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The Maltese Falcon: Una obra maestra del cine negro.

Publicado el 14 enero 2010 por Fantomas
The Maltese Falcon: Una obra maestra del cine negro.“The Maltese Falcon” (1941), es una cinta de cine negro del director John Huston, la cual está protagonizada por Humphrey Bogart, Mary Astor, y Peter Lorre.
En 1593, los Caballeros de la Orden de Malta decidieron obsequiarle al Emperador Carlos V una estatuilla de un halcón, realizada en oro macizo con incrustaciones de piedras preciosas, en agradecimiento a ciertas prerrogativas concedidas por el monarca. Sin embargo, esta maravillosa joya no llegó nunca a manos de Carlos V, ya que la galera en la que era trasportada fue asaltada por unos piratas. Cuatrocientos años después, el detective privado Sam Spade (Humphrey Bogart) y su socio, Archer (Jerome Cowan), aceptan el encargo de una muchacha (Mary Astor) que quiere averiguar dónde se encuentra su hermana, que ha desaparecido junto a Floyd Thursby, un hombre sin escrúpulos que supuestamente tiene el halcón.
The Maltese Falcon: Una obra maestra del cine negro.

En 1930, cuando Dashiell Hammett publicó su tercera novela titulada “The Maltese Falcon”, la Warner Bros le pagó la suma de $8.500 dólares por los derechos del escrito. Los ejecutivos del estudio le asignarían la adaptación a los guionistas Maude Fulton, Lucien Hubbard, y Brown Holmes, quienes “suavizarían” un poco la historia que estaría protagonizada por Ricardo Cortez, y que se titularía, “Dangerous Female” (1931). Tras el fracaso de dicha adaptación, pasarían cinco años antes de que la Warner intentara nuevamente adaptar la novela. En esta ocasión, Holmes se encargaría en solitario de escribir el guión de esta nueva cinta, la cual convertía al detective Sam Spade en un abogado llamado Ted Shayne, y al halcón maltés en un cuerno incrustado con joyas. Dicho film, protagonizado por Warren Williams y una joven Bette Davis, se titularía “Satan Met a Lady” (1936), y no obtendría mejores resultados que la adaptación anterior. Algunos años después, la misma Davis la recordaría como “una de la peores películas en las que he trabajado”.
Pese a estos fracasos, los ejecutivos de la Warner estaban convencidos del potencial de la obra de Hammett, por lo que intentaron adaptarla una vez más en 1941. Como ha ocurrido muchas veces en Hollywood, el resultado del proyecto se vio favorecido por una serie de felices accidentes. John Huston, quien en ese entonces se encontraba en la Warner trabajando como guionista, había exigido en su contrato la posibilidad de dirigir una película a su elección. Su elección para sorpresa de todos, sería realizar una nueva adaptación de la novela de Hammett, pese a los fracasos de sus anteriores versiones cinematográficas. Jack Warner solo aceptaría realizar un segundo remake de la cinta si Huston le presentaba un guión atractivo, el cual terminaría escribiendo junto a Allen Rivkin. El siguiente “accidente” tendría relación con el elenco del film. Para interpretar a Sam Spade, los ejecutivos de la Warner habían seleccionado a la estrella de las cintas de gangsters, George Raft. Sin embargo, el actor rechazó el papel, el cual luego le sería ofrecido a Paul Muni, Edward G. Robinson, y John Garfield, antes de que llegara a las manos de Humphrey Bogart. Por otro lado, pese a que Huston quería que la actriz Geraldine Fitzgerald para el rol de Brigid O´Shaughnessy, los ejecutivos de la Warner insistieron en que la más indicada para el papel era Mary Astor.

The Maltese Falcon: Una obra maestra del cine negro.

