Revista En Femenino

"... to feel myself beloved on the earth."

Por Tenemostetas
¿Y conseguiste lo que
querías de esta vida?
Lo conseguí.
¿Y qué querías?
Considerarme amado, sentirme
amado en la tierra.
 
Raymond Carver
La lectura de estos versos, a casi todo el mundo, evoca encontrar el amor en forma de pareja sexual. 
Sin embargo, "sentirse amado en la tierra" deberíamos conseguirlo todos nada más nacer, venir dado: sí, si la maternidad en nuestra civilización no fuera una "impostura"*. 

La sensación plena, interior, de ser amado, de estar completo es eso que llamamos amor propio, autoestima, plenitud, seguridad, confianza en uno mismo, dignidad... 

Esa sensación se incorpora en nuestro sistema emocional y neurálgico, desde el amor físico y tangible recibido en la infancia. 

En su ausencia, está el miedo. 

En su lugar, buscamos otra "media naranja", durante toda la vida, que nos lo dé. 


En su lugar, buscamos la fe, el amor de Dios. 

En su lugar, buscamos la seguridad del dinero, de la posesión. 

En su lugar, nos volvemos adictos a las drogas, al alcohol, al tabaco, a la comida, a las compras... a lo que sea de donde podamos colgarnos.
En su lugar, nos volvemos egocéntricos, permanentemente sedientos de mirada, aprobación y poder. 

En su lugar, nos volvemos violentos, autoritarios, fanáticos, terroristas. 

En su lugar, nos volvemos victimistas, manipulables, dóciles, sumisos.

La sensación de falta de amor, de miedo, de inseguridad... no tendría por qué ser tan sangrante si cada uno de nosotros recibiera en la infancia amor del bueno en sus dos dimensiones: amor corporal y crianza respetuosa.
La crianza autoritaria y fría normalizada es el mecanismo de reproducción del homo neuroticus típico de nuestra civilización.


*La maternidad como impostura es un análisis de Victoria Sau.

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