Revista América Latina

Trilogía Argentina Amateur

Por Viendoteatro
Trilogía Argentina Amateur
La Trilogía Argentina Amateur está conformada por un grupo de tres obras escritas por Mariano Saba y Andrés Binetti. Las mismas son: la multipremiada La Patría Fría (Grotesco ambulante), que transcurre en 1948; Al servicio de la patria (Epopeya isabelina), que transcurre en 1910 y Después del aire (Sainete oral), que tiene lugar en 1933. En este momento, existe la posibilidad de ver las tres obras en Apacheta Sala Estudio los sábados por la noche. Este proyecto brinda la interesante posibilidad de ver las tres obras seguidas, dos de ellas o una sola. El director de cada una de las piezas es el mismo Binetti.
Como sus mismos autores lo dicen, la Trilogía Argentina Amateur “busca desde una postura a veces irónica y otras veces trágica pensar la argentinidad. El modo en que lo hace es situando distintos grupos artísticos en diferentes momentos muy intensos de la historia política nacional. El circo trashumante durante el primer peronismo, el quehacer radioteatral en la década infame y los grupos filodramáticos en el primer Centenario”.  Monumental trabajo el de este equipo que va construyendo un estilo, un entretejido muy particular a lo largo de las tres piezas.
Dada la complejidad del proyecto, dedicaremos algunas palabras al trabajo de cada obra, ya que son distintas pese a estar planteadas como partes de un mismo todo. Es decir, no pertenecen a una misma historia al nivel de la trama, pero sí tienen un hilo en común que es el de la historia argentina, la política, el ser nacional, las utopías frustradas y la marca de lo grotesco mediante las representaciones artísticas amateurs.
El circo y el peronismo La Patría Fría, como apunta la periodista Paula Rey, es una obra que no nos permite irnos en ningún sentido. Sucede en una carpa de circo que envuelve personajes y  espectadores. Simbólicamente, ocurre en los márgenes del seno social cotidiano de la época (1948), con personajes en decadencia, con valores otros que no se corresponden con los socialmente aceptados. Sucede “afuera” del foco de atención, que en ese momento era el tren solidario de Eva Duarte. Sin embargo, nosotros estamos dentro de la carpa circense todo el tiempo, somos parte de su miseria, de su verdad en carne viva, del ring de batalla. 
Es, sin duda, de las tres obras la más profunda, la que pega el cross a la mandíbula ni bien entramos. Pero lo hace con gracia clownesca y entonces reímos, porque no podemos hacer otra cosa que eso, aunque nos duela en las entrañas. Un poco como la dualidad inquietante de los payasos, que viven entre la tragedia y la comedia.
Gran acierto el de la escenografía y la música en vivo, así como también la preeminencia de los vínculos en ese ambiente de tanta precariedad. Sin duda, esto último viene habilitado por un texto sólido en lo vincular y en el planteo del universo. Además, la obra cuenta con muy buenas actuaciones. En este sentido, resulta particularmente conmovedora la actuación de Natalia Bavestrello, mujer de todos y de ninguno, que sabe llevar en el cuerpo la desgracia de la cooperativa circense. Cabe distinguir también el trabajo impecable, a lo largo de las tres obras, de  Juan Pascarelli que supo estar siempre disponible a lo que pedía cada texto, a lo que reclamaba cada situación y que le aportó su marca subjetiva a cada uno de sus personajes.
El teatro vocacional y el proyecto liberal Al servicio de la patria plantea un burdel del año 1910 como escenario de un Hamlet criollo imposible, interpretado por un par de vagabundos que se abrazan al arte dramático como último salvavidas en esa tierra enloquecida. En el marco de los festejos del primer centenario de la Revolución de Mayo, nos sumergimos en este microuniverso que condensa buena parte de las infamias que ocurren “allá afuera” y que traen una y otra vez a colación la política entendida en toda la amplitud del término: negocio, guerra de poderes, lugar de las utopías, ideología maníquea y base de la construcción del ser nacional. Una vez más, el foco social de atención no está en donde ocurre la obra, sino en el espacio aludido, aquel al cual el espectador no puede acudir de manera más que indirecta, a través de la pluralidad de voces de la obra. Nos referimos a la calle, lugar en donde se están produciendo los festejos patrios por el primer centenario de la elocuente Revolución de Mayo. 
Con elenco numeroso, esta pieza es la más inteligente o erudita de las tres. A lo largo de la obra y de sus múltiples tramas paralelas no se ve sólo el mito fundacional de la patria, sino también el germen de la decadencia posterior, el vaticinio de las desgracias por venir como destino ineludible de la Argentina. No sin motivos es la última pieza estrenada de las tres. 
