Revista Cultura y Ocio

Ucronía perversa

Publicado el 16 junio 2017 por Regina

Jorge Enrique Lage entrevista a Miguel Coyula (fragmentos) 7

Bueno, después de editarse en Miami (la novela Mar rojo, mar azul), la envié a Ediciones Unión y también a Ediciones ICAIC, pero de eso hace ya cuatro años.

Del universo de esa novela, postapocalíptico, con manipulación genética, muy marcado por el anime de ciencia-ficción, se desprendió más tarde Cucarachas rojas y ahora mismo Corazón azul.

…En Corazón azul, Fidel Castro ha realizado un experimento de ingeniería genética para construir al hombre nuevo y salvar su proyecto. Estos experimentos resultan fallidos: arrojan individuos con trastornos psicológicos, pero altamente inteligentes, que una vez rechazados por el régimen que los creó se unen para destruirlo. En ese futuro alternativo el sistema es muy parecido a China: le siguen diciendo socialismo, pero tras la fachada lo que hay es un capitalismo brutal.

(Llevo filmando Corazón Azul) Cinco años. Lo que no tienes en dinero hay que ponerlo en tiempo: horas frente a la computadora para construir virtualmente el universo que nunca podrías construir en la realidad física, en el día a día de filmar sin permisos y sin extras.

Cada vez que me he acercado a pedir dinero a las instituciones me han rechazado. Las personas que han servido como mecenas en mis películas se han acercado a mí por voluntad propia. Esto es importante, pues cuando eres tú el que toca las puertas, tienes que estar dispuesto a aceptar compromisos.

A mí se me hace muy difícil vender un proyecto pues el guion cambia continuamente. El guion no es más que un mapa, un esqueleto sin carne, y ese esqueleto puede transformarse en una criatura desconocida porque, al ser tan largos los procesos, termino utilizando mutaciones de todo lo que sucede a mi alrededor para integrarlo a la narrativa. Se trata de filmar con la misma libertad de un escritor, que tiene una idea y la escribe.

…yo cada vez opto menos por salir a la calle: con una pantalla verde puedes recortar actores.

En la calle, una vez que montas un trípode tienes diez o quince minutos de impunidad antes de que vengan a interrogarte. Tal vez dispongas de más tiempo, pero tienes que tener la locación estudiada y los actores ensayados para encuadrar y filmar rápido. Es la única manera de ir al seguro cuando estás filmando sin permiso. Y si la locación es muy complicada hay que recurrir a unificar digitalmente los distintos escenarios y los actores. El equipo de filmación somos solo yo y mi compañera, Lynn Cruz. Por eso, lo que no tienes en dinero hay que ponerlo en tiempo.


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