Revista Ciencia

Un exoplaneta tinerfeño.

Publicado el 16 noviembre 2016 por Daniel Prieto González @100cerosblog
Es bien sabido que Canarias tiene uno de los mejores cielos del planeta Tierra para practicar la astronomía. Y esta cualidad única en el mundo ha sido, sorprendentemente, aprovechada por las instituciones para fomentar esta ciencia. La máxima autoridad astronómica del archipiélago es el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC), cuya sede se encuentra en la ciudad de La Laguna y que actualmente colabora en varios proyectos internacionales como el Solar Dynamics Observatory (SDO), un telescopio que, como su nombre indica, estudia nuestra estrella. Sin embargo, el descubrimiento del que hablamos es "únicamente" tinerfeño: un exoplaneta descubierto por un estudiante de la Universidad de La Laguna en colaboración con el IAC. También ha intervenido el Observatorio de Ginebra permitiendo el uso de algunos de sus instrumentos.

Un exoplaneta tinerfeño.

Recreación del exoplaneta GJ 536.
(Fuente: www.iac.es)


Se trata de una súpertierra que "habita" a unos 33 años luz de la Tierra, una distancia relativamente corta si hablamos de escalas astronómicas. Las supertierras son un tipo de exoplaneta con una masa entre una y diez veces la de nuestro planeta. Es un cuerpo rocoso que normalmente orbita muy cerca de su estrella, ya que si estuviera más lejos habría perdido menos gas durante su formación y se trataría de un exoplaneta gaseoso. Esto se debe a que durante la formación del sistema planetario, los elementos más pesados (carbono, hierro, silicio, oxígeno...) son atraídos con mas fuerza por la estrella, quedando los elementos como hidrógeno o helio (menos pesados) en la parte exterior del sistema. Un proceso similar fue el que se dio en nuestro sistema solar, quedando los planetas rocosos (Mercurio, Venus, Tierra y Marte) en la parte interior y los gaseosos (Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno) en la zona exterior. Por ello se sabe de la cercanía de GJ 536 b, así se llama el planeta, a su estrella. Además, se ha detectado que "su año", es decir, el tiempo que tarda en dar una vuelta a su astro, dura unos 8 días. Los descubridores de esta supertierra son Alejandro Suárez Mascareño (estudiante de doctorado de la Universidad de La Laguna) y los investigadores del IAC Rafael Rebolo y Jonay Isaí González Hernández, sus directores de tesis. El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista Astronomy and Astrophysics, donde dieron a conocer al mundo su descubrimiento. 
El exoplaneta, con unas 5,4 veces la masa de la Tierra, orbita la estrella GJ 536, una enana roja relativamente fría y cercana al Sol. Las enanas rojas son un tipo de estrella poco densas, bastante comunes (de hecho se cree que son el 77% de las estrellas del Universo, un total de 10^25 aproximadamente y solo en la zona visible) y frías. De media, este tipo de estrellas tiene una temperatura superficial de unos 4000 K, cuando la del Sol es de unos 6000 K. Durante la búsqueda del exoplaneta, los investigadores detectaron que GJ 536 tiene una actividad magnética parecida a nuestro Sol. Todas estas características similares a nuestra estrella hacen que la supertierra se postule como un serio candidato a tener agua líquida en su superficie y quién sabe si vida.
Aunque la estrella sea diferente a la nuestra, la mayor cercanía del exoplaneta hace que se encuentre en la zona de habitabilidad. La zona de habitabilidad es una región alrededor de una estrella donde la cantidad de luminosidad y la de radiación constante es la adecuada para que un planeta pueda albergar agua líquida, una atmósfera con CO2 y vapor de agua. Estos ingredientes son los fundamentales para el desarrollo de la vida. Por ahora, sólo se han hecho conjeturas, pero los datos recogidos hasta ahora lo hacen muy atractivo para estudiar la composición de su atmósfera.
Aunque el descubrimiento se acabe de anunciar, los científicos del IAC ya han puesto en marcha otro proyecto en busca de más planetas rocosos. Normalmente, este tipo de cuerpos suelen ir en grupos (ya se ha visto en nuestro sistema y en muchos otros de nuestra galaxia), por lo que los autores del estudio esperan que GJ 536 b también cumpla con los hechos. Además, están realizando estudios para estudiar la masa y el radio del exoplaneta con precisión, gracias a nuevos instrumentos de medida donde el IAC participa de forma activa en su construcción.
El descubrimiento se ha llevado a cabo gracias a la colaboración de la Universidad de La Laguna, el Instituto de Astrofísica de Canarias y el Observatorio de Ginebra. Durante la búsqueda, los investigadores han utilizado instrumentos como el espectrógrafo HARPS ubicado en el Observatorio de La Silla (Chile) y el HARPS Norte (mismo tipo de aparato), ubicado en el Roque de los Muchachos (La Palma).
Canarias ofrece un lugar único para la observación y para la investigación del Cosmos. Instituciones como el IAC o la ULL fomentan el avance de la astronomía, tanto a nivel internacional como regional, permitiendo a científicos españoles realizar destacados descubrimientos como estos que muy pocas veces suelen tener repercusión, al menos en nuestro país. La ciencia ocupa un segundo plano en la sociedad española e incluso parece que a veces esté muerta, pero descubrimientos como este nos hacen darnos cuenta de que no es así y que nuestro país tiene un gran potencial científico, Sin ciencia no hay futuro.

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