Revista Diario
En 1904, Julio Argentino Roca le encargaba al médico catalán Bialet Massé un informe que detallara la situación de la clase obrera en la Argentina. El funcionario presentó un exhaustivo informe que detallaba las barbaridades que sufrían los trabajadores en el país (muchos en condiciones de cuasi esclavitud). La falta de legislación laboral determinaba que
“la condición del trabajador es lo más inestable, y de ahí que nadie se cuide de él los rendimientos posibles, no considerándolo sino como un medio, menos importante que la máquina y que la bestia, porque éstas tienen un precio de compra, son un capital que es preciso conservar, mientras que si un hombre se pierde, se repone con otro, que no cuesta dinero…” (1)
Haciendo un recorrido sobre la situación del peón, encontré lamentables similitudes con respecto a las sumadas denuncias que se ventilan hoy en día: las empresas multinacionales mantienen la misma tradición de explotar al trabajador como lo hacían décadas atrás la oligarquía terrateniente y siglos atrás los colonizadores españoles.
Mientras que la Mesa de Enlace hacen una farsa de lockout, a fin de pasearse por las mesas de Nelson Castro y demás mercenarios periodísticos; se hace caso omiso de las denuncias suscitadas, sólo rescatadas del olvido por Página/12, Tiempo Argentino, Miradas al Sur y los medios públicos.
Hace falta urgentemente que el 14 bis de nuestra Constitución deje de ser letra muerta para los poderosos agro-corpo-mediaticos. Cómo primer medida, reemplazar la escandalosa Ley establecida por Videla, y recuperar los derechos otorgados por Perón:
“El Estatuto del Peón, que ha sido un poco resistido, es una medida de gobierno indispensable. La Revolución no hubiera podido justificarse ante la Historia si no hubiera impuesto que cesara la terrible situación del peón de campo (que mantenía las mismas condiciones que observaba el funcionario de Roca, allá por 1904. J.O.L.). Aspiramos a que todo el que tenga un peón a su servicio le vaya mejorando hasta lograr la estabilización de un standard de vida que permita a ese hombre vivir, tener su casa y sostener su familia, condiciones indispensables para cualquier ser humano”.(2)
Como menciona el General, un Estatuto que dignifique la condición de todo trabajador resulta necesario para todo proceso de transformación. La iniciativa del Gobierno es plausible, falta patriotismo por parte de legisladores que se dignen a tratarlo este año. ¿Por qué nadie le pregunta sobre esta urgencia a Ricardito o a Pino, que tan “progres serios” se perfilen? Sobre todo Solanas, que todas las mañanas se mira al espejo imitando la sonrisa de Perón y critica la política del gobierno con la Doctrina Peronista de 1950 bajo el brazo, a ver si también lo imita en esto y le suelta la mano a la vergonzosa Federación Agraria que es funcional a los intereses de las corporaciones agroindustriales.
Ojalá que pronto se acabe con este flagelo, porque la historia del peón rural no se repite a lo largo del tiempo sino que continúa con la injusticia social de siempre…
Notas:
(1) BIALET MASSÉ. Informe sobre el estado de la clase obrera. Buenos Aires, Hyspamerica. 1985.
(2) Perón en San Andrés de Giles, Provincia de Buenos Aires. 30 de Noviembre de 1947.