Revista Cultura y Ocio

TOP4 GSN: Carlos (Lanzarote)

Por Gaysenace

TOP4 GSN: Carlos (Lanzarote)

Carlos (Lanzarote)


La historia de Carlos, de Lanzarote, es la cuarta más leída en GSN
La verdad es que nunca me he planteado si gay se nace o se hace o si hay una combinación de las dos cosas. Pero hablando de mi caso en concreto, he de decir que a pesar de no haber estado con un chico hasta los veintidós años, nunca podré decir que hasta entonces estuviera metido en un armario. Me explico, o al menos lo intentaré si mi mala memoria me lo permite.
De niño fui uno de esos apegados a la falda de su madre.  Muy tímido, obediente y tranquilo.  Nunca me metí en problemas y jamás ningún niño se metió conmigo. Simplemente vivía el día a día siguiendo las reglas establecidas y que se consideraban como “normales”. En mi cabecita sólo cabía la existencia de la relación entre un hombre y una mujer, y el resto de las relaciones  nunca me las había planteado. No porque me parecieran aberrantes, sino sencillamente porque nadie me las había dado a conocer.
Así  pasé sin pena ni gloria por el instituto y sin haber tenido alguna relación amorosa con ningún ser humano. Recuerdo de adolescente que sólo me llegaron a gustar dos chicas pero nunca pasó nada.
Tal vez se pregunten si pensaba en secreto en los chicos y la verdad es que no. Si veía un chico guapo no lo miraba con ojos de deseo sino más bien con pensamiento de “me encantaría ser como él”,  y seguía viviendo el día a día sin salirme del camino establecido.
Llegué a la universidad y allí tuve mi primera y única relación amorosa  con una chica. Creo que duró unos cuatro años y mientras funcionó ambos fuimos felices (o al menos  lo fui yo). Y llegó un día en el que mientras estudiaba en la biblioteca un amigo llamado Sergio me dijo:
-Carlos, tú eres gay.
-¿Cómo que gay?
-Sí, que tú eres gay.
-Ah, pues mira, no me lo había planteado nunca. Tal vez por eso cuando veía a un chico guapo pensaba que lo miraba porque me quería parecer a él, y en realidad lo hacía porque me gustaba.
Y así Sergio me hizo ver no la luz, sino el otro punto de vista. Y sin sufrimiento alguno me pasé al otro camino y en él me he quedado tan feliz como siempre.
Por eso no puedo decir que haya salido de algún armario porque nunca estuve en ninguno. Nunca me reprimí nada. Nunca sufrí por dentro. Y no creo haber perdido el tiempo por descubrirlo a los 22 años.
He tenido varias relaciones serias con seres increíbles y todas han terminado porque los seres humanos somos así: cada vez aguantamos y sacrificamos menos. Y por mi parte, cada día me quiero más y más por lo que no creo estar a la altura de cualquiera. Por eso sigo solo, pero con las ganas de que llegue esa persona que un día llegará por la puerta grande…y todo porque el amor está en todas partes.
Al final no me queda claro si nací o me hice. Sólo me queda claro que tal vez eso sea lo de menos.
Carlos de Lanzarote

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