Tony sanabria: de paraguay a la masía (sacrificios familiares y corazonada)

Shirley Ayala, la madre del joven paraguayo Tony Sanabria Ayala, de 15 años de edad, que juega en la cantera del Barcelona, cuenta cómo su hijo llegó hasta ese lugar y habla de la corazonada que tuvo.

Shirley Ayala es la madre de Tony Sanabria Ayala, un adolescente paraguayo que hace tres años juega en el semillero del club español Barcelona.Shirley viajó a España hace alrededor de 5 años en busca de una mejor forma de vida, para ella y su familia. A los dos años de haberse ido, su marido fue a visitarla y luego volvió para gestionar los trámites y poder marcharse junto con su esposa y llevarse a sus cuatro hijos, entre ellos iría Tony., narró a Monumental 1080.Cuando llegaron a España, fue díficil, según comentó Shirley. "Nosotros habíamos llegado recién y era muy díficil con cuatro niños. Pasamos muchas cosas", expresó.Dijo que Tony siempre iba a mirar las prácticas de un primo suyo que jugaba en un club pequeño de España. Entre práctica y práctica Tony aprovechaba los descansos de los jugadores y entraba a jugar con el balón, hasta que empezó a jugar también.Allí lo descubrieron, según cuenta la madre. Dijo que varias personas de varios clubes fueron a mirarlo jugar, incluso afirmó que Tony estuvo a punto de firmar con el Real Madrid, pero este club estaba en época de elecciones, y eso quedó trabado.Dijo que en ese lapso apareció la gente del Barcelona y lo llevaron a practicar.
 LA VIDA EN LA MASÍA. 
De ese entonces ya pasaron tres años y desde hace dos que Tony vive en el club, de donde solo puede salir los sábados en la tarde y el domingo debe volver a ingresar.Allí recibe una educación integral y debe aprender a ser disciplinado, relata la madre.Según detalló, se levanta a las seis de la mañana y debe dejar todo ordenado, desayunar y tomar el bus que le lleva a un colegio donde estudia hasta las dos de la tarde, luego vuelve al club para almorzar y descansar por media hora.Posteriormente, recibe clases en las materias que necesita reforzar hasta las cinco de la tarde, para pasar a la merienda.Dijo que están controlados y que solo pueden realizar una llamada después de la cena. Allí, no tienen celulares.La madre expresó que es difícil no ver a su hijo toda la semana, pero entiende la situación. Además, manifestó que tiene todas las esperanzas de que su hijo sea un gran jugador, quizás el próximo Messi.