¡Tía, tía, tía!¡Qué fuerrrrrte, tía!

Hasta ahora mi reacción al comentar que la primera novela de la serie sería publicada con editorial era más bien fría. Era algo que estaba ahí, pero que no me emocionaba especialmente. Veía a las demás escritoras pasear a sus retoños con el orgullo de una madre recién parida y yo afrontaba el tema con indiferencia. Porque no, no me hizo especial ilusión el asunto. Ni siquiera cuando me enviaron la novela corregida porque, al final, excepto algunas comas, alguna palabra repetida y detalles que se me habían escapado a mí durante la corrección, no hubo que hacer grandes cosas con ella. Tampoco cuando me enviaron los bocetos de la portada. Me ilusionó un poco más el ver la ficha en la página y me hizo menos ilusión ver mi cara ahí, pero bueno, es algo por lo que había que pasar y punto. Fue más doloroso que la recuperación después de que me quitasen las muelas del juicio (odio las fotos, en serio).

Sin embargo, cuando anoche (exactamente a las doce y media) puse el punto final a la cuarta novela, me vino toda la ilusión junta. Fue como si me hubiese dado cuenta al fin de que sí, la serie Secret Life será publicada por B de Books y forma parte de la familia de Selección RNR. Nunca imaginé que Colin llegaría tan lejos. Y eso que el muchacho apuntaba maneras desde el principio ^^.

¿Sabéis lo más curioso del asunto? Que yo quería darle un final a la serie y que escribí la cuarta parte a petición popular después de cinco años. Tenía abandonados a mis niños porque no confiaba en mis capacidades. ¿A que somos idiotas a veces? De hecho, nunca he enviado manuscritos a editoriales. Jamás. Esto me llegó caído del cielo. No lo busqué, sólo me limité a aprovechar la oportunidad que se me estaba dando. Quizá por eso no estaba saltando por toda la casa como loca: no acababa de creérmelo.

Ahora mismo me lo creo, me lo creo. O no. Porque la verdad es que no sé si estoy ilusionada por lo de la editorial o porque he terminado la novela después de darle mil vueltas. Pero mil vueltas de verdad. Vamos, que justo antes de firmar con la editorial eliminé más de la mitad y empecé de nuevo sin aprovechar nada de lo anterior.

Lo único que sé ahora mismo es que me siento como una adolescente que acaba de recibir un beso del chico que le gusta y no sabe cómo expresarlo más que como encabezo la entrada.  ¿El motivo? Cualquiera de los dos o los dos juntos. Vaya usted a saber.

Lo único que sé es que, como dice mi querido Vanness (lo siento, Brianna, pero hoy cae asiático. Es un día especial): la vida es bella y todo tiene su recompensa si te esfuerzas lo suficiente. Yo considero que la oportunidad que me han dado ahora es la justa recompensa por las horas de sueño perdidas, por las horas sentada al ordenador, por las libretas gastadas, por el callo en el dedo de tanto escribir, por el callo en el culo de tantas horas sentada, por las citas perdidas y, en definitiva, por un esfuerzo continuado y no dejar de trabajar a pesar de no tener pretensión alguna.

Es decir: me lo merezco. Punto.

Puede que suene pedante, pero lo cierto es que quien me conoce sabe que trabajo muy duro cuando se trata de mi pasión.

Os dejo con asiático, leches, que me merezco un premio.