Revista Opinión

Un fin de semana en la pesadilla de Merkel

Publicado el 19 junio 2012 por Carmentxu

Los tentáculos de la prima de riesgo entraron ayer en terreno prohibido, traspasaron la frontera de lo permisible y se adentraron en la esfera de lo privado: tuvieron la desfachatez de colarse en mis sueños. Un autodiagnóstico express a primera hora de la mañana de lo soñado durante la noche revela un estado de ánimo protagonizado por la inquietud, la inseguridad, la confusión y, finalmente, el enfado. Porque así acababa el sueño: con un enfado, una reprimenda comedida por la situación a la que había sido expuesta. No voy aquí a contar mi sueño (no es éste un blog onírico), pero sí que era, como casi todos los sueños, surrealista, extraño, perturbador…

Aunque no soy la única: el fin de semana unos amigos y yo fuimos figurantes del sueño coral, también perturbador, que debió tener Ángela Merkel: un grupo de españoles tomando el sol en un pueblo costero, haciendo el aperitivo en un chiringuito y degustando paella al borde de una piscina mientras hablan divertidos de temas superficiales, de sus próximas vacaciones o de sus no vacaciones, pero sin importarles. Sin acritud y sin recortar optimismo, mirando a Grecia pero también a Francia.

Un fin de semana en la pesadilla de Merkel
Y ya de vuelta a la realidad, la otra cara de la moneda, tan cruda, tan cerca que casi podemos tocarla: la prima de riesgo escalando las más altas cotas de nuestra miseria, parafraseando una vez más a Marx, siempre Groucho. Ayer nos salvó Casillas, pero hoy no nos salvará De Guindos en tan desigual batalla. De Guindos clama justicia a los mercados, cuando precisamente estas mareas especulativas se rigen por parámetros nada reales y viven en los sueños de riqueza, inseguros también, temerosos del riesgo, huidizos y peligrosos como un animal herido. Y, como en una pesadilla, zigzagueando en la loca carrera de la especulación y la búsqueda de beneficio rápido y saciante. No hay justicia en las pesadillas. Tampoco en las salas de contratación de las letras a 12 y 18 meses que se subastan hoy ni en los parqués de los bonos a dos, tres y cinco años, que provocarán nuevos aspavientos el jueves.


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