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Tutorial de fotografía: una guía rápida para entender tu cámara réflex

Publicado el 19 diciembre 2014 por Entrelugas

Tutorial de fotografía: una guía rápida para entender tu cámara réflex

¿Utilizas el modo automático de tu cámara, porque no sabes aprovecharte de las ventajas del modo manual?

No te preocupes, a todos nos ha dado miedo girar la ruedecita a la letra M. Al principio de tener mi cámara réflex, todas las fotos las hacía en automático. ¿Para qué voy a hacer yo el trabajo, si lo puede hacer la cámara por mí y además mucho mejor? Qué equivocada estaba. La mayor parte de las veces, las fotografías eran muy diferentes a lo que yo realmente quería fotografiar: era la cámara la que mandaba, interpretando la imagen y composición a su manera.

Con la cámara en modo manual, tú decides qué foto quieres hacer, obtienes un control total y absoluto sobre el estilo de tus imágenes. Como yo no tuve nadie que me enseñara, ni ganas de leerme el manual, hice lo que siempre hago en estos casos: probar a ver qué sale. Me obligué a utilizar siempre el modo manual, aún no teniendo ni idea sobre términos como ISO, apertura, balance de blancos, velocidad de obturación, exposición, autoenfoque...

Con el tiempo las fotos fueron mejorando notablemente, y aunque sigo totalmente en modo aprendizaje, ya no tengo que tirar a la basura la mayor parte de mis fotos. Ahora puedo ser totalmente creativa en lugar de que la cámara decida por mí, y además me ahorro tiempo en el post-procesado (ya no tengo que pasarme horas editando fotos horribles para que se vean mejor).

Hoy te voy a explicar, a modo de resumen, los aspectos más importantes a tener en cuenta sobre tu cámara, para que nunca más le tengas miedo. Empezaremos por practicar con los modos semiautomáticos, para que finalmente el salto al manual no sea tan terrible. ¿Vamos?

Antes de nada, hay que tener en cuenta que existen 3 elementos importantísimos para una buena exposición fotográfica, esto es, controlarán la luz que entra a la cámara, y que han de combinarse siempre: (1) la apertura del diafragma, (2) la velocidad de obturación, y (3) la sensibilidad ISO . Éstos serán tus nuevos amigos, porque es con lo que vamos a trabajar siempre.

Respecto a los dos primeros, podemos jugar a controlar sólamente uno de ellos mientras la cámara se encarga de ajustar el resto (modo semiautomático), o podemos jugar a controlarlo todo, y ahí ya hablaríamos de usar el modo manual completamente.

Así que recuerda, y apúntatelo en una chuleta, porque ésto lo vas a tener presente durante mucho tiempo:

Tutorial de fotografía: una guía rápida para entender tu cámara réflex

SENSIBILIDAD ISO

La sensibilidad ISO nos marca la cantidad de luz que nuestra cámara necesita para hacer la foto. Cuanto más bajo sea el ISO (100, 200) la cámara utilizará menos cantidad de luz. Así que si hace un día muy soleado y brillante como para salir a hacer fotos al exterior, fija tu ISO a 100. En cambio, cuanto más alto sea el valor ISO, más luz utilizará la cámara, por lo que si quieres hacer una foto en un interior sin flash, y necesitas más luz, puedes configurar tu ISO a 800 o superior.

Una pequeña guía para saber qué valores debemos configurar en según determinadas ocasiones:
- 100-400 Exteriores soleados
- 400-1600 Cielos cubiertos, o tarde
- 1600-6400 Interiores oscuros, o noche

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que los ajustes con un ISO muy alto, pueden hacer que la imagen se vea peor, añadiendo "ruido" a nuestra foto (esa especie de arenilla o puntos feos). Las cámaras más caras soportan un ISO perfectamente alto sin añadir casi nada de ruido a nuestra imagen, pero en lo posible, hay que ajustar un ISO siempre lo más bajo que podamos.

Si inevitablemente necesitas subir el ISO, y aparece un poco de ruido, siempre se puede eliminar en Photoshop.

