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Trastorno por estrés postraumático en la ficción y fantasía

Publicado el 07 diciembre 2016 por Edvalroj

Trastorno por estrés postraumático en la ficción y fantasía

Debo decir que el proceso de documentación e investigación para esta entrada ha sido uno de los más duros y dramáticos que he experimentado en mi escaso tiempo como bloguero. Fue necesario investigar en primer lugar sobre los efectos devastadores de la I y II Guerra Mundial, proceso que se convirtió un golpe tras otro de dolor, tristeza y desesperanza. Cuando lees sobre lo duro que fue regresar de un ambiente hostil y traumático o ves imágenes en blanco y negro de rostros moribundos en medio de las trincheras, no puedes más que agradecer a Dios por lo afortunado que eres. Para muchos de nosotros la guerra o las experiencias cercanas a la muerte no son más que una noticia, una película o una escena bien escrita de algún best-seller. Los que escriben o escribimos sobre el tema lo hacemos desde una perspectiva externa, basados en lo que escribieron o grabaron otros. Incluso Lilly Cantara, de Escribe Romántica, dedicó una muy útil entrada en la que nos explica cómo escribir escenas de batalla y hace algún tiempo hablé de cómo describir una escena de acción .

Pero más allá de si alguna vez me aventuraré a describir en detalle una escena de este calibre, este artículo aborda el lado humano y psicológico de la violencia: sus consecuencias y traumas en los personajes. Y cómo hicimos en nuestra entrada anterior analizaremos tanto la bibliografía existente como a un famoso escritor y su obra: Tolkien y El retorno del rey. Si alguno desconoce la saga de Harry Potter, con la que estudiamos el duelo, estoy seguro de que con esta novela si podrás sentirse más cómodo. Ya lo verás.

Quién no recuerda las espléndidas descripciones de las batallas que Tolkien nos regala en la trilogía El Señor de los anillos. Aquí hay un par de párrafos que describen una de ellas: El asedio y pérdida de Osgiliath, en El retorno del rey.

Ahora la columna estaba apenas a un cuarto de milla. Tras ellos, saliendo de la oscuridad, galopaba un grupo reducido de jinetes, todo cuanto quedaba de la retaguardia. Otra vez acorralados, se volvieron para enfrentar las líneas de fuego cada vez más próximas. De improviso, hubo un tumulto de gritos feroces. Una horda de jinetes del enemigo se lanzó hacia adelante. Los arroyos de fuego se transformaron en torrentes rápidos: fila tras fila de orcos que llevaban antorchas encendidas, y sureños feroces, que blandían estandartes rojos y daban gritos destemplados y se adelantaban a la columna que se batía en retirada y le cerraban el paso. Y con un alarido las Sombras aladas se precipitaron cayendo del cielo tenebroso: los Nazgûl que se inclinaban hacia delante, preparados para matar.

La retirada se convirtió en una fuga. Ya unos hombres rompían filas, huyendo aquí y allá, arrojando las armas, gritando de terror, rodando por el suelo.

Más allá de la magistral clase que nos da el autor de cómo narrar escenas de acción ¿Puedes imaginar el miedo y el terror que sintieron los hombres cuándo se vieron rodeados de horcos y del grito infernal del Nazgûl sobre sus cabezas? ¿Cómo te sentirías si estuvieras entre el grupo que, en contra de tus principios militares, rompieron filas y huyeron, viendo morir a los que hasta hace un rato fueron tus amigos? ¿Podrías vivir como si nada después de eso? De eso se trata la violencia y sus efectos en la psique humana. Lo que sucede es que los escritores la hemos abordado desde lo general y no desde lo particular. Desde un todo y no desde el individuo.

Está documentado que experiencias como estas se encuentran entre las que aumentan el riesgo de que tus personajes sufran de Trastorno de Estrés Postraumático o TETP, como lo llamaremos para abreviar.

Según el documento Estrés Postraumático y Psicoterapia de Grupo en Militares,Trauma es definido como Acontecimiento de la vida del sujeto caracterizado por su intensidad, la incapacidad del sujeto de responder a él adecuadamente y el trastorno y los efectos patógenos duraderos que provoca en la organización psíquica .

Freud se refiere únicamente al término trauma, especificando " una conexión donde los eventos o sucesos que lo ocasionan son más fuertes que los recursos psíquicos del sujeto para controlarlos y tolerarlos, lo que imposibilita que éste pueda elaborarlos y puede dejar como resultado un trastorno duradero en su funcionamiento. Esto puede evidenciar los sentimientos de entumecimiento y parálisis que los pacientes expresan haber tenido durante el suceso y cómo deviene en ellos un sentimiento de impotencia de no poder controlar lo que acontece " . Es decir, es la incapacidad que tienen tus personajes de sobreponerse a una situación que les causa estrés.

