Trastornos de la alimentación (II)

Podemos comenzar esta serie de artículos con determinadas creencias o ideas que se han ido transmitiendo a lo largo de los años y que muchas de ellas las hemos adoptado como propias. Son mensajes que, por una razón u otra, han llegado a calar en muchas personas, haciendo que puedan llegar a tener un concepto equivocado de la salud, del bienestar y de la estética. Algunos, ni siquiera están relacionados con la alimentación de manera directa, pero poco a poco se han ido aplicando también a ella.

• Mi valoración como persona depende únicamente de mi peso y de mi imagen física
• No estar delgado es sinónimo de estar gordo, no existe un punto medio
• La delgadez es saludable
• Las demás personas pueden ingerir al menos tres comidas al día, pero yo no necesito tantas calorías.
• Estar gordo es síntoma de debilidad, impide el poder parecer atractivo a los demás y esto me llevará de manera irremediable a sentirme rechazado y desgraciado
• La ropa tiene que quedarme siempre perfecta, es mi modo de presentación al resto del mundo
• Las personas delgadas tienen garantía de éxito, de felicidad y de fortaleza ante los demás
• Si comienzo engordando 1kg, terminaré por engordar 10kg más, debo controlarlo

¿Qué os parecen estas frases? ¿os sentís identificados o reconocidos en algunas de ellas? ¿las habéis utilizado en alguna ocasión? La realidad es que muchas personas de nuestro entorno o nosotros mismos hemos hecho alusión a conceptos similares a los que pueden transmitir estas frases. Parece que pueden llegar a ser frases soltadas al aire y sin ninguna transcendencia pero también puede ser el principio para comenzar una “dieta”.

Existen diferentes maneras de hacer dieta, y las que podemos considerar peligrosas tienen que ver con las que propugnan restricciones extremas. En el caso de que exista un trastorno de conducta alimentaria, las dietas que se llevan a cabo son mucho más restrictivas. Llegan a evitar comer entre determinados periodos, lo que acaba llevando a estas personas de manera casi irremediable a cometer atracones de comida. En otros casos, restringen la ingesta calórica por debajo de los límites considerados como saludables, 1000 o 1200 calorías al día. Y otra forma en la que la pueden llevar a cabo tiene que ver con evitar determinados tipos de comida, consideran que engordan demasiado, son “prohibidas” o “peligrosas”.

Todo este tipo de comportamientos entorno a la comida, por supuesto que tiene efectos sobre las personas que las desarrollan, tanto a nivel físico como a nivel psicológico.

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