Revista Opinión

Un cocktail raro

Publicado el 12 mayo 2016 por Ildefonso67

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Me escribe por correo electrónico un antiguo y querido compañero del oficio, un excelente profesional y compañero. Buena gente, todavía en los primeros años de la treintena. Como tantos otros, lleva tiempo fuera de la rueda, expulsado del paraíso del trabajo remumerado o el empleo medio digno. Sus reflexiones me dejan muy tocado. Le pido permiso para reproducirlas aquí, no sin cierto pudor. Creo que es importante no olvidarnos de lo que sigue ocurriendo en este país, pese a que los que calzan las botas que nos pisotean pongan ese bochornoso e insultante empeño en negarlo:

“Mi día a día está un tanto marcado por altibajos emocionales donde a veces creo que todo es posible y otras, las más, me cubre el pesimismo más absoluto. He movido el CV y todas esas cosas que se hacen en esa situación y ni tan siquiera entrevistas”.

“Apenas he tenido tres encuentros, y dos nada relacionados con el periodismo, o no sustancialmente al menos, en los que me han llegado a decir cosas como que estaba demasiado preparado (sic) o a ofrecerme un mix ‘preparacontenidosalmismotiempoquecomercial’ demencial y en un tono cutre, imposible de compaginar de todas todas; me hizo gracia porque encima mi no rotundo (las cosas sé que no están para decir no, pero en algunas cosas mis principios son como diques) le dio pie a un “hay mucha gente interesada porque se va a sacar una pasta” (pero el proyecto, cosa curiosa, no sale todavía…)”.

“Frustrado, seguramente. Desencantado, con un punto amargado. Y todos estos adjetivos al final alimentan cierto poso de rencor en un contexto lleno de gurús, donde ves que en otros lados los inútiles que daban lecciones pero no apretaban teclas o, peor, no te dejaban hacer llamadas, siguen haciendo de las suyas por el mundo. No me puedo quitar cierta sensación de fracaso vital, por todo ello. De época equivocada, de camino equivocado… y de brújula rota que no encuentra el norte. Un cocktail raro”.

Todo mi ánimo y mi solidaridad a este compañero, y a otros tantos que sufren esta situación, amigos (unos cuantos, demasiados) y desconocidos (a millares, a millones). Yo he estado allí (y no descarto volver a estarlo). Sé lo que se siente. El desempleo no solo te roba tu fuente de ingresos, también socava tu identidad. No os dejéis. Podrá faltarnos trabajo digno, pero nunca dignidad. Ellos son los malos; nosotros, su amenaza.

PD. Me permito ilustrar esta entrada con una viñeta de El Roto, siempre un certero francotirador


Un cocktail raro

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