Cualquier ser humano, y en especial los niños, es susceptible de presentar el trastorno. Por lo tanto, mi recomendación es queno dudes en caracterizar a tus personajes si han experimentado alguna de estas situaciones entre otras:

  • Ser víctima de violencia o presenciarla
  • La muerte o enfermedad grave de un ser querido
  • Accidentes automovilísticos y aéreos
  • Huracanes, tornados, e incendios
  • Delitos violentos, como un robo, violencia sexual o tiroteo

Estoy más que seguro de que alguno de nosotros alguna vez estuvo expuesto a estas situaciones o conoce de alguien que se lo ha contado.

No es fácil introducir a un personaje con esta enfermedad y menos si es protagonista o principal, ya que algunos escritores pueden asumir que lo están convirtiendo en un enfermo mental, algo que no es llamativo para sus intereses. Para muchos escritores un sobreviviente de la guerra no puede ser un lisiado. Es un líder, un guerrero. ¿O se imaginan al Rey Espartano Leónidas con pesadillas, despertando entre sus hombres llorando? ¿O Aragorn reviviendo la Batalla del Abismo de Helm una y otra vez? No cuadra.

Sin embargo, si estás decidido a hacerlo, lo primero que debes tener en cuenta es no cometer los siguientes errores:

, incapaz de avanzar en su desarrollo hasta terminar convertido en un estorbo. Como ese típico abuelo veterano de guerra de las pelís que transita por la casa con el uniforme y sin previo aviso empieza a recrear escenas absurdas de guerra o ir al otro extremo y volverlo algo Exagerar demasiado la sintomatología y convertir al personaje en un estereotipo del " personaje roto y débil " demasiado superficial, como una brisa que llega, ataca y se va. Este personaje presenta una que otra escena retrospectiva solo para efectos de la historia y pare de contar, continua con su vida como si nada. Quizás peco por compararlo con la parodia de Skinner en los Simpson.

FACTORES DE RIESGO DE UN PERSONAJE PARA PRESENTAR TEPT

  1. La historia de vida del sujeto, es decir, la existencia de factores que den cuenta de vulnerabilidad previa del sujeto al suceso. Como violencia intrafamiliar, abandono de sus padres, maltrato infantil.
  2. La exposición a un trauma, recordando la definición de trauma.
  3. La capacidad de protección individual, es decir, los mecanismos de protección que posea el sujeto para reaccionar ante diferentes situaciones traumáticas, como es el caso de los recursos de adaptación, autoestima y soporte social.
  4. La ayuda médica y psicológica que pueda recibir. (En la literatura fantástica deberían existir Los terapeutas. Por favor, que alguien tome nota y se incluyan entre las diferentes razas, junto a los elfos, los enanos y los orcos)

Factores de riesgo específicos para personajes militares.

Además de los anteriores:

  1. Entrenamiento militar. Un buen ejemplo de ello puede verse en la película La chaqueta metálica de Stanley Kubrick, donde un Marín Estadounidense termina por asesinar a su entrenador militar. Si analizamos la literatura fantástica y de ciencia ficción, muchos de los personajes principales que intervienen en una batalla nunca tuvieron una preparación real para ello, no obstante, salen airosos. Excluyo a Ender y a los supermegaguerreros de la peli 300.
  2. Dificultades de autoridad con sus superiores. Una muestra clara de cómo este factor influye en las emociones de los personajes lo encontramos en el relato , de David Herbert Lawrence.
  3. Las circunstancias que rodean el regreso a casa en donde experimentan sentimientos de abandono, culpa y desesperación. El más común y usado de los factores influyentes en el trastorno.
  4. Los factores del desarrollo, que están directamente relacionados con la edad en la que estos personajes van a la guerra, por lo que un personaje adolescente o niño, que participa de forma activa en la guerra, tendrá mayores probabilidades de presentar el trastorno. Ahora sí incluyo a Ender y compañía (Potter y todos los personajes adolescentes que hacen y deshacen como si nada).

