Revista Música

Un cachopo llamado Talaso contra los hombres grises

Publicado el 03 noviembre 2016 por Davidrefoyo @drefoyo
Un cachopo llamado Talaso contra los hombres grises
Se cree especial, pero no lo esmiradlo bien

Nacho Vegas

La brisa dejó de ser brisa                              brisa hecha viento
         salvaje                     viento reconvertido en caída
suicidio

Y en la muerte               hipotética muerte

                 solo estabas tú

Pensé en Moisés                    a   b  r  i  e  n  d  o 

      l  a  s   a  g u  a  s
de un lado el Atlántico
                                              y al otro Picos de Europa
en el medio nosotrostext-align-center
2.Nuestros pies ardían con el sudor acumuladochaquetas traídas de Chinatan azules como tu sonrisa azul en los días azules de fiesta azulno transpiraba y el aire luego ciclónnos empujaba a la cimacomo si la cima no fuera un espacio físicouna antena de telecomunicaciones o una cruzmetálica desvencijadacomo si la cima fuese cima y núcleovalle y meseta plato de grabanzos con calloso como si ya sólo nos esperara la bajadabaja      daAsumimos el esfuerzo milimetrado de las coordenadasy ascendimos como bien podíamos haber rodado ladera abajoA un lado el Atlántico, siempre el Atlánticocomo techo frontera límite escapada alambre de espinoo libertadOvejas en lo altocaballos hacia la tierra media y vacasvacasvacas a los lado del senderocomo si el sendero partiera de tu intestinopara convertirse en materiaY subimos al pico y hablamos francésy comimos un bocadillo con sabor de animales indescifrablesdesconocidosNo hubo bandera ni portadas en los periódicosno era un ochomilcomomuchounmildoscientosCoronamos.A un lado el Atlántico como si el Atántico no fuese Atlántico en sí mismocomo si nunca hubiéramos vislumbrado la neblina espesa de las aguas partidasY te quise.Eras valiente y erguida ama de las montañas pastoraeras todo lo que un hombre puede desear allí en lo altolo eras todocazadora transpirable ducha de agua templada hotel de cinco estrellaseras lo que soñé una vez que erasMe di cuenta. Y callé.Descendí el monte pensando en Jesús Nazarenocomo si la cruz fuese una metáfora válida en 2016como lo hubiese sido pasado 1972como si Bob Dylan hubiera mantenido la fe intactadespués de ver aquellas vistas insalubrespostales perdidas en las cintas de correospor qué callar amor calladopara esoaprendimos a chillar en el colegio3.El coche mismo que nos llevó y nos volvió a traer dejó de servirnos de repente/ queríamos competición/ sin la guardia/ sin conos verdes fosforescentes delimitando los carriles/ queríamos correr y nos sentimos pilotos a bordo de un kart/ tú eras una pobre imitación de Fernando Alonso/ vuelta rápida/ conocimiento/ circuito sin secretos para ti/ y yo no era más que un aficionado/ suertudo/ que tomó el lado bueno/ y vencí/ el asfalto no fue testigo/ el asfalto sólo recordaba que detrás/ recortando el espectro como un viento del este/ venías tú/ como viniste una vez/ que no te esperaba/ y en lugar de pasarme/ permaneciste/ por eso golpeé tu lateral/ no quería heridos/ no quería muerte/ quería frenar/ frenar/ f r e n ar del todo y que no aceleraras/ que te quedaras aquí/ los karts son monopolazas/ los karts no entienden de luz/ /Yo no entiendo de oscuridad/ a pesar de mi negrura/ algunas veces______Poemas escritos entre Asturias, León y Zamora en las últimas semanas de octubre que fueron, de pronto, las últimas semanas de vida del viejo David Refoyo

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