Revista Economía

Trabajar el doble para ganar lo mismo… O trabajar lo mismo ganando la mitad

Publicado el 25 abril 2012 por Quim @Quim_Marques
Trabajar el doble para ganar lo mismo… O trabajar lo mismo ganando la mitad Más allá de los temas de rabiosa actualidad ligados a los elefantes africanos o la extracción petrolífera argentina, hoy quería traer a colación una reflexión sobre la crisis que nos atenaza de manera irreductible desde hace años.
A finales de octubre de 2008 el empresario Félix Revuelta (su enseña más conocida es Naturhouse pero el Grupo Kiluva abarca muchísimo más), en el transcurso de una entrevista* me advirtió que, a partir de entonces, nos habíamos de ir acostumbrando a “trabajar el doble para ganar lo mismo, o si optamos por trabajar lo mismo ganar la mitad”. El riojano lo decía sobre todo orientando su foco hacia el empresariado pero sin dejar de tener en cuenta que al final del proceso la afectación social sería general.
Traigo a colocación la cita, hoy, cerca de cuatro años después, por la clarividencia que tuvo Revuelta, poseedor de una importante cartera de valores cotizados, sobre lo que se nos venía encima y la rapidez mental que desarrolló para aceptar la nueva situación cuando apenas se había iniciado la crisis, poco más de un mes después que Lehman Brothers se declarara en quiebra.
Seis meses después, aproximadamente, tuve otro encuentro con el entonces aún profesor Andreu Mas-Colell en su despacho de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona (hoy conseller de Economía del Govern de la Generalitat), en su calidad de presidente de la Barcelona Graduate School of Economics (uno de los cuatro centros de investigación en economía más importantes de Europa y entre los 20 mejores del mundo).


La propuesta de Revuelta había madurado lo suficiente en mi cerebro como para atreverme a plantearle a ese profesor, el único economista español vivo citado por el prestigioso diccionario económico Palgrave, la posibilidad de una hoja de ruta para salir de la crisis donde los salarios tuvieran que deslizarse a la baja de manera importante antes de conseguir salir del escenario recesivo que empezaba a atenazarnos.
El contexto de charla amena más que de entrevista formal (aunque finalmente la conversación dio para generar un elemento informativo de esa tesitura) nos permitió avanzar sobre un posible escenario. A fuer de ser sincero he de reconocer, y el profesor así lo puede refrendar, que su actitud fue más de escucha atenta y análisis de las posibilidades de ese escenario que de la definición de éste.
En aquel contexto sacamos una conclusión empírica que tan solo la realidad podría contradecirla. Que la recuperación económica no volvería a nuestro país antes de 2017, en el mejor de los escenarios si se cumplían una serie de premisas y se atacaban una serie de reformas.
Hay que decir que hoy, a mediados de 2012, con la que ya ha caído, encontraremos fácilmente voces que se muestren de acuerdo sobre la fecha pero a principios de 2009, cuando Mas-Colell no sabía que volvería a entrar en la política, era mucho más difícil de aceptar.
Y, ¿por qué esa fecha y no otra? Todo se basaba en determinar cuándo el consumo volvería a crecer. Indudablemente cuando el nivel de desempleo descendiera (en aquellos momentos había poco más de tres millones de parados). Buscábamos, al igual que ahora, un sector tractor de la economía que fuera capaz de crear, como mínimo, un millón de puestos de trabajo.
Ahora se habla de sectores tractores en Catalunya y los ojos se fijan en el sector auxiliar del automóvil de cara al coche eléctrico, o en la capitalidad de Barcelona como sede de la industria de la movilidad, junto a otros que comparte con el resto de España como son el turismo o el sector agroalimentario.
Sin embargo, entonces y ahora, la pregunta capital que debemos hacernos es, ¿son capaces esos sectores de crear millones de puestos de trabajo, pongamos en los próximos cinco años? Y, en todo caso, los parados que existen en España ¿tienen mayoritariamente, o pueden adquirirla fácilmente (y/o quieren), la capacitación que se demanda en esos sectores?
No nos engañemos. Solamente el 16% de la población española tiene estudios universitarios acabados, cifra que se reduce al 8,31% si hablamos exclusivamente de carreras de segundo ciclo. Por supuesto los que alcanzan el tercer ciclo (postgrados, masters y doctorados) todos juntos solamente suponen el 0,5% de los españoles.
Si analizamos los datos cruzados de parados y su nivel de estudios vemos que el desempleo se concentra especialmente en aquellos trabajadores con escasa formación. Es por ello que para conseguir volver a emplear a gran parte de ese colectivo hemos de pensar en actividades que no demanden una alta cualificación.
Con todos esos mimbres, hemos de pensar en cuáles pueden ser esos sectores tractores capaces de generar unos cientos de miles de puestos de trabajo a añadir a los que ya tienen.

Es verdad que el turismo o la industria alimentaria son, en principio, candidatos susceptibles para ser considerados. Pero, ¿existe potencial suficiente, aparte del que ya tienen desarrollado, para crear mucho más empleo del que ya han creado? ¿Podemos encontrar trabajo para medio millón de personas más en el sector turístico, por ejemplo?
Todos los sectores citados ayudarán, en su momento, a paliar una parte del problema, pero no es probable que sean el gran generador de empleo que el país necesita.
Decididamente, no veo otro macro sector que pueda generar los millones de puestos de trabajo que el país necesita que la construcción. Esa sí puede volver a ser esa la actividad tractora de muchas otras que cree mucho empleo, como ya lo fue en otro tiempo.
Es verdad que no es conveniente que crezca al ritmo que lo hizo en la pasada década. Ni es deseable que llegue a tener el peso en el PIB que tuvo otrora. Pero tiene todos los elementos para ser el gran generador de empleo del futuro y donde muchos de los cientos de miles de parados españoles tendrían ubicación por sus conocimientos.
La siguiente pregunta a hacernos sería, ¿y para cuándo? La respuesta fue clara para ambos. Cuando el stock de vivienda vacía se reduzca suficientemente como para que los promotores empiecen a ver negocio.
Con el stock acumulado y la reducción de éste en tiempos de crisis, la proyección nos indicaba que sería a partir de esa fecha cuando se empiecen a ver oportunidades de manera generalizada.
Entre medio, todo el mandato del actual presidente, Mariano Rajoy y unas próximas elecciones en 2015 donde la recuperación del empleo aún no habrá aparecido.

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