SÍNTOMAS

Lo síntomas generales y comunes del TEPT son:

Escenas retrospectivas que hacen sentir a la persona como si el trauma estuviese ocurriendo nuevamente

Recuerdos intrusivos sobre el trauma

Reacciones fisiológicas al recordar el trauma (por ejemplo, sudoración, respiración difícil, aceleración de la frecuencia cardiaca)

Evitar a personas, lugares o situaciones que hagan recordar al trauma

Sensación de desconexión con el mundo a su alrededor

Sensación de desesperanza sobre el futuro

Disminución en el interés por las cosas o actividades que anteriormente se disfrutaban

Incapacidad para recordar detalles sobre el trauma

Respuesta de sobresalto exagerada

Preocupaciones continúas sobre un suceso catastrófico inminente

Sentirse extremadamente nervioso o ansioso

En los soldados encontramos algunos síntomas mucho más específicos. Sentimiento de culpa y autocastigo, experiencia subjetiva a partir del chivo expiatorio, rabia aleatoria, impulsos violentos, así como memorias brutales del combate y entumecimiento psicológico, alienación de las emociones y dudas sobre la habilidad para amar y cuidar de otros.

Específicamente, las memorias brutales del combate son un aspecto importante a tener en cuenta al describir los síntomas de los excombatientes, ya que éstos se ven involucrados en situaciones atroces tales como rapto, tortura, mutilaciones, asesinato a inocentes, incluyendo mujeres y niños. A partir de dichas experiencias, presentan un estado regresivo, donde la conciencia moral del sujeto se ha visto disminuida por las atrocidades a las que se vio expuesto, y donde su modo de pensar y actuar estuvo determinado por el " ojo por ojo y diente por diente " . Por esta razón algunos no experimentan culpa o remordimiento por sus acciones atroces. Dando como resultado la pérdida de la autoridad y de algunas de sus funciones psicológicas, deviniendo los flashbacks, los sueños terroríficos, las respuestas de sobresalto y la dificultad para distinguir las realidades presente y pasada.

También, la guerra puede despertar el sadismo de la niñez, de modo que, durante el combate, los soldados pueden tener diferentes reacciones y sensaciones como terror, rabia, odio y, en algunas ocasiones, una sensación de estar viviendo en cámara lenta lo que ocurre, como si fuera de modo surrealista, incluyendo sentimientos de venganza y odio. En casos no muy frecuentes, los soldados han expresado satisfacción por los actos atroces cometidos. Finalmente, se considera que la necesidad que tienen los sujetos de conseguir el perdón a través de su confesión, arrepentimiento y restauración de la víctimas, es imposible de lograr, así que deben entender que mediante el proceso terapéutico el perdón lo deben encontrar en su interior, en sus compañeros, en el terapeuta y en " otras personas cuidadosamente seleccionadas " .

Una población muy poco nombrada y no tenida en cuenta son las mujeres militares o guerreras. Dice la literatura que la incidencia del trastorno en ellas es mayor que en los hombres, ya que intervienen otros factores que hacen que el trauma se agudice (asalto sexual), además de las características propias del género que hacen que al regresar a casa después de la guerra las condiciones de reintegración a la vida cotidiana sean más difíciles

FRODO BOLSON Y EL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

Aunque el listado de personajes con los que podría trabajar el trastorno es largo, creo que uno de los que mejor lo aborda en sus escritos es Tolkien, teniendo en cuenta que el autor participó en la Batalla de Somme, considerada una de las más largas y sangrientas de la historia. Muchos analistas ven cierta similitud entre sus obras y su experiencia en la guerra.

Empecemos hablando lo que significa el viaje de Frodo. El Hobbit, por su naturaleza amigable y pacífica, detesta las guerras, lo que demuestra un gran acto de valentía. Se ofrece como voluntario para portar el Anillo Único.

Al igual que muchos de los miembros de la Comunidad, Frodo vivió y sufrió la guerra, incluso estuvo en peligro de muerte en muchas ocasiones: fue herido en los Vientos y en la guarida de Ella-Laraña, o qué decir del ataque de los orcos en Moria. Si bien ninguno de estos acontecimientos lo coloca sustancialmente aparte de otros miembros de la Comunidad, como portador del Anillo Único lleva una carga que se va volviendo más pesada a medida que avanza, sin mencionar que el Hobbit reconoce que el destino de la Tierra Media descansa sobre sus hombros.

Si analizamos al personaje desde que abandonó La Comarca hasta que llegó a Mordor, observamos algunos cambios generalizados en su conducta y comportamiento, síntomas que nos dan una pequeña idea de lo que sucede en su interior, pero no es hasta la destrucción del Anillo Único en el Monte del Destino que podemos empezar a hablar del Frodo post-trauma.
Al final de su viaje, Frodo se rompe como un cascarón antes de poder cumplir con su deber, su objetivo jurado. Su humanidad no puede soportarlo más y se rinde.

