Tres en uno. Método GTD

Hoy en día no está tan claro donde se encuentran los límites entre lo particular y lo profesional y resulta difícil establecer una línea bien definida que los separe. Por ello los sistemas de productividad orientados en exclusiva a nuestro ámbito laboral están abocados al fracaso o a quedarse, simplemente, a medio camino.
David Allen cuando define el “trabajo” lo hace así: “todo lo que quieres hacer que todavía no has hecho”. Por ello “trabajo” incluye la planificación de unas vacaciones, el apuntarse a un curso de patchwork o el contratar a un nuevo jefe para el departamento de marketing.
GTD nos permite abarcar de forma global la gestión de nuestro mundo particular en todos los contextos. Se basa en obtener control  y perspectiva .
Se trata de un sistema íntegro formado por tres modelos diferenciados. Todos potentes por sí mismos, que nos permiten obtener claridad, dirección y avance; Son sistemas tan interdependientes que nuestra productividad será tan buena como el eslabón más débil de esta cadena.
1.- Modelo de organización del flujo de trabajo.  Nos proporciona la magia de dominar lo cotidiano, mediante los siguientes pasos:      Recopilar   Procesar   Organizar   Revisar   Hacer
2.- Modelo de Planificación Natural (Proyectos).
 “El sentido común a veces es el menos común de los sentidos”.
 La mayoría de las veces cuando intentamos planificar un proyecto “conscientemente” nos alejamos del sistema natural que usaría nuestro cerebro.  El Modelo de planificación natural se basa en que el método más ecológico de planificar en la vida real, es el que usaría nuestra mente de forma natural.
Lo consigue con estos cinco pasos:
   Propósito    Objetivos    Generar lluvia de ideas    Organizar    Acciones    3- Modelo de los horizontes de enfoques (prioridades) Mediante un símil de perspectivas a diferentes niveles de altitud, nos permite ver con, amplitud de miras, nuestros horizontes desde la pista de despegue de nuestra posición cotidiana hasta los 15.000 mts de altura, donde se suponen están situados nuestros propósitos y valores primordiales en la vida. Ninguno de estos horizontes es viable por si mismo y cada uno forma parte del conjunto de enfoques de nuestra hoja de ruta y debe ser congruente con los demás.
El mapa de altitud:
15.000 mts.    Propósito y valores centrales 12.000 mts.    Visión   9.000 mts.     Metas y objetivos   6.000 mts.     Áreas de responsabilidad   3.000 mts.     Proyectos  Pista de despegue   Acciones      

Como podéis ver en el gráfico, el control y la perspectiva se encuentran frente a frente en el nivel de ACCIONES. No importa lo sofisticados o simples que sean nuestros proyectos, nuestra visión o enfoque deberá trasladarse siempre a una acción física si no queremos que solo se queden en una ensoñación. Tampoco significará nada que hayamos logrado un buen nivel de control en nuestro flujo de trabajo si no lo revisamos periódicamente y tomamos medidas para mantenerlo.
Las connotaciones más populares y de más éxito del sistema GTD son la de confeccionar listas de recordatorios por contextos y la del razonamiento ¿cuál es la próxima acción física a realizar?, olvidando que GTD es mucho más que eso.
Con frecuencia damos mucha importancia al modelo número 1 de “organización del flujo de trabajo” y nos centramos en él: nos obsesionamos en recopilar y procesar nuestra bandeja de entrada e incluso hacemos revisión semanal y definimos próximas acciones, pero olvidamos el resto de modelos. Nuestro horizonte a 15.000 mts no lo tenemos bien definido y muchas veces nos abalanzamos a actuar sobre un proyecto sin previa planificación.
Con la unión de estos tres modelos a GTD no se le escapa nada y abarca todos los aspectos de nuestra vida. No nos quedemos a medio camino. ¡Aprovechémoslo!.    Que tengáis un buen día Montse
Fuente referencia: Haz que funcione de David Allen  Alienta Editorial
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