Un año más

Creo que al azúcar acaba de subirme...

Bueno, comenzó un año nuevo y, con él, los viejos deseos de siempre. Que si apuntarse a un gimnasio, que si aprender un idioma o a cocinar... Siempre lo mismo. Me gustaría saber cuántos de vosotros ha intentado alguna de estas cosas, pero finalmente lo ha dejado al mismo tiempo que nos dejan las rebajas de enero de los grandes almacenes. Es por eso por lo que hace tiempo que yo no hago listas, aunque, ahora que lo pienso, la verdad es que nunca he hecho ninguna lista de este tipo. Y es que cada cual ha de ser consciente, al menos hasta cierto punto, de sus limitaciones, y yo no tengo, por ejemplo, fuerzas para ir a un gimnasio, aunque ya lo he hecho un par de veces, y en las dos veces se me hizo (bastante) cuesta arriba en más de una ocasión, además de que acabé un tanto aburrido de siempre lo mismo. Cierto que caminar por el campo también puede aburrir un poco al cabo de un tiempo, pero al menos te da el sol y el aire.
Pero bueno, la verdad es que esto de las listas lo encuentro un tanto aburrido. Y es que, en el fondo, ¿para qué hacerlas si, en el fondo, sabes que es probable que más de una (y de dos y de tres...) no la acabes cumpliendo. El gimnasio lo acabas dejando, ya que, si es por la mañana, te da pereza madrugar, y si es por la tarde, porque llegas tardísimo a casa. ¿Y qué decir del régimen? O sea, después de ponerte hasta donde la espalda pierde su regio nombre durante varias semanas, de repente de vas a poner al día. Puede que cuele el primer mes porque vas mal de dinero y que hay que reducir gastos de donde sea, incluyendo la comida, pero en cuanto comienzas ir más desahogado, a las andadas otra vez. En cuanto al idioma, pues si tenemos en cuenta que los cursos suelen comenzar en septiembre, pues como que tampoco es cuestión de comenzar a medio curso. También puedes comprar algún curso por fascículos o hacerlo por internet, pero uno es de mirar al profe a la cara, así que casi lo dejamos para después del verano, aunque durante el mismo puedes hacer un intensivo, aunque el verano está para ir a la playa y no para aprender nada. Además, si tenemos en cuenta que no vamos a ir a playas extranjeras, pues ya aprenderán los guiris nuestro idioma.
Pero de buenos deseos pueden haber tantos como personas. Quizás aprender a cocinar como tu madre, aunque sabes que nunca le cogerás el punto y tendrás que aguantar con lo que la naturaleza te ha dado. Al menos yo personalmente nunca he conseguido cogerle el punto a muchísimos platos, por lo que siempre que cocino intento hacer cosas sencillitas. O sea, que si por esas casualidades de la vida, algún día me pedís que os cocine algo, no os esperéis nada demasiado complicado. Vamos, que haría lo justo para no pasar hambre y punto. Y si tenéis que cocinar para mí, pues tampoco os compliquéis mucho la vida. Con algo a la plancha y poco más ya tendría suficiente.
En fin, ¿qué otros planes habéis puesto o pondríais en vuestras listas de buenos deseos para el nuevo año? Aunque muchos de mis seguidores ya habrán pasado de año cuando lean esto, alguno que otro todavía estará en 2015, como cierta española bostoniana a la cual, por qué negarlo, le he acabado cogiendo cierto cariño (y espero que ella a mí también, aunque tampoco hay necesidad que deje a su marido :)), y la cual aún estaría a tiempo de cambiar su lista. Si queréis pasaros por su blog, lo tenéis en mi lista en la columna derecha (la de amis30porboston).