Aversión hacia la violencia

-Yo no deseo llevar una espada -dijo Frodo.

-Tendrás que llevarla al menos esta noche -dijo Gandalf. Frodo tomó entonces la espada pequeña, la que fuera de Sam y que había quedado junto a él en Cirith Ungol.

-Dardo es tuya, Sam -dijo-. Yo mismo te la di.

-¡No, mi amo! El señor Bilbo se la regaló a usted, y hace juego con la cota de plata; a él no le gustaría que otro la usara ahora.

Vemos a un Frodo reacio a usar una espada pocas horas después de su rescate de Mordor, justo antes de su reunión con los miembros supervivientes de la Comunidad en Ithilien. Quizás es la primera señal de un cambio en su carácter. Esto no quiere decir que Frodo fuera un guerrero violento, endurecido antes de su viaje a Mordor, pero había usado con anterioridad espadas sin ningún problema. Su falta de voluntad parece ser el resultado de un cambio en su carácter: él simplemente ya no se siente cómodo. El trauma persistente de sus experiencias por destruir el Anillo ya está empezando afectar su mente aún frágil.

-¿Te duele algo, Frodo? -le preguntó en voz baja Gandalf que cabalgaba junto a él.

-Bueno, sí -dijo Frodo-. Es el hombro. Me duele la herida, y me pesa el recuerdo de la oscuridad. Hoy se cumple un año.

-¡Ay! -dijo Gandalf-. Ciertas heridas nunca curan del todo.

-Temo que la mía sea una de ellas -dijo Frodo-. No hay un verdadero regreso. Aunque vuelva a la Comarca, no me parecerá la misma; porque yo no seré el mismo. Llevo en mí la herida de un puñal, la de un aguijón y la de unos dientes; y la de una larga y pesada carga. ¿Dónde encontraré reposo?

Los Síntomas del trastorno por estrés postraumático se hacen más fuertes a medida que comienza el camino de regreso hacia la Comarca. De hecho, es en el Vado de Bruinen, el sitio de su milagroso escape de los Espectros del Anillo, que vemos la ansiedad de forma clara y sorprendente.

Estamos empezando a ver los principales síntomas de la neurosis. Frodo se siente " incómodo " , muy lejos del hobbit joven y vibrante que partió de la Comarca. Sin duda, todos los miembros de la Comunidad han sido cambiados por su viaje, pero el cambio en el comportamiento de Frodo es particular y notorio. Un año había pasado desde la lesión de Frodo en la Cima de los Vientos, y sin duda ver el nuevo Vado, donde casi murió de la herida del Espectro del Anillo, ayudó a desencadenar el recuerdo de ese trauma. Por lo tanto, el Vado representa múltiples traumas de Frodo: la lucha con los Espectros del Anillo y su herida resultante, así como la experiencia cercana a la muerte. La falta de voluntad de Frodo para cruzar la corriente es síntoma de un evitación de estímulos relacionados con el trauma (es decir, la corriente), y una señal de retroceso de Frodo a su herida en la Cima de los Vientos.

1. -¿Combatir? -dijo Frodo-. Bueno, supongo que podría llegarse a eso. Pero recordad: no ha de haber matanza de hobbits, por más que se hayan pasado al otro bando. Que se hayan pasado de verdad, quiero decir: no que obedezcan por temor a las órdenes de los bandidos. Jamás en la Comarca un hobbit mató a otro hobbit con intención, y no vamos a empezar ahora. Y en la medida en que pueda evitarse, no se matará a nadie. Así que conservad la calma hasta el final.

-Pero si hay muchos de estos bandidos -dijo Merry-, tendrá que haber lucha. Con sentirte horrorizado y triste, no rescatarás a Otho, ni salvarás a la Comarca, mi querido Frodo.

2. Frodo había estado presente en la batalla, pero no había desenvainado la espada, preocupado sobre todo en impedir que los hobbits, exacerbados por las pérdidas, matasen a aquellos adversarios que ya habían depuesto las armas. Una vez la batalla concluida, y encomendadas las tareas que seguirían, Merry y Sam se reunieron con él, y cabalgaron de regreso en compañía de los Coto. Comieron un almuerzo tardío, y entonces Frodo dijo con un suspiro:

-Bueno, supongo que es hora de que nos ocupemos del "Jefe".

