Torta de cumpleaños | una receta imperdible

Vagancia total en la cocina. La falta de tiempo/ganas/inspiración me invade, y el blog está más abandonado que nunca.

Decir que este fin de semana tenía un cumpleaños familiar... varias décadas a festejar, y una torta clásica que preparar. Sabores clásicos que nunca fallan: chocolate, dulce de leche y una buena torta de base... nunca puede salir mal.

Cuando eramos chicos, nuestras mamás nos hacían la "torta de cumpleaños". Una torta de cumpleaños en esa época era ni más ni menos que eso: una simple pero rica torta, llena de dulce de leche y granas o lentejas de chocolate para decorar. Listo. No se necesitaba nada más.

En mi casa, la torta de cumpleaños venía de la mano de una torta de cajita, un poco de relleno, habanitos de chocolate y demás decoraciones para dejarla bonita. Y desde ya las velitas.

Hace años que mi familia no come torta de cajita. Y en una época tenía una receta de bizcochuelo esponjoso que era infalible, pero últimamente las preparo siempre distintas.

Para esta ocasión, luego de buscar e indagar varias recetas on line, me decidí por la receta de Smitten Kitchen, el blog de Deb.

Me gustó el título: "la mejor", y creo que no se equivoca. Es una de las mejores tortas que preparé últimamente: esponjosa, sabrosa, compacta, húmeda... el bizcochuelo ideal.

El mejor bizcochuelo (adaptada de Smitten Kitchen)
Ingredientes:
4 tazas de harina 0000
2 cucharaditas de polvo de hornear
1 1/2 cucharadita de bicarbonato de sodio
1/2 cucharadita de sal
200 gramos de manteca pomada
2 tazas de azúcar
2 cucharaditas de esencia de vainilla
4 huevos
2 tazas de buttermilk (2 tazas de leche con 2 cucharadas de jugo de limón, en reposo por 15 minutos, hasta que parezca "cortada")
Procedimiento:
1. Precalentar el horno a medio (180°C). Cubrir la base de dos moldes para torta de 24 cm de diámetro con papel manteca. También salen 2 docenas de cupcakes, o una torta rectangular grande.
2. Tamizar la harina, el polvo de hornear, el bicarbonato y la sal y reservar.
3. Batir la manteca con el azúcar hasta formar una crema. Agregar la vainilla. Luego incorporar los huevos uno por vez. Batir hasta tener una mezcla homogénea. No batir de más.
4. Agregar la buttermilk hasta que se integre. La preparación parecerá cortada, pero no hay que batir de más.
4. Por último, agregar la harina en 3 veces, con movimientos envolventes, hasta que esté totalmente incorporada.
5. Distribuir la mezcla en los dos moldes, golpear para eliminar todo el aire, y cocinar 40 minutos, hasta que pinchándola con un cuchillo, este salga limpio.
6. Dejar enfriar las mitades, emparejar la parte superior, rellenar y decorar. O comerlas así, que tibiecita y recién salida es un manjar.
Para el relleno:
200 gramos de chocolate semi amargo
200 gramos de crema de leche
500 gramos de dulce de leche repostero
Hacer una ganache con el chocolate y la crema, y una vez a temperatura ambiente, agregar el dulce de leche. Mezclar hasta tener una crema homogénea.
Usar la mitad de la preparación para el relleno, y el resto para la cobertura.
Para las trufas:
Desmenuzar los recortas que quedaron cuando emparejamos. Utilizar el bol donde mezclamos el relleno (para aprovechar toda la crema de chocolate y dulce de leche que haya quedado en las paredes), agregar una cucharada colmada de queso crema, 2 de dulce de leche y 1/4 de taza de leche con mucho cacao amargo. Mezclar bien. Agregar una cucharada de cacao (en polvo, sin diluir). Amasar bien con las manos, hasta lograr una pasta que mantenga su forma pero no se pegotee. Si hace falta, agregar más queso o dulce de leche. Armar bolitas, y pasarlas por granas de colores, cereal bañado en chocolate, caco en polvo, o lo que se les ocurra. Usarlas para decorar y de yapa, como masitas.