Revista Cine

Tonadillera hay que decirlo más

Publicado el 21 octubre 2014 por Esti @estipuntobpunto
La Pantoja, como Carmina Ordóñez o Rocío Jurado, es un personaje que forma parte de nuestra cultura. De la cultura popular y marrullera, no de la cultura con mayúsculas. No es Cervantes, ni Velázquez, ni el gazpacho. Es tan parte de la cultura popular como hablar alto en los restaurantes, llevarse mal con los cuñados y los chistes de Lepe.
La vida de la Pantoja siempre ha estado ahí, marcando sus propios hitos a la vez que la historia contemporánea. Ahora que, como símbolo que es de toda una era, está a punto de entrar en prisión, es un buen momento para recordar los grandes hits de I punto P punto.
Rebeca es tu muñeca
En el año 1976, con los últimos coletazos de la dictadura, la Panto es joven y ambiciosa, y hace sus pinitos en televisión cantando, bailando y en lo que surja. ¿Que hay que hacer un gag cómico? Pues la Panto y su melena Pantene (que entonces ya la tenía), van y lo hacen:

Soy la viuda de Francisco Rivera
Pero I punto P punto se habría quedado en una folclórica más y ahora nadie la recordaría si no fuera porque se casó con un torero. Y era un torero famoso. Y además el torero se murió joven. Y en la plaza. Y todo apareció en televisión: la boda, la cogida en la plaza, el entierro... Y entonces la Panto se convirtió en otra cosa. Ya no era la tonadillera del binomio "torero y tonadillera". Ella ahora es algo más trascendente y trágico: la autoproclamada viuda de España.
En su nuevo papel la Panto sacó las que a partir de ese momento serán sus armas: dar pena, sacar provecho de sus dramas personales, seguridad en sí misma, sentido de la oportunidad y todo a golpe de melena.

Atención a look eighties: americana de satén naranja, hombreras y uñacas.
Mi pequeño del alma
Convertida en viuda de España, I punto P punto vuelve a los escenarios después de pasar un tiempo de retiro. Su primer concierto tiene rango de evento histórico, con la reina entre el público y todo. En su rol de sacrificada esposa y madre, la Panto saca a su hijo y a su corte de pelo estilo príncipe de Beukelaer, que tanto daño hizo en los 80, para que cante con ella.
Como esas madres que piensan que su hijo sabe hablar cuando en realidad lo que sabe decir son las vocales, la Pantoja canta: "mi pequeño del al..." y el niño completa "¡a!", "con tu piel de canel..." ¡¡a!!"
¿Y qué dice la criatura cuando no se sabe nada más? Pues la única palabra que sabe pronunciar y que es toda una pista de cómo será el Paquirrín del futuro:

¡¡¡Canne!!!
Estoy cansada (pausa dramática) de la familia Rivera
Si hay algo que la Panto maneja como nadie (aparte de la bata de cola) es la pausa dramática. Una pausa bien puesta cambia una frase. Y no es lo mismo decir con tono agotado que estás cansada de la familia Rivera a decir en voz en grito ¡¡¡¡estoy cansada!!! (pausa dramática) ...de la familia Rivera.
No me vas a grabar más
En los 90, evolucionando como la propia sociedad, I punto P punto aparca a la viuda de España y tiene sus escarceos por ahí. Incluida su amistad/relación/llámalo X con Encarna Sánchez, esa villana de culebrón. Los paparazzi la siguen a todas partes y la Panto se enfrenta a ellos, vestida de chándal, sin peinar y sin sujetador, al grito de: ¡no me vas a grabar más!,
Gitana, ¿tú me quieres? Más que a mi vida
El melodrama persigue a la Pantoja, y ella no corre más rápido. Se enamora de Julián Muñoz, un alcalde de Marbella con afición a llevar pantalones de tiro alto y hacen pública su relación pese a que él está casado, tiene hijos, y su mujer critica a la pareja de programa en programa. Todo muy copla versión siglo XXI.
Los dos eligen oficializar su amor no en un restaurante cuqui, o en un fin de semana en la playa. No. Ellos eligen el Rocío, donde se pasean en caballo, en carromato, se miran a los ojos y, como si representaran la letra de una sevillana, se dicen cosas como:
- Gitana, ¿tú me quieres?
- Más que a mi vida.
Dientes, dientes, que es lo que les jode
La Panto y Cachuli se pasean por sus dominios (esto es, Marbella) perseguidos por la prensa. I punto, que tiene más experiencia en bregar con los fotógrafos, aconseja a su churri esto:

Pero la historia de amor con el atractivo alcalde se va al garete más o menos a la vez que se van destapando sus manejos en Marbella. Se enjuician todas esas cosas que ahora, a fuerza de oírlas en el telediario una y otra vez, todos ya sabemos lo que son: malversación, prevaricación...
Si la Pantoja ha sido un símbolo de la copla y de la prensa del corazón, ¿cómo no serlo también de la corrupción? El escándalo salpica a la tonadillera (tonadillera hay que decirlo más) que es también enjuiciada y condenada.

Los cañones hacia mi persona
¿Y qué ha sido mientras tanto del pequeño del alma? Pues que crece, más a lo ancho que a lo largo. Y participa en un reality de pasar penurias en una isla, donde sólo pasa unos días porque él el hambre lo lleva fatal.
Su vuelta a la civilización incluye la aparición estelar de su señora madre que lo eclipsa en un pis pas en cuanto el presentador le pide que cante una canción y ella, muy flamenca, pone sus condiciones:
"Me tenéis que pone la luz en condiciones. Me tenéis que poner muy íntima. Yo quiero sólo cañones hacia mi persona, ¿dónde están? La luz, a la cara. ¿El del cañón no ha venido? Ahí está. Vamos a ver, que de esto entiendo un poquito yo".
Y vaya que si entiende.
Cómprate una vida
La Panto, icono pop donde los haya, agota los días antes de entrar en prisión. Pero no ve la vida pasar desde su casa, tranquilita. No se es icono pop y tonadillera siendo discreta. Ella sigue lanzando frases lapidarias allá por donde pasa:

Y vosotros, ¿cuál es vuestra frase pantojil favorita?, ¿creéis que entrará I punto P punto en la cárcel?, ¿habéis visto "Orange is the new black"? Y, sobre todo, de entrar I punto P punto en prisión: ¿qué tipo de presa será? La reina del cotarro, como Red; la más ligona, como Nicky; la más inestable, como Crazy Eyes...

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