-Sí, y cuanto antes mejor -dijo Merry-. ¡Y no seas demasiado blando! Él es el responsable de haber traído a la Comarca a esos rufianes, y de todos los males que han causado.

3. Saruman se volvió como si fuera a partir, y Lengua de Serpiente lo siguió, arrastrándose. Pero en el momento en que Saruman pasaba junto a Frodo un puñal le centelleó en la mano, y lanzó una rápida estocada. La hoja rebotó contra la oculta cota de malla, y se quebró, con un golpe seco. Una docena de hobbits, con Sam a la cabeza, se abalanzaron con un grito y derribaron al villano.

-¡No, Sam! -dijo Frodo-. No lo mates, ni aun ahora. No me ha herido. En todo caso, no deseo verlo morir de esta manera inicua. En un tiempo fue grande, de una noble raza, contra la que nunca nos hubiéramos atrevido a levantar las manos. Ha caído, y devolverle la paz y la salud no está a nuestro alcance; mas yo le perdonaría la vida, con la esperanza de que algún día pueda recobrarlas.

Que la actitud de Frodo en esos tres ejemplos se caracterice por choque, tristeza y falta de voluntad para participar en la violencia es, una vez más, la evidencia de neurosis de guerra. Su pacifismo, que Tolkien nos recuerda una y otra vez, podría corresponder a los impulsos similares entre los veteranos de cualquier número de guerras. Al igual que muchas víctimas de trastorno por estrés postraumático, Frodo simplemente no puede soportar ver más violencia en el mundo.

El trece de ese mes el granjero Coto encontró a Frodo tendido en la cama; aferraba una piedra blanca que llevaba al cuello suspendida de una cadena y hablaba como en sueños.

-Ha desaparecido para siempre -decía-, y ahora todo ha quedado oscuro y desierto.

Un año después de ser atacado por Ella-Laraña, Frodo presenta pesadillas. Aunque Frodo ya se encuentra en su hogar en Bolsón Cerrado y ha transcurrido tanto tiempo, es incapaz de escapar de sus experiencias. La mayoría de los críticos han asumido que lo que se ha ido para siempre aquí es el Anillo Único, pero Tolkien no lo explícita en la novela. El autor no nos dice qué ha desaparecido para siempre. ¿Podríamos entender la pérdida de la inocencia o de la esperanza? Dejando a un lado lo que sea que ha desaparecido en la vida del Hobbit, ahora para él todo ha quedado oscuro y desierto.

La piedra blanca a la cual se aferra Frodo en sus pesadillas no es más que el regalo que Arwen le hizo:

Esto nos explica de forma clara que el miedo y la oscuridad continúan atormentando a Frodo a pesar de que pasa el tiempo.

Dos años después Frodo vuelve a caer enfermo justo en el aniversario del enfrentamiento con Ella-Laraña. El aniversario de esa fecha seguirá atormentándolo una y otra vez.

-¿Qué le pasa, señor Frodo? -dijo Sam.

-Estoy herido -respondió él-, herido; nunca curaré del todo.

Era de esperar que el tiempo terminaría curando las cicatrices psicológicas del trauma, pero, al menos en el caso de Frodo, vemos que esto no es así. Sam señala que Frodo se había retirado demasiado del resto de La Comarca, y sus obras no se celebran por pueblo de la Comarca. Si se me permite ser clínicos, una vez más, Frodo parece estar entrando en ese "círculo vicioso de rechazo y recriminaciones" que es tan común con las víctimas de trastorno por estrés postraumático; que no pueden escapar del temor y temblor incomunicable de su pasado y la culpabilidad inexplicables de la vida. Y los dolores específicos de su pasado continúan ocurriendo en flashbacks de pesadilla.

Imposibilidad de adaptación

-Pero -dijo Sam, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas-, yo creía que también usted iba a disfrutar en la Comarca, años y años, después de todo lo que ha hecho.

-También yo lo creía, en un tiempo. Pero he sufrido heridas demasiado profundas, Sam. Intenté salvar la Comarca y la he salvado; pero no para mí. Así suele ocurrir, Sam, cuando las cosas están en peligro: alguien tiene que renunciar a ellas, perderlas, para que otros las conserven.

En septiembre, en el tercer aniversario de lo ocurrido de los Vientos, Frodo y Sam se encuentran con Elrond, Galadriel, Gandalf, Bilbo, y los elfos restantes para el viaje al oeste de los Puertos grises. Frodo admite que no puede encontrar consuelo incluso en su amada Comarca. Al igual que muchos veteranos al volver de la guerra, descubre que él es un extraño en la tierra por la que luchó. Bien podría haber estado hablando de los veteranos de las trincheras cuando le dice a Sam: Intenté salvar la Comarca y la he salvado; pero no para mí.