Completarían el reparto el actor de Broadway, Sidney Greenstreet (quien a sus 61 años, jamás había filmado una cinta); Peter Lorre, quien había adquirido fama internacional gracias a su papel en la cinta de Fritz Lang, “M” (1931); y el padre del director, Walter Huston, quien a través de los años participaría interpretando papeles secundarios en muchos de los films del director. Gran parte del éxito de la cinta se debe a la confianza que Huston tenía en el proyecto y en su equipo de colaboradores. El director estaba no solo estaba seguro del potencial que tenía la novela de Hammett (razón por la cual se apegó la más posible al escrito original), sino que también confió ciegamente en su director de fotografía, Arthur Edeson, cuyo manejo oscuro y casi claustrofóbico de la fotografía marcó el inicio del film noir en la industria hollywoodense. Además, Huston fue lo suficientemente astuto como para permitir que Bogart y su personaje se convirtieran en el núcleo de la cinta, lo que a final de cuentas colaboró a que el film sea considerado prácticamente como una obra maestra de principio a fin.
Y es que el Sam Spade de Bogart es un hombre frío y rudo. Cuando se entera que su compañero ha sido asesinado, no solo permanece inmutable, sino que además apenas se le presenta la oportunidad, besa a la viuda y declara su despreció por su difunto socio. Por otro lado, golpea a Joel Cairo (Peter Lorre) no solo porque debe hacerlo para sonsacarle información, sino porque el hombre lleva un pañuelo perfumado, algo que le produce un rechazo inmediato (la cinta tuvo algunos problemas con el código Hays por la supuesta homosexualidad del personaje de Lorre, pero Huston se las arregló para que no pasaran a mayores). No le gustan los policías, y en la única persona que confía es en su secretaria Effie (Lee Patrick), siendo un héroe bastante atípico para la época. La razón por la cual el personaje de Bogart causó tanto revuelo, es debido a que se trata de un hombre que vive en base a sus propias reglas, y debido a que su rudeza y su actitud ante la vida, esconden viejas heridas y sueños rotos los que le permiten conectarse con la audiencia. El Sam Spade de Bogart no solo lo llevaría a la fama, sino que además el personaje adquiriría vida propia, fusionándose eventualmente con la personalidad del actor.

The Maltese Falcon: Una obra maestra del cine negro.

Resulta curioso como por momentos la trama pasa a segundo plano, otorgándole un mayor protagonismo a los diálogos y a la interacción de Spade con el resto de los personajes involucrados en esta trama de engaño y decepción. El halcón maltés se convierte en un ejemplo de lo que Alfred Hitchcock llamaba “MacGuffin”, ya que eventualmente nos damos cuenta de que realmente no importa mucho donde está o quien lo tiene, mientras este sea el motor de todo lo que sucede en la historia. Una historia que al final del día puede considerarse como un conjunto de interesantes conversaciones, las cuales se ven interrumpidas por violentos interludios protagonizados por hombres rudos y codiciosos los cuales no dudan en cometer asesinatos si con ello consiguen su objetivo. La cinta tiene una buena cantidad de escenas memorables, en especial aquellas que conforman el tramo final de la historia, y presenta un elenco de actores que realiza un trabajo impecable de principio a fin. Pese a esto, solo Sidney Greenstreet obtendría una nominación al Oscar al mejor actor secundario. El film además sería nominado a la mejor película, y al mejor guión.
“The Maltese Falcon” es uno de los grandes clásicos del cine y una de las películas de detectives más icónicas de las que se tenga memoria. En su primer trabajo como director, Huston probó ser un profesional consumado, no solo debido a que se dio el trabajo de desarrollar un storyboard que detallaba cada una de las tomas, sino que también logró terminar la cinta antes de lo previsto y con un presupuesto considerablemente menor. Al momento de su estreno, el film fue todo un éxito, lo que catapultó las carreras de Huston y Bogart quienes seguirían trabajando en otros proyectos que terminarían convirtiéndose en clásicos por mérito propio. En definitiva, “The Maltese Falcon” no solo cumple con presentar los elementos que se convertirían en las claves del film noir; el detective siempre confiado en sus instintos y en recibir una buena paga; la enigmática y bella mujer, la cual es objeto de deseo pero también de sospecha; y un atmósfera dominada por un aire de fatalismo y derrota, sino que también presenta las suficientes virtudes técnicas y humanas como para que la cinta sea considerada justamente como una joya magistral e imperecedera.


por Fantomas.


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