Revista Comunicación

Tormenta de ideas

Publicado el 12 junio 2014 por Lorena White @lorenagwhite

Es una de las técnicas de inspiración y materialización de ideas más antiguas que existen. Fue ideada como ‘brainstorming’ por Alex Faickney Osborn en 1938 cuando, buscando ideas creativas con su grupo de trabajo, decidieron interactuar de forma no estructurada, en la que los miembros del grupo podían trabajar de forma independiente, pero también dando sugerencias y aprovechando la capacidad de todos los demás participantes.

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Hoy, por si algún día necesitas ideas para un trabajo, proyecto o escrito, ya sea en grupo o individual, vengo a proponerte una manera de desarrollar esta técnica más allá del batiburrillo de ideas, que quizá te ayude en tu proceso de inspiración.

1. Elabora una lista de palabras: soy fan de las listas, pero cuando estoy en blanco, lo soy más. Cojo una hoja en blanco y empiezo a apuntar las primeras palabras que se me vengan a la cabeza.

2. Interrelaciona conceptos, inspírate: quizá el resultado de tus primeras listas de palabras, sean un reboltijo incomprensible e incapaz de unir, pero a medida que practiques y te acostumbres a apuntar aquello que se te venga a la mente, serás capaz de unir varios de esos conceptos. Forma con ellos una frase o una palabra que describa una idea un poco más amplia. Y si te ves incapaz de interrelacionarlos, escribe nuevas listas a partir de las palabras que ya tienes. ¿Qué te inspiran?

3. Escribe sobre ello, materializa tu idea: una vez que tengas un concepto un poco más amplio que una palabra, ya sea una frase o una idea general, materializar lo que te inspira o lo que has concluido en el anterior proceso, es fundamental para ordenar los pensamientos que tengamos en torno a ella. Una vez tengamos un concepto amplio de la idea que nos ha surgido para la temática de nuestro último trabajo o de un nuevo relato, es mejor escribir un pequeño resumen de lo que ese concepto nos inspira, como una breve sinopsis.

4. Define objetivos, traza un plan: ¿y todo esto para qué? Plantéate bien lo que quieres conseguir con tu ejercicio de brainstorming y fíjate un objetivo: ¿una idea para comenzar una novela? ¿El tema de un trabajo?

5. Desarrolla la idea, ve más allá: una idea, si se estanca, no lleva a ningún sitio. Elabora un plan para que esa idea se haga más grande. Si es una novela, intenta desarrollar cada capítulo y pensar en la trama que surgirá a partir de ella y en los personajes. Si es un trabajo, elabora un índice con los diferentes epígrafes que quieras que contenga. Si es tu propio blog, fija bien la temática y el estilo que quieres darle.

Como véis, en cuanto a conceptos creativos, el método de la Tormenta de ideas puede ser muy recurrente. Pero no te quedes en ese concepto incial, intenta ir siempre más allá. Sólo así sacarás el máximo partido a tus ideas.


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