Revista Cultura y Ocio

Todo esto te daré. Dolores Redondo

Por Mientrasleo @MientrasleoS
Todo esto te daré. Dolores Redondo
     "La llamada a la puerta sonó autoritaria. Ocho golpes seguros, rápidos, de quien espera ser atendido con diligencia. El tipo de requerimiento que jamás podría confundirse con la llamada de un invitado, de un operario o de un repartidor. Más tarde, pensaría que al fin y al cabo es así como uno espera que llame la policía."
     Como todos los años por estas fechas, el Premio Planeta está en la calle y muchas son las personas que, o ya lo han comenzado, o están deseando hacerlo. Hoy traigo a mi estantería virtual, Todo esto te daré.
     Conocemos a Manuel, un escritor madrileño con una plácida vida junto a su marido Álvaro. Sin embargo ve como todo se desmorona al enterarse de que su marido, que creía en Barcelona, ha fallecido en un accidente de tráfico en Galicia. No sólo eso, la muerte de su marido viene acompañada de revelaciones inesperadas, como una familia política poderosa, bienes y un título que provocan que su muerte sea etiquetada como accidente y cerrada con demasiada rapidez. Ya en la zona, Álvaro conoce a una familia más hostil que fría y descubre de manos de un Guardia Civil a punto de pasar a la reserva que quizás no haya sido tan sencillo todo como le han contado.
     Vaya por delante antes de hablar de esta novela que me ha sorprendido el encarnizamiento en contra del premio de este año. De hecho, frente a determinado tipo de premios, parece que hay una verdadera batalla campal. Y vaya también que no voy a hablar del Baztán, ni voy a comparar con el Baztán, ni voy a volver a recordar la mentada zona ni la trilogía que allí sucede firmada por la mano de esta misma escritora. Dicho esto, comencemos.
     Todo esto te daré, gana el premio con el título El sol de Tebas, que no es otro que el título de la novela en la que se encuentra trabajando el protagonista. En la primera página, la autora nos resuelve la duda que suele acompañarme en estos casos y es el motivo por el cual se pone un título o elige un seudónimo. Resuelta esta duda, y sabido que nos encontramos ante un libro que supera las seiscientas páginas, tarda apenas un puñado de ellas en plantearnos la situación. Manuel es viudo de un hombre al que amaba y del que, además, no sabía absolutamente nada. O al menos o sabía nada de su otra vida, ya que el difunto tenía una vida ordinaria, y otra totalmente extraordinaria en una zona perdida de Galicia, que incluye familia, bodegas y un montón de tradiciones. De este modo acompañamos a Manuel en su búsqueda de motivos, más que de respuestas en un primer momento, y también en el del luto que acompaña la pérdida de la persona querida, que se ve empañado por el enfado y la incomprensión. se encuentra además con un ambiente más que hostil a su llegada a excepción de un niño pequeño, sobrino suyo recién estrenado, y su joven madre. Sin apenas haber tenido tiempo de situarse, Manuel es viudo, heredero, rechazado e informado por el agente Noguera de que tal vez ni sea todo tan sencillo, ni la muerte de Álvaro tan accidental.Como tercera base y ayuda para Manuel, aparecerá un joven sacerdote que conoce a la familia y, particularmente, al muerto.
     La autora, con un estilo que juega a mezclar las sagas de Norton con el misterio de Agatha Christie, lleva al lector por una historia de letras amables y metáforas suaves, para conseguir su simpatía por los protagonistas. Un protagonista que se me ha antojado, tal vez, demasiado femenino en sus formas, que no en sus modos. Como falta imperdonable, y ahí las culpas son a repartir y pocas veces lo digo tan claramente, la corrección, en una novela por lo demás francamente entretenida que estoy segura tendrá éxito. Dolores no huye de clichés, al contrario, los adapta a su historia, consiguiendo que sea el propio lector quien cargue tintas en ellos para convertir sus escenarios en algo mucho más lóbrego de lo que realmente nos está representando. Difícil será que, por poner un ejemplo, un lector no salga del primer encuentro entre el viudo y la familia política, con una perfecta instantánea de hostilidad, pese a que si se realiza una segunda lectura, descubramos que realmente no se entretuvo tanto. Tengo que decir que me ha gustado más la trama policíaca que la familiar, tal vez porque no soy demasiado de esta temática pero el intimismo que roza no ha terminado de llenarme y Manuel y yo no hemos llegado a ser grandes amigos. Sin embargo no ha sido motivo suficiente para que no disfrutara de la novela, escrita a ritmo de page turner y que consigue realmente que el lector pase páginas sin apenas darse cuenta, para levantar la vista y descubrir que se ha pasado la tarde inmerso en una novela.  
     Y vosotros, ¿sois defensores o detractores del Premio Planeta?
     Gracias.

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