Revista Cultura y Ocio

Tinta Secuencial (19): Ciudadano Rex, una terrible visión futurista

Publicado el 08 septiembre 2011 por Ruta42 @ruta42
Tinta Secuencial (19): Ciudadano Rex, una terrible visión futurista Portada española del tomo recopilatorio
La ciencia-ficción es, posiblemente, uno de los géneros que mayor variedad tiene por la cantidad de autores y visiones que se nos han ofrecido, expandiendo el campo de acción y aportando una miríada de ideas mil veces usadas, revisadas y desplomadas. Es la magia de la ficción: puedes hacer lo que quieras con ella. Unas veces para mejor, otras para peor.
Este es uno de esos funestos casos en los que una idea interesante se ve absolutamente derrumbada en el momento en que se lleva a cabo. El germen original está ahí, pero no se ha sabido hacer crecer enderezado al árbol.
Partiendo de un diseño de personajes más bien tirando a pobre, donde es necesario recurrir una y mil veces al obsoleto truco de los accesorios faciales – tales como barbas, parches, sombreros horteras o sombra de ojos exagerada – para conseguir diferenciar a un personaje de otro.
Tinta Secuencial (19): Ciudadano Rex, una terrible visión futurista
Acompaña a esta insatisfactoria colección de personalidades apáticas toda una sarta de fondos simplificados hasta decir basta, donde parece imperar el pensamiento ya manido “si es redondo, es futurista” para mostrar la ciudad de los años que están por venir. Así es como encontramos edificios que son poco más que cilindros con antenas, coches que son huevos cromados o cajas de zapatos con ruedas y robots que encuentran los primeros bocetos de sus diseños en cualquier caja de herramientas abandonada.
Del mismo modo, la narración visual de la obra acompaña perfectamente a la historia, pues es aburrida hasta la náusea, haciendo que el mero hecho de pasar de página se te antoje una hazaña digna del mismísimo Ulises, mostrando una trama que da demasiadas vueltas sobre un mismo eje de manera demasiado forzada y careciendo de interés alguno.
Tinta Secuencial (19): Ciudadano Rex, una terrible visión futurista Otra de las portadas originales de uno de los capítulos
Resulta difícil empatizar con ninguno de los distintos actores en blanco y negro que aparecen, pues su aspecto infantilizado – pero más como una serie de animación de bajo presupuesto propia de la Rusia comunista que como cualquier añoranza animada de nuestra infancia – sumado al trascendentalismo en el que se envuelven no hacen más que envolver en sopor al lector.
Todos son tan “intensos”, tan “emocionales”, que acaban por cansar. Y no ayudan en absoluto el uso continuo de las líneas paralelas hasta para representar una – supuestamente – adrenalítica persecución en coche con mafiosos. Desde luego, tampoco es un buen soporte la aparición de splash-pages donde la mayor emoción y espectacularidad halladas son las manchas del bocadillo de chorizo que te estás comiendo, pues hasta las de Steve Dillon son mejores.
Buscaría , sinceramente, una forma más digna y pomposa - si cabe - de acabar este texto de opinión, pero me sentiría más útil si os aconsejase que destinaseis el dinero que cuesta este tomo en causas más humanitarias, como invitar a vuestros colegas a una cerveza fresquita.

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