Textos constitucionales y derechos de los niños

Hace poco publicamos un post en referencia a la escasa representación que tienen los niños en la Constitución Española.

Seguro que sesudos constitucionalistas encontrarán razones y referencias comparativas. El derecho constitucional tiene sus expertos y no es un jardín en el que me guste pasear, más allá de recoger algunas flores. Pero hace unas semanas llegó a mis manos o, pudiera decir, a mi pantalla de ordenador, el texto de un borrador de la constitución de un futuro estado catalán. La polémica del soberanismo catalán es otro jardín al que no pido que me acompañéis. O sea que no espero que a nadie le provoque urticarias.

Revisado con espíritu crítico, para mi sorpresa, fue fácil hallar un hermoso artículo, el 9, cuyo texto dice:

De la especial protección a los menores

   1. Los menores de edad, y en especial, los niños, gozan de protección especial.
   2. Sin recortar la responsabilidad fundamental de padres y tutores, el Estado es garante del normal crecimiento y desarrollo personal de los menores hasta su mayoría de edad, de sus derechos inherentes de expresión, de educación y formación humana y de pensamiento libre, y del derecho a ser liberados del miedo y del desvalimiento.
   3. Los niños disfrutan, en todo caso, de la protección prevista en los tratados internacionales que velan por sus derechos.

Para un texto de 63 artículos, que en el inicial apartado de derechos figure destacado el artículo dedicado a los niños me congratula con los juristas que han emprendido el proceso de redacción. El texto fue promovido originalmente por el juez Santiago Vidal (Sant Sadurní d’Anoia, 1956) que es juez magistrado de la sala penal de la Audiencia de Barcelona. Santi Vidal es hermano de un compañero de trabajo, internista en mi hospital, y me consta que es una persona cabal.

Como decíamos en la entrada del 6 de diciembre, es posible que en un futuro los partidos políticos decidan proceder a una reforma constitucional. Suelen hablar de “abrir el melón” de la constitución, una metáfora agroculinaria bastante grosera y en la linea en que nos tienen acostumbrados los cenáculos madrileños. Y que supongo relacionada con la prevención que tiene la incertidumbre de abrir una fruta grande con corteza áspera, que tiene que satisfacer a muchos. Me parece una melonada irreverente. Modificar un texto constitucional es algo más serio que la chapuza que hicieron los dos partidos mayoritarios una tarde estival para intentar congraciarse con la cancillera Merkel, aparentemente sin mucho éxito. Entre otras cosas porque aplaza a las calendas grecas del año 2020 la aplicación efectiva de la norma (sic!).

En otros foros y aquí mismo nos hemos referido a aspectos genéticos mal conformados en el texto constitucional español cuando lamentamos la existencia de una forma de estado con más componentes de explotación ganadera que de racionalidad.

Los derechos de los niños son más antiguos, más importantes y, necesariamente, con más futuro que cualquier otro. Merecen más espacio en un nuevo texto constitucional.

X. Allué (Editor)