Algunas injusticias no pueden ser remediadas en la Tierra Media. Los dedos no vuelven a crecer. Tampoco los amigos. El Anillo corrompió a Frodo. [...] En la prueba final se quebró y eligió el anillo, negándose a destruirlo en el fuego. Nada ni nadie podrá restaurarlo en su totalidad.

Para terminar, y tal vez de manera inevitable, Frodo tuvo que abandonar Tierra Media: sólo en las Tierras Imperecederas iba a ser capaz de encontrar socorro.

ESTRATEGIAS DEL ESCRITOR PARA DESCRIBIR EL TRASTORNO DE ESTRÉS POSTRAUMÁTICO

Como escritor creo que estos párrafos del libro El retorno del rey nos muestra como Tolkien supo describir toda la complejidad del trastorno en un solo personaje.

1. Emociones y sentimientos son la clave: el listado de emociones que experimentamos y plasmamos en nuestros personajes es infinito. Ana Galindo nos regala un listado de emociones.

Nostalgia, reposo, pesadilla, desenfado, caricia, angustia, gozo, melancolía, quietud, estremecimiento, afecto, euforia, bienestar, desánimo, alboroto, serenidad, agonía, ternura, júbilo, desconsuelo, pavor, calma, alegría, miedo, tristeza, amor, tranquilidad debilidad, fortaleza, bienestar, malestar, felicidad, desgracia, soledad, respeto, amistad, comprensión, inseguridad, desamparo, armonía, belleza, bondad, confusión, deseo, equilibrio, sensibilidad, frustración, éxito, ilusión...

Aunque no siempre va a ser posible, algunos pueden ser reemplazados. ¿Sabes qué se siente cuándo se está triste? Si lo sabes, reemplaza esa parte en la que dices que José está triste por describir los sentimientos que acompañan la tristeza: llanto, opresión en el pecho, nudo en la garganta, adormecimiento, etc. Ahí aparece el segundo consejo.

2. Mostrar, no contar: es el mismo consejo de la entrada anterior y de muchas entradas. Cuando hablamos de emociones es cuando diferenciamos a los escritores expertos.

Un buen escritor no escribe

-Pero -dijo Sam, con una tristeza profunda en el alma-, yo creía que también usted iba a disfrutar en la Comarca, años y años, después de todo lo que ha hecho.

-Pero -dijo Sam, mientras los ojos se le llenaban de lágrimas-, yo creía que también usted iba a disfrutar en la Comarca, años y años, después de todo lo que ha hecho.

¿Vieron? No digas que está feliz, muestra una sonrisa de oreja a oreja. No digas que se fue enojado, describe como tira la puerta. Usa los sentidos. Si tu personaje con TEPT presenta una pesadilla, no nos la cuentes, muéstranosla: juega con las imágenes, los sonidos de la guerra.

4. El personaje observador es bastante efectivo: cómo podemos ver en El retorno del rey, el trastorno de Frodo es descrito por Sam, lo cual facilita la comprensión y entendimiento de los lectores. Es mucho más fácil narrar y describir la forma como otros sufren.

5. ¿Hay una razón por la cual debes introducir este trastorno? ¿Qué tan profundo o grave es el trastorno en el personaje? Recuerda que no todos los personajes ni soldados lo presentan: por eso debes tener en cuenta los factores de riesgo que mencioné antes. No todos las personas expuestas a estos factores lo presentan. Según el investigador Bruce Dohrenwend, la exposición al combate por sí sola no es suficiente para hacer que un guerrero o soldado presente el síndrome de estrés postraumático, también debes tener en cuenta estos factores: la vulnerabilidad antes de la guerra y la participación en el daño a civiles o prisioneros. Ten presente todos estos factores y no cometas el error de parodiar esta terrible y difícil situación.

LISTADO DE PERSONAJES QUE PUEDEN O DEBEN SUFRIR DE TEPT

The Punisher: luchó en Vietnam y su familia fue asesinada.

Vaya, que ha sido larga esta entrada. Qué tal un poco de TEPT de parte de Los Simpson para disminuir la tensión.

¿Qué te parece el asunto del Estrés Postraumático? ¿Conoces a algún personaje con este trastorno que no haya nombrado? ¿Usarías a este tipo de personaje?


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