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The Devil's Candy, un caramelo muy oscuro

Publicado el 01 noviembre 2015 por Patrick Bateman @CinefiliasO
The Devil's Candy, un caramelo muy oscuroSeis años han tenido que pasar para que Sean Byrne, director de la muy recomendable The Loved Ones, nos presentase su segundo largometraje. Su ópera prima The Loved Ones, ganó el premio del público de la Midnight Madness en el Festival de Toronto. Y tras su paso por el Festival de Sitges en 2009, no se llevó ningún premio. Pero en general, ésta dejó muy buenas sensaciones entre la mayoría del público aficionado al terror y el gore, que ya teníamos ganas de ver un nuevo trabajo del cineasta.
El nuevo trabajo de Byrne, The Devil’s Candy, con un guión escrito por él, sin ser el colmo de la originalidad, se desarrolla con firmeza entre la imaginería de las casas encantadas, el cine satánico y los psychokillers.
Una combinación entre lo esotérico, lo siniestro y el horror más clásico. Ya sabemos que a Byrne le gusta mezclar distintas referencias y géneros, eso es algo que quedó bien claro en su primer film.
Jesse y Astrid compran una idílica casa en Texas, con espacio suficiente para que él pueda desarrollar su trabajo artístico. Al poco de mudarse, los cuadros de Jesse empiezan a adquirir un tono más oscuro e inquietante, como si una extraña fuerza poseyera su mente.

Contundencia visual y sonora

Como habéis visto en la sinopsis, The Devil’s Candy se desliza entre los tópicos propios del género. Con unos estereotipados personajes, pero totalmente funcionales, se nos presenta una historia vista mil veces, pero ejecutada con la misma contundencia que su banda sonora.
Su estilo barroco le presta a nuestras retinas, unas imágenes con la contrastada fotografía en colores cálidos de Simon Chapman (The Loved Ones). Una fotografía que se fusiona con las sombras artísticamente gracias a una soberbia y provechosa iluminación.
The Devil's Candy, un caramelo muy oscuro
La banda sonora compuesta Mads Heldtberg, que ha orquestado films como Cheap Thrills o You’re The Next, genera tensión con notas sostenidas. Además, como buen adorador del Metal que se declaró el propio Byrne, tenemos en la banda sonora alguna canción del grupo Sunn o))), autodeclarados como Drone Metal, adornan la película con sus atronadoras guitarras distorsionadas realzando la contundencia de la oscuridad de sus imágenes, aunque en los créditos finales nos deja escuchar un tema más comercial, en todo su esplendor, da cierre a la película el For Whom The Bell Tolls de Metallica.

Funcionales personajes

Como no podía ser de otra forma, todas las referencias metaleras, provienen de sus dos principales personajes, Jess Hellman y Zooey Hellman, padre e hija, amantes del metal. Interpretados con mucho acierto, por Ethan Embry y Kiara Glasco, respectivamente.
The Devil's Candy, un caramelo muy oscuro
Embry ha pisado, como extra, Habitación sin salida, película dirigida por Nimród Antal o series como C.S.I o Walking Dead. Aunque, pudimos verlo en todo su esplendor en Cheap Thrills. Titulada en nuestro país, Juegos sucios, el film tuvo una buena acogida en el Festival de Sitges en 2013.
El actor californiano, se pone en la piel de Jess Hellman, en una interpretación que desprende naturalidad, y con una evolución del personaje muy acorde a la propuesta. Su caracterización, a pesar de la sencillez, está muy lograda y dota de credibilidad al personaje en todas las fases de su papel, de la más absoluta normalidad a la más enfermiza ‘posesión’.
Mientras que la atractiva Kiara, guarda cierto parecido en sus rasgos con la Angelina Jolie adolescente, ejerce como Zooey Hellman, una auténtica heroína en su papel de hija adolescente e inadaptada, en cierta manera, es como Robin McLeavy en su papel de Lola en The Loved Ones. Aunque, Lola era mala, el personaje mantiene formas similares, un personaje con agallas y mucha fuerza interpretativa, además de carismático.
The Devil's Candy, un caramelo muy oscuro
La atractiva Kiara, que ha pisado un papel en la serie Cooper y una aparición fugaz en la última obra de David Cronenberg, Maps To The Stars, realiza la labor mencionada a la perfección.
En un plano secundario tenemos el papel de la madre, Astrid Hellman, interpretada por Shiri Appleby, manteniendo una trayectoria bastante televisiva, no ejerce una fuerza muy grande sobre el conjunto, digamos que está para dar mayor sentido a la historia.
Por último destacar actoralmente al imponente Pruitt Taylor Vince (Identidad) en el papel de Ray Smilei como psicópata asesino, uno de esos actores, que al igual que Forest Whitaker o Michael Berryman, no necesitan caracterización. Su aspecto natural ya encaja a la perfección en cualquier papel bizarro.
Puede que The Devil’s Candy no sea la séptima maravilla del cine de terror, al margen del previsible desenlace, que puede ser chocante. Es una propuesta sencilla, que como muchas otras películas de género, se toma sus licencias, pero nos deja un buen sabor de boca, muy a pesar de unos dubitativos efectos especiales en su tramo final. Un film que sin grandes artificios, denota pasión por el género de terror.
The Devil's Candy, un caramelo muy oscuro

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