Revista Cultura y Ocio

Un faro en la oscuridad - Fernando M. Cimadevila

Publicado el 15 diciembre 2015 por Tomas

Un faro en la oscuridad - Fernando M. Cimadevila

La edición de Sushi Books no incluye las ilustraciones interiores de Iván Valladares que acompañaban al original, pero lo compensa con una preciosa cubierta a color, obra de Miguel Robledo, que mantiene además unidad estética con la del primer volumen, "El ladrón de sueños".

"Un faro en la oscuridad" continúa la historia iniciada en "El ladrón de sueños" en el punto donde terminó la anterior, desarrollando más en profundidad personajes y escenarios, con lo que el universo literario de Cimadevila va ganando en solidez y en cohesión interna, confirmando lo que ya dijimos en la reseña de la primera entrega: "El mundo secreto de Basilius Hoffman" no es una saga de fantasía juvenil más.

En esta ocasión, Peter Hillman y su tío, el Profesor Basilius Hoffman, viajarán a la Ciudad de los Tejados a bordo del Argestes, para presenciar cómo el Faro de Giuseppe se apaga, lo que permite a la niebla (que mantenía a raya) expandirse sin freno, dominando la Ciudad de los Tejados y amenazando con pasar a nuestro mundo, pues el Somnium, el elemento alquímico que hacía funcionar el faro (y que permite volar al Argestes) está perdiendo su integridad, y con ello sus poderes.


Las circunstancias llevarán a Peter Hillman a caer en la niebla, llegando a la Ciudad de los Despertados, una enorme ciudad ubicada en el subsuelo, bajo la niebla, dónde descubrirá que una gigantesca Máquina mantiene esclavizados a las personas que, privadas de su voluntad, trabajan sin descanso para que la Máquina les permita vivir en sus sueños más agradables y deseados, en una permanente ilusión que los aparta de su vida real.

Sin desvelar más datos de la trama, cabe señalar que "Un faro en la oscuridad" ahonda en el pasado de personajes como Nikolai el Cartógrafo y Rivka, llevándonos al Stalingrado de 1942, bajo los bombardeos alemanes, o del propio Basilius Hoffman, con una revelación, al final de la novela, que ayuda a comprender la vida solitaria del excéntrico profesor. De igual manera, Cimadevila desarrolla la dualidad Gabriel-Duncan, con un papel central para el personaje, y desvela datos importantes sobre el nacimiento de la Ciudad de los Tejados y otros elementos singulares de la saga. Se incorporarán muchos personajes nuevos, pero no faltarán tampoco personajes ya conocidos como los miembros de la Hermandad de Ávalon, Jonás y la señorita Juliet, los señores Spinelli o Jim-Jim, ahora flamante Rey de los Gatos, tan independiente y resuelto como siempre.

Con 240 páginas, divididas en catorce capítulos intitulados (y encabezados, esta vez, por frases sobre la luz y la oscuridad), "Un faro en la oscuridad" está narrada con un estilo muy ágil, con descripciones breves y una adjetivación sencilla, como lo es también el léxico, resultado una lectura adecuada para el público joven, pero que incorpora un doble nivel de lectura destinado al público adulto. La estructura narrativa es algo más compleja que la de "El ladrón de sueños", usando más prolepsis y analepsis, y continuando el relato enmarcado del Principe Iskiel, comenzado en el primer libro, y que Peter Hillman, su autor, titula "La canción de la lluvia".


Cimadevila emplea además un recurso de metaliteratura (hacer coincidir un extracto del Diario del Cartógrafo con un párrafo de la novela) por el cual la historia que estamos leyendo podría ser el propio Diario, del mismo modo que "La historia interminable" era escrita continuamente por el Viejo de la Montaña Errante.

Porque una vez más se trasluce la obra de Michael Ende como gran influencia de Fernando M. Cimadevila, acompañada de Julio Verne, las grandes novelas juveniles de aventuras y mucho ingrediente SteamPunk, perceptible en vestimentas de los personajes, decorados y elementos como el ya celebérrimo Argestes o, en este caso, el aspecto maquinista y deshumanizado de los Traidores.

Como ya dijimos en la reseña anterior, las aventuras de Peter y Basilius son una historia de Fantasía total, y la afirmación se refuerza en esta segunda parte, en la que sabremos más sobre el origen del Somnium, sobre antiguas y sabias razas ya desaparecidas, sobre el Bastón de Mando, sobre el Cartógrafo y su leyenda... se sumarán nuevos misterios como la Orden de Poseidón, y en la que los protagonistas (y los secundarios que los acompañan) harán grandes sacrificios y tomarán decisiones difíciles para vencer a la Máquina. De nuevo, se agradece el carácter incruento y no belicista de la saga, en la que la resolución pasará por construir, y no por destruir, en donde el enemigo tiene un razón para actuar como lo hace y en la que del conflicto puede surgir una nueva situación de armonía y esperanza, aunque la resolución implique la pérdida de elementos fantásticos caros para el lector.


En este sentido, la conclusión de cada volumen de"El mundo secreto de Basilius Hoffman" deja siempre una sensación agridulce, de cierto desasosiego, pues a cada entrega se cierra una puerta a la Fantasía (en esta ocasión, literalmente), algo que entiendo que forma parte del desarrollo de la saga; creo detectar intencionalidad, pero siempre apena que el mundo de Peter y su tío Basilius se aísle cada vez un poco más de la magia y de lo fantástico como precio por vencer los peligros que lo acechan.

En cualquier caso, forma parte del mensaje vitalista que el autor quiere transmitir con su obra, y que se refleja en el texto: "[...] lo único que podemos hacer es aprender del pasado, vivir el presente de la mejor manera posible y soñar con el futuro".

Es notable, por una parte, la capacidad de Cimadevila para crear imágenes, para presentar escenarios fantásticos con descripciones sencillas; y por otra, la cantidad de referencias que establece el universo de Basilius Hoffman, que ya citamos en la reseña de "El ladrón de sueños": la mitología clásica, el ciclo artúrico, las leyendas celtas, el folclore y los cuentos tradicionales europeos...

A mayores, y volviendo al doble nivel de lectura, son llamativos tanto la crítica a la sociedad consumista y al materialismo (de nuevo trasluce la presencia de Michael Ende y su "Momo") como la aplicación del "mito de la caverna" de Platón al argumento, y el juego narrativo entre escenas reales y escenas oníricas.

Un faro en la oscuridad - Fernando M. Cimadevila

De modo que, concluyendo, "Un faro en la oscuridad" no solo mantiene el nivel de "El ladrón de sueños", sino que incluso eleva el listón, mostrando la progresión literaria de su autor, enriqueciendo el universo de Fantasía en el que transcurre la saga, y dejándonos a la espera de su siguiente entrega, "La batalla por Ávalon".


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