Revista Ciencia

¿Tu cachorro muerde la correa?

Por Ricardo Antón Alonso @Dogguau_Bilbao
Este comportamiento es muy común. Los paseos con el cachorro suelen ser un continuo parar y recriminar este hecho sin muchos resultados, aunque se haya hecho una buena habituación previa al collar y la correa. La correa es un elemento básico que el perro no debe morder para poder tener un paseo tranquilo y poder relacionarse de forma correcta. Pero casi es inevitable que todos los dueños de un cachorro se quejen y se frustren por no poder pasear sin que su perro muerda la correa. ¿Por qué la muerden? ¿Cómo puedes solucionar este problema?

¿Tu cachorro muerde la correa?
Para el cachorro todo es susceptible de ser explorado. Su boca es como nuestras manos, la usa para experimentar todo lo que esté a su alcance. Aun así, hay algunas razones más específicas por las que el cachorro puede morder la correa:

- La ve como un juguete. Para el cachorro todo es susceptible de ser algo con lo que pasar un buen rato. Más si el dueño coge la costumbre de jugar con él a que muerda la correa. Nunca juegues con tu cachorro a morder la correa. Luego no te quejes que durante el paseo también lo haga.

- Tiene necesidad de morder. En la etapa de cachorro se produce el cambio de dentición: se le caen los dientes de leche y le salen los definitivos. Esto le produce escozor e irritación y morder objetos le alivia. Por eso es muy importante que tengan muchos y variados juguetes para que muerdan.

- Es de una raza con mayor propensión a usar la boca. Hay razas, como el labrador, que por su genética e instinto usan la boca para coger objetos con mayor frecuencia que otras razas.

- El movimiento de la correa activa el instinto de caza/depredación. Durante el paseo, en muchas ocasiones, la correa se mueve por delante de la cara, y por lo tanto de los ojos, del cachorro. Este movimiento hace que instintivamente el perro quiera morder la correa. Hay que procurar que la posición de la correa sea lateral con respecto al cachorro y no cruzarla por delante de su cara.


Hasta aquí algunas de las causas. Están bien saberlas porque ayudan a comprender el por qué del comportamiento de tu cachorro, pero ¿qué puedes hacer exactamente durante el paseo? Te voy a dar tres soluciones, pero una de ellas, en mi opinión, no es la más recomendable:

A) Durante el paseo:

1. Parar el paseo las veces que hagan falta ignorando completamente (sin mirarle ni hablarle ya que eso también sería un refuerzo) el comportamiento del cachorro y reanudar la marcha cuando no la muerda premiándole por ello. 


A esto se le llama extinción: no reforzar una conducta indeseada ignorándola hasta que, por ese nulo refuerzo, cese. A priori, podría ser una solución satisfactoria pero tiene problemas: es lenta, genera frustración y es emocionalmente negativa. Tanto para el cachorro al sentirse ignorado como para el dueño, ya que se tiene que tener en cuenta que la conducta aumentará en un principio. 

2. Proporcionar al cachorro una conducta alternativa. (Es la que recomiendo). 


¿Qué harías si vieras a tu cachorro morder uno de tus zapatos? ¿Le ignorarías para no reforzar la conducta? Seguro que no (aunque lo hagas solo porque los zapatos tengan más valor para ti que la correa). Trata la correa como a uno de tus zapatos, no la puede morder. Te propongo que hagas lo que harías en ese caso: ¿Qué quiere el cachorro? ¿Morder? Bien, que muerda un objeto que a ti te interese. Acércate a él sin hablarle y sin actitud amenazante (como sabes qué tienes que hacer, no tienes que frustrarte, solo hazlo), quítale la correa de la boca, dale un juguete que pueda morder y sigue el paseo. Al igual que si coge algo indebido de casa para morder, le estarás diciendo "esto no, muerde esto". 

B) Problema cognitivo a través del juego (Complemento a la anterior).

En casa o en un lugar en la calle sin distracciones prepara el siguiente juego en el que le pondrás un problema a elegir entre dos opciones para que el cachorro piense:

Juega con el cachorro con la correa puesta a que encuentre abundantes premios debajo de un vaso a poca distancia. Haz bastantes repeticiones en las que siempre obtenga premio. Luego, coloca otro vaso enfrente del anterior a cierta distancia con un solo trozo de comida, colocaros en el medio mirando al primer vaso. El perro querrá ir hacia él: si no muerde la correa antes de llegar, obtiene sus premios; si la muerde, giras y le llevas al vaso con solo una recompensa (es importante que siempre tenga premio para no generar frustración pero con un nivel mucho más bajo). Más adelante coloca el primer vaso más lejos y, según los avances, fuera de su vista. De esta forma harás que el cachorro piense cuál es la mejor estrategia y abandone activamente la conducta de morder la correa.


Los cachorros son eso, cachorros, aunque parezca una obviedad. Hay demasiadas personas que no se dan cuenta que todo tiene su proceso y su tiempo, y quieren un perro que se comporte desde el primer día de forma educada. Lo siento, eso es imposible. El dueño es el que se tiene que encargar de enseñarle algunos comportamientos que consideramos correctos. Y el que no muerda la correa es uno de ellos.

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