Reconozco que soy un poco fanática (sin llegar al extremo de esta definición) de los espacios que mezclan piezas, estilos y temporadas. Me transmiten personalidad, arraigo, tradición y a su vez actualidad. Perfectos en ejecución, y que pueden combinarse desde un ático clásico moderno, a un espacio minimalista y vintage.
Esos espacios que nos hablan de una herencia y personalidad y que de un modo u otro nos inspiran en nuestro día a día, pues todos tenemos esa pieza de herencia, recuperada, o que en algún momento compramos, pero que no queremos desechar.
Es por ello, por lo que desde un punto de vista cómodo, descubrirnos este fabuloso ático diseñado por Anne Taberner.
Un resultado mas que envidiable en un entorno de arquitectura clásica, plagado de naturalidad, de confort y donde los espacios se relacionan y unen de un lado al otro haciendo que gane aun mas en amplitud.
Perfecto por combinar a la perfección esa mezcla de estilos de la que os hablaba, y donde hay cabida en un mismo entorno, para sillas Cabriolet, para Eames, o lamparas de araña y cristal sin convertirse en un sin sentido.
Un lugar donde las plantas añaden color, volumen, y le dan naturalidad a cada estancia, convirtiéndose en el espacio perfecto para vivir.
Francamente… un espacio, de 10.
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