Revista Cine

'trece días', una película sobre la crisis de los misiles

Por Pedro


Esta película, dirigida por R. Donaldson e interpretada por Kenin Costner, recrea la Crisis de los Misiles en Cuba de 1962 y los días en que el mundo de los bloques contuvo el aliento ante el órdago de las dos superpotencias y  el peligro de un enfrentamiento tal vez nuclear


Año: 2000
Duración: 145 min.

"... La película trata el tema real como un thriller histórico, metiéndose en el mismo riñón de la Casa Blanca. Gobierna los Estados Unidos John Kennedy, con un equipo de asesores y colaboradores que pasaron a la Historia: su hermano Robert, el ministro de Defensa Robert McNamara, el representante ante las Naciones Unidas Adlai Stevenson (que da batalla diplomática al embajador soviético) y Dean Rusk, el ministro de Relaciones Exteriores. Todos ellos son los personajes de la película, que está contada sin embargo desde el punto de vista de un hombre que actuó entre las sombras: el asesor presidencial Kenneth O’Donnell, interpretado por Kevin Costner, quien una vez más encarna su personaje conocido de héroe ímprobo, en esta ocasión ocupando el segundo plano. De origen irlandés, bostoniano como los Kennedy, compañero de estudios de Bobby, de cuya mano llega a la dirección de la campaña presidencial, héroe de guerra como John, O’Donnell es quien acompaña y aconseja al Presidente y a su hermano, quien, como se sabe, tenía casi tanto poder como aquél.
(....)
La narración sigue prolijamente –tal vez demasiado prolijamente– el recorrido cronológico a través de esos trece días. Detalla obsesivamente los hechos históricos, las discusiones en el Gabinete, las decisiones políticas y cómo se llegó a ellas, pero sin reflexionar sobre el por qué ni sobre la génesis de esas posiciones. Los estadistas están presentados como víctimas del sistema político. Kennedy aparece fuertemente presionado por los mandos militares, reaccionarios y antisoviéticos, impacientes por poner en actividad todo su poderoso aparato bélico e invadir la isla. El Presidente había vivido ya el fracaso de Bahía de los Cochinos, y no quiere repetir errores. Despliega toda su habilidad de estadista y su ejercicio del poder para evitar la guerra, imponer un bloqueo y llegar a una solución no violenta por la vía diplomática. Los militares debieron esperar su muerte, acaecida trece meses después de estos trece días, para finalmente jugar el juego para el que habían sido entrenados, en Vietnam. Aunque nunca vemos a Nikita Kruschev, el primer ministro soviético, adivinamos que él también está viviendo la misma angustia y presión que Kennedy y sus colaboradores. Ambos enfrentan virtuales golpes de estado de sus mandos militares. A diferencia del cine realizado por Hollywood durante esa Guerra Fría, aquí los soviéticos no son los malos de la película. Responden, como los yanquis, a un sistema político que había dividido al mundo en dos, y en el que cada uno defendía y luchaba por su territorio. Pero la película nunca profundiza sobre las razones de cada bando...." 

TEXTO DE JOSEFINA SARTORA EN  http://www.cineismo.com/criticas/trece-dias.htm





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