que quería ser [...] pero el mayor no lo tiene tan claro, y ayer me dijo esta frase: " no sé mamá, estoy tan contento en mi infancia que no me imagino de adulto" Lo dijo riendo pero en serio. Me sentí feliz. La infancia son las raíces que le sostendrán siempre, pero la afirmación era un filón para conversar, para indagar en cómo se veía él, para darle las alas que necesita para volar. Te tenía presente en ese momento. Hubiese sido tan fácil haberle convertido en médico, casado, con un niño y una niña monísimos y con un chalecito no muy lejos de mami. Pero no, sólo le dije " ¿en serio?¿no sabes cómo te ves de adulto? Genial" Y nos reímos. Ahora, como en El Principito, le he dibujado una caja y él puede meter dentro el corderito que quiera y no el que yo le doy.

Agradezco mucho los comentarios y valoro enormemente que lo que hago sea realmente útil. Me emociona pensar en esos chicos que van a tener la oportunidad de crecer con menos barreras.

Es por esto que ha merecido la pena tanto esfuerzo.

Testimonios de ¡Háblame!

Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revistas