En cuanto a las actuaciones, funcionan aquí como una orquesta. En parte debido a que es un elenco bastante numeroso peor también por el manejo coral que se da en diversas situaciones. Así, hay momentos en los que se producen microescenas diversas entre dos o tres personajes y hay otros en los que la totalidad variopinta de los mismos construye ese crisol argentino de principios del siglo XX.
En este sentido, la labor del director es aquí más visible aún que en la obra anterior, ya que logra organizar con maestría esta multitud de miradas encarnadas en los intérpretes.
El radioteatro y la democracia Después del aire, situada en 1933, transcurre en un estudio radioteatral en el que veremos cómo se va montando la farsa para los oyentes, a la par que metafóricamente podemos leer la representación de los distintos sectores sociales del momento en los mismos personajes que componen la pieza. 
En el marco del derrocamiento de Yrigoyen, que dará lugar a lo que se llamó la década infame, vemos relacionarse en progresiva violencia a los distintos trabajadores de la radio. Si lo social es una olla a presión, lo que ocurre entre ellos no es menos. La enorme densidad de conflictos, por tanto, queda en consonancia directa con los disturbios sociales que ocurren afuera de la radio. Y todo se da en el campo de batalla del lenguaje. 
Además, llama particularmente la atención el manejo preciso de los múltiples recursos escénicos en esta obra. Inclusive es prodigioso el manejo vocal de los actores que representan mediante la voz, a su vez, a diversos personajes radioteatrales. Todo este despliegue técnico de los diversos recursos (escénicos, interpretativos, vocales) se ve facilitado por la misma condición textual, que exige una representación en vivo de una pieza radioteatral gauchesca, ya añeja  y conservadora inclusive para la época en la que transcurre la historia. En todo caso, el problema será encontrar aquello que represente al pueblo argentino que ya no puede identificarse simplemente con el gaucho, ni con el terrateniente, pero que tampoco es puramente europeo. A la par de esta conflictividad respecto de la representación colectiva del sujeto social argentino, se ve despuntar la lógica mercantil que es vista como el progreso por un lado, pero que elimina lo autóctono por el otro.
Ficha Artística - La Patria Fría
Autoría: Andrés Binetti, Mariano Saba 
Actúan: 
Marcelo Aruzzi …Ex enano 
Natalia Bavestrello… Nadia 
Oscar Tato Cayón… El crítico 
Osvaldo Djeredjian… Público 
Ezequiel Lozano… Durán 
Juan Pascarelli…Boccatti 
Mariano Saba… Barón Von Kraizler 
Héctor Segura… Cascarita 
Diseño de vestuario: Ana Algranati Diseño de escenografía: Magali Acha
Diseño de luces: Andrés Binetti 
Diseño sonoro y música: Guillermina Etkin 
Letras de canciones: Andrés Binetti, Mariano Saba 
Diseño gráfico: Andrés Kyle
Asistente de sonido: Bruno Dotti 
Asistencia de dirección: Michelle Wejcman/ Sabrina Gilardenghi Producción: Andrés Binetti, Malala González, Ezequiel Lozano, Mariano Saba 
Dirección: Andrés Binetti 
Duración: 55 minutos
Ficha Artística - Al Servicio de la Patria
Autoría: Andrés Binetti, Mariano Saba 
Actúan: 
Silvia Aguado…Gitana/ Infanta 
Marcelo Aruzzi …Álzaga 
Natalia Bavestrello… Sandrita 
Oscar Tato Cayón… La Larga 
Osvaldo Djeredjian… El Galgo/Cochero 
David Ledesma… Menucho 
Alejandro Lifschitz…Pocodiente 
Teresa Murias… Liboria 
Juan Pascarelli…Don Luis 
Alejandro Robles…Policía 
Michelle Wejcman…La Polaca 
Pablo Sciolini… El Oscuro
Diseño de vestuario: Ana Algranati
Diseño de escenografía: Magali Acha y Andrés Binetti 
Diseño de luces: Andrés Binetti 
Diseño sonoro y música: Guillermina Etkin
Diseño gráfico: Andrés Kyle 
Asistente de sonido: Bruno Dotti 
Asistencia de dirección: Sabrina Gilardenghi 
Dirección: Andrés Binetti 
Duración: 70 minutos
Ficha Artística - Después del Aire
Dramaturgia: Andrés Binetti, Mariano Saba 
Actúan: 
Marcelo Aruzzi…Guitarrero 
Ignacio Bartolone… Romualdo 
Malala González… La opa 
Marianela Iglesia… Olinda 
Teresa Murias… Teresa 
Juan Pascarelli… Robledo 
Pablo Sciolini… Inhiesta 
Diseño y realización de escenografía: Andrés Binetti, Pablo Sciolini 
Diseño de luces: Andrés Binetti
Diseño sonoro: Guillermina Etkin 
Música original: Martín González
Letras de canciones: Andrés Binetti, Mariano Saba 
Diseño gráfico: Andrés Kyle 
Asesoramiento de vestuario: Julia Camejo 
Asistente de sonido: Bruno Dotti 
Asistencia de dirección: Sabrina Gilardenghi 
Dirección: Andrés Binetti 
Duración: 50 minutos

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