Revista Mundo animal

Thermobia domestica – Insectos del Fuego.

Por Alimentovivo

Generalidades.

El insecto del fuego es un insecto primitivo perteneciente al orden zigentomos que probablemente emigro de zonas calidas (area del Mediterráneo) a Centroeuropa. Mucho más conocido es su pariente próximo: el pececillo de plata, Lepisma saccharina que suele encontrarse sobre todo en los cuartos de baño. Thermobia domestica en cambio sólo habita habitaciones muy cálidas (p. ej. panaderías), de donde deriva su nombre común. Estos animales tienen un cuerpo alargado que se estrecha caudalmente, se aplana lateralmente y que está recubierto de escamas negras y amarillas o de color castaño claro. Una característica singular son los dos cercos que presenta en la parte posterior. Las hembras se reconocen fácilmente por el oviscapto. Estos insectos primitivos alcanzan un tamaño de 12 mm, pesando las hembras unos 20-25 mg. Thermobia domestica no sólo se reproduce con mucha facilidad, sino que también es consumida con fruición, sobre todo por los lagartos de talla media y pequeña y por muchos anfibios. Resulta sorprendente que incluso los gecos y camaleones grandes se precipiten ávldamente sobre ellos, aun cuando el tamaño de los insectos adultos sea tan reducido; probablemente se debe a su blando exoesqueleto y a su escasa capacidad defensiva. No obstante, a las crías demasiado pequeñas hay que dosificárselos y ofrecérselos en recipientes de pequeño tamaño para no estresarlas.

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Thermobia domestica

El contenedor de cría.

Para la cría se requiere un recipiente de paredes lisas (a poder ser de cristal o plástico) por cuyas paredes no pueda trepar. Este recipiente debe cerrar herméticamente y debe estar provisto de un orificio de ventilación. El tamaño del recipiente de cría dependerá de la cantidad de alimento vivo que se necesite y/o de las condiciones locales. Si se necesita poco alimento vivo pueden utilizarse recipientes bastante pequeños, incluso tarrinas para grillos. Pero para disponer de suficiente espacio para el manejo es recomendable emplear recipientes de mayor tamaño, a partir de un volumen de un litro. Si se quiere alimentar habitualmente a un buen número de reptiles o anfibios con ellos sólo deberían utilizarse contenedores grandes. Por ejemplo los grandes acuarios de plástico con tapa de cristal cortada a medida o algo parecido resultan perfectamente adecuados. La tapadera debe tener un orificio de ventilación cubierto con malla fina. Sin embargo su superficie tampoco debe ser demasiado grande, ya que estos animales no cubren sus necesidades hídricas bebiendo, sino absorbiendo la humedad de una atmósfera relativamente saturada (hay que añadir que tampoco toleran una humedad relativa demasiado alta ni la condensación). No hay más remedio que experimentar hasta encontrar la relación óptima entre la evaporación y la superficie de ventilación. No obstante, si el contenedor se encuentra en una habitación con una elevada humedad ambiental, incluso se podría prescindir de toda fuente de humedad. Si el criadero no acaba de funcionar con las condiciones comentadas, puede ser de ayuda verter cuidadosamente un poco de agua en el recipiente. Sin embargo el agua ha de ser absorbida de inmediato por las hueveras, no debiendo formarse condensación alguna en los laterales del recipiente. En caso de duda no queda más remedio que probar una y otra vez y aceptar algún que otro fracaso. Si se necesita una cría continua hay que tener varios contenedores. Para disponer siempre de insectos suficientes lo ideal es iniciar una nueva cría aproximadamente cada 6-12 semanas. Para la instalación de un contenedor grande lo mejor es proceder de la siguiente manera.

