Desde hace ya unos cuantos años, su nombre es uno de los fijos en la lista de muchas novias a la hora de iniciar su búsqueda del vestido. Entrar en el atelier de Jorge Acuña es viajar a un sofisticado taller parisino de Alta Costura y al mismo tiempo sentirse como en casa, y en ello reside una de las claves de su éxito. Con él disfrutamos esta semana de un café.
A pesar de tu juventud, se puede decir que eres un diseñador consolidado en España. ¿Cómo ves el panorama de la moda nacional, en concreto el de la moda nupcial?
Creo que hay un movimiento muy interesante en este momento, con diseñadores que trabajamos duro para embellecer a nuestra clientela. La novia española está muy bien informada y cada vez aprecia más la creatividad y la excelencia en la calidad.
¿Tienes un diseñador/a de referencia que te inspira? ¿Una época de la historia? ¿Una musa o icono?
En mis colecciones, hay siempre un punto de partida, ya sea una estrella de cine o un concepto. Pero soy un diseñador versátil, algo en lo que me gusta trabajar. Cada una de mis colecciones es muy diferente a la anterior y manipulo tanto este punto de partida, que el resultado acaba siendo muy diferente a la idea inicial. Me inspira más lo que me imagino de un icono como Katharine Hepburn, por ejemplo, que ver fotos de ella.
Cinco adjetivos que te definan a ti a tu trabajo.
Calidad, elegancia, creatividad, empatía y versatilidad.
¿Cuáles son los tejidos y materiales con los que más trabajáis para la realización de los vestidos de novia?
Cada novia tiene unas características físicas y psicológicas distintas, por lo que no me gusta imponer un estilo. Mi trabajo está al servicio de la clienta y no al contrario. Eso hace que haya realizado vestidos de casi todos los tejidos. Desde el crêpe de Chine de seda hasta el tweed de algodón, materiales completamente opuestos.
Todos tenemos sueños que queremos cumplir, ¿Cuál de los tuyos te gustaría materializar de manera más inmediata?
Acabo de presentar mi nueva colección de Costura, ése ha sido mi último proyecto. El siguiente es seguir trabajando duro para todas las clientas que me están confiando sus vestidos esta temporada.
¿Qué consejos darías a alguien que va a empezar a buscar vestido de novia (y no quiere volverse loca)?
¡Que llame a mi atelier! (risas).
¿Un encargo que te haya hecho especial ilusión?
Ninguno más que otro, de verdad. Todos son especiales. Cada encargo, ya sea un abrigo, un pantalón, un vestido de cóctel, de madrina o de novia, tiene una historia detrás. Todas ellas ayudan a desarrollar mi identidad como diseñador.
Tus claves para una invitada 10. ¿Y para la madrina y madre de la novia?
Que no olvide quién es. La naturalidad es la clave de la elegancia. Personalmente, no me gusta crear vestidos predecibles, pero tampoco quiero disfrazar a nadie. Es ridículo que una madrina de sesenta años vista como una niña de veinte, igual que lo es que ésta se ponga un sombrero en una boda de noche.
¿Una anécdota que hayas vivido como diseñador?
En mi primer desfile me olvidé la maleta en un taxi con la ropa que me iba a poner y salí a saludar con un traje que me llevó un amigo y que me quedaba dramáticamente mal.
Acabas de presentar tu nueva colección, ¿cómo nació y cómo la describirías?
Surgió reflexionando sobre el concepto del glamour y lo irreal y efímero que es. Mi afán ha sido materializarlo en cada una de las piezas que he presentado. Partiendo de la fuerte personalidad y estilo de Katharine Hepburn hasta el romanticismo masculino de la contemporánea Florence Welch. Es una colección muy intensa, con una inmensa cantidad de horas de trabajo. Mi afán es hacer soñar a las mujeres y darles confianza en sí mismas.
Muchas gracias
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