Revista En Masculino

Tu historia, tu canción

Por Olieteworldblog @OlieteWorldBlog
Tu historia, tu canción

Cojo mi maleta gris y subo el pequeño escalón que me llevará en un viaje a 300km/h a una nueva ciudad por descubrir. Busco mi asiento, 4B leo en el billete impreso que choca con la mochila sobreviviendo por no caer al suelo. Me siento. El tren va lleno, empiezo a mirar a mi alrededor. Cada cara tiene una expresión, pero todas se asemejan, piensan en su destino, Valencia.

Abro la cremallera de mi mochila y saco el ordenador. Pongo mis dedos en el teclado que esta escribiendo estas líneas, noto el calor en las manos del sol que traspasa por la ventana que muestra la ciudad que desaparece entre carreteras, montañas con el sonido de los railes como banda sonora. Decido ponerme música. Noto silencio al introducir los auriculares. Pongo unas de mis canciones top de la semana que añadí a mi lista, "Don´t Stop Believin" de Journey. Me acompañará durante casi 4 minutos de mi vida.

Cuando me subo a un tren me da por pensar, por divagar sobre dónde me gustaría viajar, qué lugares me gustaría visitar, y dónde iría sin billete de vuelta. Estos últimos son los que más me hacen pensar. Cierro los ojos y decido darme un respiro.

Alguien me toca el brazo. Me he quedado dormido y una voz anuncia la llegada a la ciudad mediterránea. Salgo por la puerta y el calor invade mi rostro. Vale, necesito quitarme la cazadora y quedarme con la camiseta básica. Empiezo a andar camino del cartel que veo al fondo: Salida, Exit, sortida... Los rayos de sol invaden la calle, busco la sombra y me enciendo un cigarro apoyado en la pared y sin perder de vista mi mochila y maleta.

Veo la fila de taxis al fondo. Camino en busca de uno.- Hola buenos días - le digo al conductor mientras mete mis pertenencias en su propiedad.

- Ahí tiene su hotel, no puedo llevarle más cerca - me comenta el taxista. La calle es peatonal y tengo que andar tres números hasta llegar a la puerta. En cuanto tengo mi habitación lo primero que hago es entrar. Hago mi personal visita guiada por el baño, y la habitación. Abro de un ligero golpe las cortinas de par en par y me tiro feliz en la cama deshaciéndolas sábanas. Alzo la mirada por la ventana y veo que varias personas me están mirando desde las oficinas de enfrente. Voy corriendo con vergüenza a cerrarlas, haciendo como que no les he visto. La verdad es que segundos antes me había puesto cómodo.

Descanso un rato y decido salir a pisar las calles de Valencia. Lo primero es perderme, sin mapa ni rumbo, ni destino. Cuando me aburra ya me localizaré en el mapa del móvil. Me gusta hacerlo cuando voy una ciudad nuevaEn modo observación voy viendo todos los edificios, la gente, las tiendas... Voy pasando semáforos, baldosas de colores... alzo la mirada y veo la ciudad de las ciencias y las artes de Calatrava. ¡Qué maravilla! Giro la cabeza de lado como mi perro y pienso - Es diferente a como me lo esperaba - En un cartel leo "Acuario". Mi cerebro directamente añade ese lugar como "Lugar de obligatoria visita". Voy siguiendo los carteles como si en El Mago de Oz me encontrara.

Animales de todo tipo me miran, igual que yo a ellos. Me gustaría saber que piensan, que dicen entre ellos de mi. Los pingüinos juegan entre ellos. Salgo del acuario y el tiempo ha cambiado. Es momento de volver a mi habitación y abrir de nuevo mi ordenador.

Como si hubiesen sido un par de horas fuera, de repente me encontraba diciendo adiós a una ciudad que me había dado oxígeno durante tres días. Sentado en el tren miraba la ciudad desvanecerse y terminaba de escribir estas líneas.

Tu historia, tu canción
Tu historia, tu canción
Tu historia, tu canción
Tu historia, tu canción
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