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Cultivo Thermobia domestica

En primer lugar se limpian a fondo las paredes del acuario para que no queden restos de suciedad que puedan ser utilizados para trepar. Como sustrato se emplea una capa de copos de cereales o verduras (pienso para perros). Sobre esta capa se pone un recipiente con agua que se cubre firmemente con una capa de tela. La funcion de la tela es evitar que los animales se ahoguen y, al mismo tiempo, permitir que el agua se evapore a un ritmo adecuado. De nuevo se debe ir probando hasta averiguar qué formas y tamaños de botes de mermelada o de otro tipo son los más adecuados para su cria. La abertura debe tener un tamaño tal que no se forme condensacion en las paredes y que el alimento no se enmohezca. El resto de la instalación consiste en una capa suelta de cartón (p. ej. hueveras) así como manejos de papel higiénico o de cocina, rollos de papel higiénico, etc. Estos elementos forman el “hábitat” propiamente dicho de T. domestica. La instalación se completa con una bola seca de algodón del tamaño de un puño que los animales utilizarán preferentemente para la puesta.

Cultivo.

A T. domestica le gusta la oscuridad, escondiéndose durante el día en recovecos e intersticios. Adora el calor, por lo que requiere una temperatura de mantenimiento superior a 30°C. La cría transcurre de forma óptima a unos 35-40°C, pudiéndose alcanzar localmente temperaturas algo mas altas. Con estas condiciones las hembras hacen periódicamente puestas de 5-40 huevos. Según sea la temperatura y la humedad, las crías comienzan a nacer al cabo de 14 días, tardando de 3 a 6 meses en alcanzar el tamaño adulto. Este largo período de desarrollo es el único inconveniente que tiene el cultivo de esta especie (obviando la posibilidad de que los animales fugados puedan mordisquear libros, revistas, papel pintado y materiales semejantes). Se trata de insectos muy faciles de mantener, por lo que su cultivo requiere muy poco tiempo. Las ventajas frente a otras especies de alimento vivo son, aparte de su fácil manejo, sobre todo el hecho que los animales fugados no se reproducen a temperatura ambiente y que no generan ruidos ni olores. Como a T. domestica le gusta la oscuridad, el contenedor de cría se puede colocar casi en cualquier lugar. Sólo es importante alcanzar las temperaturas requeridas sin sobrepasarlas demasiado. Por esta razón es más que recomendable comprobar los valores antes de iniciar la cría. Los valores cruciales son los del contenedor de cría, aunque si por la noche la temperatura se iguala con la de la estancia no pasa nada. Sin embargo durante el día, y al menos durante 12 horas, la temperatura ha de oscilar entre 32 y 40°C. La ubicación ideal del recipiente de cría sería cerca de la caldera de la calefacción, los tubos de extracción de gases, las pantallas de iluminación de los terrarios o calefactores de cualquier tipo. Evidentemente, también pueden utilizarse los clásicos sistemas de calefacción para terrarios como esterillas y cables calefactores. Precisamente estos últimos se pueden utilizar con mucha facilidad colocándolos simplemente sobre el fondo del acuario de plástico, aunque hay que prestar atención al punto por donde el cable atraviesa la pared del recipiente de cría para evitar las fugas. Al alimentarse de celulosa, azúcar y almidón, su alimentación no entraña problemas. Thermobía domestica consume copos de avena, de soja, de cereales integrales, de verdura (estos últimos casi siempre se pueden adquirir como pienso para perros), escamas para peces, etc. Sólo se les echa comida una vez que se quedan sin ella. Por esto hay que dedicarles tan poco tiempo. Si se dispone de espacio suficiente puede tenerse un criadero muy productivo que requiere poco tiempo. Sin embargo sólo se puede empezar a ofrecer insectos cuando el contenedor esté repleto.

Manejo.

Para ofrecer T. domestica lo mejor es sacar con cuidado una huevera del recipiente _v sacudir los pececillos de plata sobre un bote de plástico o un recipiente semejante de paredes altas del que no puedan èscapar. A continuación se espolvorean a fondo con una mezcla de vitaminas y minerales y se introducen en el terrario. Afortunadamente, el alimento que no es devorado inmediatamente no perjudica ni a los animales del terrario ni a las plantas.


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