El ISO y la luz:

*Cuanto mayor sea el valor ISO, menos luz se necesita para hacer la foto
*Cuanto menor sea el valor ISO, más luz se necesitará para hacer la foto

Prioridad a la apertura del diafragma

Cuando hablamos de darle prioridad a la apertura, significa que nos vamos a centrar únicamente en ajustar nuestro diafragma de manera manual, mientras la cámara se encarga de ajustar el resto automáticamente. Para ello, nos colocaremos en Av para Canon, o en A para una Nikon:

Tutorial de fotografía: una guía rápida para entender tu cámara réflex


La apertura es el tamaño que tiene el diafragma del objetivo, es decir, el "agujero" por donde pasa la luz, a veces más abierto, a veces más cerrado. Ésto afecta a la cantidad de ella que pasa a través del lente; cuanto más abierto, pasa más luz. Fácil, ¿no? ¿y cómo controlo yo ésto?

Para ajustar la apertura, tenemos que modificar los llamados números f, que vienen representados en la cámara de esta manera: f5.6, f7.1, f8, f11... (también pueden aparecer representados con una barra: f/5.6, f/7.1...)

Debemos girar el dial (la ruedecita que viene en la parte superior), para aumentar o disminuír este número, mientras la propia cámara se encargará de ajustar la velocidad de obturación automáticamente.

Importante: Inversamente, cuanto más pequeño sea el valor de f, significa que más abierto está el diafragma, y por tanto, entrará más luz.

Tutorial de fotografía: una guía rápida para entender tu cámara réflex

La apertura además condiciona la profundidad de campo de la imagen. Con un f bajo podemos conseguir un bonito bokeh, es decir, esas fotos donde un elemento está perfectamente enfocado, y el fondo se ve borroso o difuminado.
¿De qué manera? Cuanto menor sea el valor de f, conseguiremos un fondo más desenfocado. Ésto es perfecto para retratos, still life, flores o todo tipo de detalles pequeños. En cambio, si quieres que la mayor parte de los elementos de tu foto aparezcan enfocados, deberás usar un f mayor, por ejemplo en fotografías familiares, paisajes, vida urbana...

Nota: En función del objetivo que tengas, es posible que no puedas configurar su apertura demasiado baja. Si tienes un objetivo estándar, como el 18-55mm que viene con la mayoría de cámaras, no podrás conseguir una apertura menor def 3.5. Incluso en 3.5, es posible que no seas capaz de conseguir un buen fondo borroso. Si te gusta el fondo muy desenfocado, puedes considerar la compra de unobjetivo con una apertura más baja. El enlace que he puesto es el más corriente y barato del mercado, al ser de plástico, pero con el que lo pasarás muy bien. Pero si quieres ir más allá, te recomiendo esta joyita, o ésta otraTutorial de fotografía: una guía rápida para entender tu cámara réflex .

La apertura y la luz

*Cuanto mayor es la apertura, más luz entra a la cámara
*Cuanto menor es la apertura, menos luz entra a la cámara

Prioridad a la velocidad de obturación

Nuestro tercer elemento importante junto con la apertura y el ISO, es la velocidad de obturación. Ahora gira la rueda y pon la cámara en modo Tv para Canon, o S para Nikon. Ése es el modo de velocidad de obturación que vamos a controlar, mientras ahora la cámara se encargará de ajustar la apertura automáticamente por nosotros.

Tutorial de fotografía: una guía rápida para entender tu cámara réflex


La velocidad de obturación es la rapidez con la que la cámara graba la imagen, o dicho de otra forma, es el tiempo que el diafragma estará abierto, determinando así la cantidad de luz que pasará hasta el sensor. A más tiempo abierto el diafragma, capta mayor luz y sobretodo más movimiento, con lo que podemos jugar a crear fotografías extraordinarias y muy creativas. ¿Has visto esas fotos nocturnas donde las luces de los coches aparecen como unas líneas largas en la carretera? ¿Conoces el light painting? ¿Y el star trails? Todo ésto puede conseguirse gracias a lo que se conoce como exposición larga.

Para el tipo de fotografías que se toman con velocidad de obturación lenta, es necesario utilizar un trípode para evitar la trepidación (imágenes borrosas), y un disparador a distancia. Agua, personas en movimiento, tráfico, luces que se mueven, incluso el movimiento de las estrellas en el firmamento... Todo es posible con una velocidad lenta, o muy lenta.

