Revista Comunicación

Trash (stephen daldry, 2014)

Publicado el 29 noviembre 2014 por Jorge Bertran Garcia @JorgeABertran
TRASH (STEPHEN DALDRY, 2014)

Si el británico Stephen Daldry hubiera hecho esta película en su Inglaterra natal, quizás habría conseguido una historia con aires dickensianos. Pero probablemente los niveles de miseria ¿y de corrupción? que pide este relato sobre tres niños de la calle no son posibles en un país que, a pesar de la crisis europea, sigue instalado en un relativo bienestar. La novela de Andy Mulligan que sirve de base a la película homónima está situada en Brasil donde -lamentablemente- sí existen esos niños sin futuro. Pero, al menos en la película, la miseria está estilizada y simplificada para servir de escenario a unas aventuras de corte juvenil que probablemente no encontrarán su público en las salas de versión original de España. La basura no huele mal en Trash.

TRASH (STEPHEN DALDRY, 2014)
Daldry demuestra su buen pulso narrativo sobre todo en un arranque intrigante y trepidante. El inicio recuerda un poco a la superior Ciudad de Dios (Fernando Meirelles, 2002), cuyo director sirve aquí de productor asociado. Pero es un espejismo. En Trash los malos son muy malos y los buenos -sobre todo los niños- son de una pureza imposible. El punto fuerte de Trash son los niños protagonistas, cuyas interpretaciones son lo mejor de la película: se hacen querer casi tanto como ese Billy Elliot que firmó Daldry en 2000. También destacan Wagner Moura, protagonista de Tropa de Élite (José Padilha, 2007), y un inquietante villano interpretado por Selton Mello (a pesar de la manida escena de tortura en la que escucha La Traviata). No ocurre lo mismo con los dos actores estadounidenses presentes en la película para su venta internacional. Rooney Mara da vida a una cooperante cuyo personaje parece inacabado; y Martin Sheen imprime un tono de telefilme a todas las escenas en las que aparece.

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