Revista Cultura y Ocio

Trumbo. La lista negra de Hollywood

Publicado el 03 mayo 2016 por Juancarlos53
Un día del pasado puente del 1° de mayo lo dediqué al Cine. De las que me ofrecía la cartelera de mi ciudad natal elegí "Trumbo". No sabía exactamente por qué pero algo me atraía de esa historia situada en el corazón de Hollywood durante la Caza de Brujas emprendida por el senador McCarthy.Trumbo. La lista negra de Hollywood
 Creo que no me equivoqué, a pesar de que en las listas de mejores películas en exhibición esta cinta dirigida por Jay Roach ("Los padres de ella", "Los padres de él", entre otras) no ocupe lugares de privilegio. No sé el motivo concreto de esto aunque me inclino a pensar que se deba a predisposiciones subjetivas de algunos críticos al ver que el director es el de otras cintas más bien mediocres. Es cierto que no estamos ante una narrativa audiovisual que rompa nada ni con nada, pero el tratamiento dado en forma de biopic a esa vergonzosa etapa de la Guerra Fría vivida en Norteamérica tiene elementos que a mí me parecen interesantes y de calidad. Me refiero, por ejemplo, a la utilización de algunos documentos de archivo audiovisuales cinematográficos y televisivos de esa época represiva insertados por Jay Roach con naturalidad y sin estridencias en el cuerpo de la narración del biopic que estamos viendo: la caída en desgracia de Dalton Trumbo por culpa de la manipuladora intransigencia ideológica de anticomunistas exacerbados.
El film, además de en una más que aceptable dirección, se apoya en un excelente plantel de actores: Bryan Cranston [conocido por su interpretación en series de TV como "Breaking bad" y en filmes como "Argo"] se mete en la piel de Dalton Trumbo y transmite veracidad por todos sus poros; Diane Lane ["El hombre de acero", "Infiel"] es Cloe, la apacible y amante esposa de Trumbo al que apoya sin fisuras; Hellen Mirren ["The queen", "La deuda"] es la mala malísima Hedda Hopper, la periodista de sociedad y chismorreos que sin descanso persigue a estos intelectuales izquierdistas del mundo del espectáculo sin importarle el daño inmenso que pueda ocasionarles; Elle Fanning ["Maléfica", "El curioso caso de Bejamin Button"] es Niki, la adolescente hija mayor de Trumbo que en medio del conflicto que vive su familia sufre los propios de su edad con su padre; John Goodman ["Argo", "El gran Lebovsky"] es el director Frank King, dedicado a hacer películas sólo para amasar dinero sin importarle quien sea el inventor de sus historias siempre que éstas den beneficios; Dean O'Gorman ["El hobbit"] es Kirk Douglas quien se jugará el tipo al empeñarse en que el guión de la película "Espartaco" que dirigió Stanley Kubrick lo redacte Dalton Trumbo; y luego otra serie de magníficos actores que dan cuerpo a personajes tan importantes como el actor Edward G. Robinson (Michael Stuhlbarg), el director Otto Preminger (Christian Berkel), el productor y director Louis B. Mayer (Richard Portnow), etc., etc.
Bryan Cranston, Diane Lane, Elle Fanning, Hedda Hopper, Kirk DouglasEl guión de esta película sobre un guionista corre de la mano de John McNamara. Para mí McNamara ha escrito una historia que por encima de todo ensalza la figura de quienes, como él mismo, son muñidores de historias, 'escribidores' que diría Vargas Llosa, 'guionistas' en terminología cinematográfica. Sin ellos no hay producto; ya puede haber dinero a espuertas, actores fenomenales, magníficos estudios de rodaje, técnicos fabulosos y todo lo que se quiera..., si falta una historia bien estructurada, con sus altibajos -("Si todas las escenas fueran magníficas, el público se aburriría, Mr. Preminger", argumenta Dalton Trumbo al director alemán cuando éste le pone algún 'pero' al guión de "Exodus" que a toda máquina está Trumbo escrib iéndole)-, y sus momentos soberbios, no hay Cine. Quizás este mostrarnos la dureza del oficio de escribir en sector tan glamuroso, la necesaria rapidez en la ejecución, las correcciones sobre la marcha, las necesarias falsificaciones de la autoría, las adicciones -alcohol, tabaco, anfetaminas- para lograr cumplir los imposibles plazos de entrega, etc., haya sido para mí el principal atractivo de esta película.
Es cierto que no es la primera vez que desde el mismo Hollywood se recuerda esta vergüenza (en 2005, por ejemplo, George Clooney lo trató en su magnífica "Good night, Good luck"). La diferencia estriba en que en el film de Jay Roach la vivimos desde el mimísimo centro emocional y personal de uno de los muchos que sufrieron esta represión: Vemos a Trumbo en prisión, con sus dificultades económicas en su casa, haciendo un trabajo prácticamente de esclavo, lo vemos levantándose aceptando su penosa situación y lo veremos lloroso y vencido ya por la edad en su tardía rehabilitación. A su lado contemplamos la actitud de los suyos, familia y amigos. En este aspecto la película es un canto a la amistad entre los integrantes de ese grupo conocido como "Los 10 de Hollywood" represaliados por su militancia en el legal Partido Comunista Norteamericano.  Y sobre todo un elogio al amor y la unión dentro de la familia: la mujer y los hijos del expulsado del mundo del cine, Trumblo, están a muerte con su padre que trabaja como un negro para que el nivel de todos ellos no se vea mermado a causa de sus ideas políticas.
Dalton Trumbo, Jay Roach, Por último, "Trumbo" es una fuerte y decidida denuncia de la prensa amarilla personificada en la periodista Hedda Hopper, auténtico martillo de herejes del Hollywood de esos años 40 y 50, sólo comparable hoy a la Sara Pallin del derechista Tea Party. También en esta cinta de Jay Roach hay una lateral crítica a esa clase de políticos que, patrioteros ellos,  persiguen a los 'malos' hasta la extenuación mientras que por su parte se dedican a engañar a los ciudadanos robando todo lo que pueden al engañar al fisco de su país. En "Trumbo" es el personaje de J. Parnell Thomas (James DuMont), que persiguió hasta la extenuación a "Los 10 de Hollywood", el que escenifica esta hipocresía socio-politica.
En fin, una película muy recomendable en mi opinión para todos aquellos que gustamos de hacer blogs sobre literatura pues introduce al espectador en el vórtice del proceso de creación de esta clase de escritores -los guionistas- al tiempo que sirve para recordarnos que el odio y el daño irracionales se pueden desatar en cualquier lugar y en cualquier momento por difícil que tal cosa nos pueda parecer.

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