Revista Cine

Texto 32: Sydney Pollack reflexiona sobre el formato de pantalla ancha y su relación con la historia que se cuenta.

Publicado el 22 diciembre 2012 por Loquecoppolaquiera @coppolablogcine
Este texto de Sydney Pollack pertenece a una entrevista que se realizó en el año 2.001. Sydney Pollack incide en algo que a mi parecer es fundamental en la historia del cine. Y es la íntima relación que existe (o que debiera de existir) entre el formato y la técnica que un director articula y la historia que encauzan. Sydney declara cómo lo que queda en el fondo de los primeros planos, aquello que más elucida la pantalla ancha, tiene una función significativa en relación a lo que sucede en una historia. Sydney es de esos directores que pretende hablar con todas las elementos que se dan cita en la recreación de un filme. Aunque es cierto que Sydney nos es partidario de intelectualizar demasiado los rodajes. Hay muchas películas que se echan a perder precisamente por la excesiva racionalización de sus procesos. Esto le pasa a Martin Scorsese aunque en su caso sus películas lejos de echarse a perder, solo presentan un brillo más suave y más opaco de lo que podrían llegar a ser. Martin es muy intelectual, mide cada cosa al milímetro y sus películas dan fe de una frialdad desalmada y a veces hasta artificial. Como colofón a este comentario, dejo aquí las palabras de Sydney Pollack. Son las siguientes:
Incluso la proyección debe reflejar la idea central del filme. Por eso me gustaba tanto la pantalla ancha. La mayoría de las películas que hice en mis comienzos se rodaron para pantalla ancha, porque creo que te permite utilizar el fondo como reflejo, casi diría que como una metáfora de lo que está sucediendo en primer plano. Cuando hice Danzad, danzad, malditos, insistí en que se rodara para pantalla ancha y nadie entendió el motivo, porque transcurre en interiores casi todo el rato. Pero es una equivocación pensar que la finalidad de la pantalla ancha es mostrar grandes paisajes. La auténtica finalidad es componer fotogramas que tengan una gran tensión y movimiento en el interior, sacar imágenes que requieran un sentido del espacio. Y es que, aunque encuadres a dos personas en un primer plano, sigues teniendo espacio para ver el fondo que tienen detrás. Si hubiera rodado Danzad, danzad, malditos sin profundidad de campo, se vería a dos personas bailando y nada más. Se perdería la sensación de toda la locura que les rodea. 
Sydney Pollack
ANTONIO MARTÍN DE LAS MULAS

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