Revista Arte

'Toda la música viene de las drogas': Portishead

Por Eltallerdelaeam @elTallerdelaeaM

Ahí viene un artículo sobre una entrevista a Geoff Barrow, de Portishead. Los que habéis escuchado su obra sabréis de lo delicada, profunda y creativa que es.  Algunos de sus temas pueden dejar al oyente en estado de éxtasis, conmovernos el alma, o cuanto menos exclamar un: “¡joder, que bueno es esto!”. No todos, claro… pero cuando toca, toca, y toca bien.  

Nos ha llamado especialmente la atención la afirmación que abre el artículo: “Toda la música viene de las drogas”, que nos abre una pregunta sobre qué estará diciendo exactamente Geoff con esta afirmación. ¿Lo sabe él? Tal vez no. No imaginamos a Beethoven colocado de mescalina para componer la novena sinfonía… o a Bach fumando marihuana entre concierto de Brandemburgo y concierto de Brandemburgo.

Pero sí sabemos algo sobre el proceso creativo, y de algunos lugares desde los que se da o desde los que se bloquea. Y efectivamente, las drogas han servido para poder permanecer en esos lugares cuando uno no sabe cómo hacerlo de otra forma, o cuando uno quiere hacerlo rápido y sin esfuerzo, o cuando uno no está suficientemente “hecho” para sostenerse ahí por sí mismo… las drogas son “muletas” que permiten hablar desde ese otro lugar cuando no tenemos la madurez espiritual suficiente para hacerlo sin ayudas externas. ¿Estará Geoff hablando de eso, sin saberlo?

Ahí tenéis el artículo que viene en “Público” (sigue este enlace para leer el artículo original).

“Toda la música viene de las drogas” – Portishead.

La carrera de Portishead es tan sobresaliente como extraña: tres discos en 17 años. El último, Third (2008), una joya electrónica que sintetizaba varias décadas de los sonidos más avanzados y se alejaba de los inicios del grupo como uno de los pioneros del trip-hop, etiqueta que a Geoff Barrow, cerebro de la banda, no le complace demasiado. “Éramos un grupo de bandas de Bristol, Massive Attack, Smith & Mighty, Tricky y nosotros, que hacíamos música influenciados por cosas distintas.

Luego vino un tío de Londres y dijo trip-hop. ¿No te jode? No tenía ni idea de lo que hacíamos”, señalaba, horas antes de tocar en el escenario principal del FIB, justo antes de Arcade Fire. Comenzó la década de los noventa y de repente todos los ojos apuntaron hacia Bristol,una ciudad esquinada en el suroeste de Inglaterra donde, sin embargo, llevaban pasando cosas durante bastante tiempo.

Barrow explica que todo ocurrió mucho antes de 1991, fecha de nacimiento del trip-hop (con perdón) con el álbum Blue lines de MassiveAttack: “Hay que retroceder hasta The Pop Group y otras bandas de Bristol, como Rip Rig + Panic o gente como Nellee Hooper, Smith & Mighty, que se metieron en el mundo del dub y el punk y luego se juntaron con otros como DJ Mushroom… Nosotros somos producto de haber escuchado todos esos grupos y mucho hip hop, el krautrock de Can, jazz de vanguardia… Todo ocurrió mucho antes de 1991″.

Lo local, universal. Barrow muestra cierta inquina con la industria musical londinense y defiende la forma de hacer desde su pequeña región, donde un conjunto de bandas desarrolló un sonido personal y se atrevió a sostenerlo y expandirlo.

Pero, con el cambio de siglo, tras el éxito mayúsculo de los dos primeros álbumes de Portishead, el grupo desapareció. “Me mudé a Australia y no escuché música durante cuatro o cinco años. No había nada que me interesara, todo lo que oía me aburría. Cuando volví a Inglaterra, descubrí mucha música buena de gente desconocida y bandas antiguas como Silver Apples, que me devolvieron la energía y las ganas de hacer música”, sostiene Barrow.

Revitalización electrónica

La última explosión del dub-step, género que ha revitalizado la electrónica en los últimos años, le interesa, aunque desde la distancia. Según el músico, “está muy bien, me parece un jungle ralentizado.

No acabo de conocerlo a fondo, porque yo no tomo las drogas que toman estos chavales jóvenes. Ellos toman drogas diferentes y ven las cosas en un nivel distinto. Toda la música viene de las drogas, ya sea el alcohol, hierba, lo que sea”. ¿Y cuál es su droga? “¿Mi droga?”, duda un momento, “mi droga son los cigarrillos. No puedo fumar
hierba, porque me mareo. En realidad no me drogo, nunca he tomado cocaína ni éxtasis”.

Barrow avanzó que Portishead se encerrará a escribir nuevo material a partir del mes de enero, aunque la fecha de publicación es una incógnita: “Pueden ser dos años, cinco… Nunca sabes. No tenemos ni sello discográfico”. El parto se promete largo: “Hacer una canción es muy difícil, no es hacer lo que Justin Bieber. La buena música tiene algo que es único”. 


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