Si en cambio lo que quieres es congelar el movimiento, deberás ajustar velocidades mayores. Ésto queda especialmente bonito si por ejemplo quieres capturar los copos de nieve cuando caen, salpicaduras de agua, etc. Tienes que aumentar la velocidad para que no queden movidos, si no absolutamente nítidos.

Gira a la izquierda el dial para una velocidad de obturación más lenta, y a la derecha para una más rápida.

Nota: Fíjate en el valor de la apertura cuando cambias la velocidad. Si el número de la apertura comienza a parpadear, significa que la velocidad de obturación que has seleccionado es demasiado alta o demasiado baja para una exposición correcta.

Si es demasiado alta y la apertura parpadea, significa que no tienes suficiente luz, y la apertura no puede ajustarse con un valor más bajo para que entre más luz, por lo que tu imagen quedará oscura. Es necesario bajar la velocidad de obturación hasta que el número de apertura deje de parpadear, y la imagen pueda exponerse correctamente. También puedes probar a incrementar un poco el ISO para compensar.

Si en cambio, tienes una velocidad de obturación demasiado baja, y la apertura parpadea, significa que tienes demasiada luz en el exterior, y tu imagen quedará brillante. Es necesario ajustar la velocidad más alta, hasta que el número de apertura deje de parpadear (o también, disminuír el ISO) y de esta manera quede una exposición correcta..

La velocidad y la luz

*Cuanto más lenta es la velocidad de obturación, más luz entra a la cámara
*Cuanto más rápida es la velocidad de obturación, menos luz entra a la cámara

Las preferencias por un modo u otro (apertura o velocidad) dependerán siempre del tipo de fotografía que queramos hacer. Si queremos destacar un objeto concreto, pondremos nuestra cámara en modo apertura. Si lo que queremos es destacar el movimiento de algo, pondremos nuestra cámara en modo velocidad de obturación.

¡Bien! Ya casi hemos terminado. En este punto ya somos todo unos expertos en los modos semiautomáticos, hemos practicado mucho cada uno por separado, de forma que ahora será más fácil dar el salto al modo manual completamente, o M en el dial de cualquiera de las dos cámaras. Que no te entre el pánico. Ahora eres tú quien controla todos los ajustes: ISO, apertura, velocidad... Para entenderlo mejor, un par de ejemplos:

Quieres hacer unas fotos de retratos en el exterior, en un día soleado. Fuera hay tanta luz que necesitas dejar paso a un mínimo de luz en tu cámara para que no te queden demasiado claras. Para ello, bajamos el ISO a 100, aumentamos apertura (mayor número f), y aumentamos velocidad.

En cambio, en un día nublado, grisáceo, quiero hacer fotos en el interior de mi casa. Necesitamos aumentar la luminosidad en nuestra cámara, así que aumentamos el ISO, y disminuímos la apertura ( f bajos) y la velocidad. De esta manera, dejamos pasar más luz a nuestra cámara, y hacer unas fotos más o menos decentes sin necesidad de usar el flash (NO al flash bajo ningún concepto, excepto en los casos que sea estrictamente necesario. Más adelante hablaré de los usos del flash). Cuida de que al poner una velocidad más lenta no queden movidas tus fotos. Para ello, usa un trípode o coloca la cámara en alguna superficie donde sepas que no se va a mover en absoluto.

Por supuesto, cada situación es diferente, y la única receta exacta que hay para coseguir unas buenas fotos, es practicar una tonelada, y divertirse con ello. Hay que hacer montones de clicks, y borrar millones de fotos antes de empezar a hacer algo mínimamente aceptable. Quédate con esas fotografías que más te han gustado e intenta recrearlas. Sigue a tus fotógrafos favoritos, pasa tiempo en páginas como flickr, 500px o incluso pinterest, donde hay cientos de miles de fotos fantásticas que sirven de inspiración. Lee mucho sobre fotografía. Pero sobretodo, no dejes de practicar, y al final verás cómo dominar el modo manual no era tan complicado.

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