Revista Comunicación

Un FiSahara desde la sala de prensa

Publicado el 07 mayo 2014 por Miguelm86

Cuatro años después he vuelto a pisar los campamentos de población refugiada saharaui en Tinduf (Argelia). Cada viaje es distinto, cada momento se vive de manera diferente. Volver allí, con motivo del FiSahara 2014 y formando parte del equipo de comunicación (junto a los enormes Sato Díaz, Carlos Cazurro, Guille Chapa y Mikel Cano) se antojaba una experiencia aún más distinta que las anteriores. Tirando de tópico, como dice el makin of de 2013, montar este festival puede parecer un milagro. Uno, que no cree en los milagros se da cuente estando allí, desde “dentro”, que los milagros se hacen posibles por el esfuerzo minuto a minuto de todas las personas que rodean al evento. Desde la directora ejecutiva hasta el último saharaui de la wilaya de Dajla todos ponen el cien por cien para que un festival de cine en un campamento de refugiados se haga realidad. El evento sirve para que durante varios días se pueda llegar a conocer el conflicto en diferentes puntos del planeta. En especial España, claro, pero también en Sudáfrica, Italia, EEUU, Reino Unido, Bélgica o México, entre otros. Para mi ha sido un viaje distinto, con poco tiempo para palpar y empaparme de conversaciones y escenas cotidianas de la vida saharaui. Intentar facilitar a los periodistas su trabajo durante estos días requiere un tiempo y un esfuerzo que se ve recompensado sólo por el hecho de que haya habido más personas a las cuales les haya llegado la lucha del pueblo saharaui. A pesar de ello, me quedo con muchos recuerdos en mi cabeza que a base de pinceladas describo a continuación. Las clasifico por personas, o mejor dicho “personajes”. Porque al fin y al cabo de eso trata este conflicto, de personas con sueños y derechos que no se cumplen.

general

Azmán y Naama

Saharauis que rondarán la cincuentena. Hablan perfecto castellano y son los responsables de que durante los días del festival se difundieran noticias en los medios de comunicación. Con estudios en Telecomunicaciones, entre ambos montaron la instalación necesaria para que la sala de prensa tuviera Internet a velocidad adecuada. Un oasis de wifi occidental. Si algún periodista tiene problemas con la conexión, Azmán, con su tranquilidad cubana-saharaui se acerca y lo soluciona en cuestión de minutos. “Mientras algún periodista esté trabajando o tenga que enviar algo no me importa abrir más horas la sala de prensa, pero es que hay algunos que se dedican a chatear”, afirma en más de una ocasión. El ritmo de trabajo es alto, por lo que las conversaciones profundas e interesantes con ambos no son frecuentes. Cuando surge la ocasión, casi por casualidad en un momento de descanso hacia las 12 de la noche, Azmán nos descubre un saharaui con nacionalidad española, familia e hijos, que prefiere resistir como refugiado para no dejar su lucha.

Plataforma Gritos contra el Muro

La jaima de este colectivo saharaui, situada al lado de la sala de prensa, ha sido un ir y venir de historias, de declaraciones, de titulares. “Necesitamos jóvenes saharauis combativos”, nos decían algunos periodistas. Mirábamos a esta plataforma y allí estaban, con sus camisetas y un panel de fotografías de manifestaciones realizadas tanto en España como en los Territorios Ocupados y,por supuesto, frente al Muro de la Vergüenza. Todos los saharauis son combativos sólo por el hecho de haber nacido en los campamentos, pero esta Plataforma lucha contra la desidia con diferentes acciones reivindicativas. Muchos, en este punto de su vida en el que no tienen nada que perder, son partidarios de retomar las armas y están dispuestos a morir por su causa. Son críticos con algunos aspectos del Frente Polisario, pero eso no les desune, como ellos dicen, “todos somos el Frente Polisario”. Mención especial para Tiba, un joven viejo saharaui (en palabras de mi compañero Sato el pasado año) se ha hinchado a hacer entrevistas representando un discurso presente y entendible aunque no lo compartas. “No me he quedado del todo a gusto, debería haber dicho más cosas”, nos dijo tras participar en el programa Carne Cruda, grabado en su haima.

Omar Slama y Abdulah Arabi

Realizar las labores de comunicación en este festival no sería posible, evidentemente, sin el apoyo de las personas saharauis que conocen a las autoridades,saben moverse y son capaces de traducir. Destaco a dos por encima de todos. Por un lado Omar Slama, un joven que vive habitualmente en Bilbao pero que viaja asiduamente a los campamentos, y más si es para ayudar a que su causa se difunda. Ha hecho de guía y traductor eficiente para un grupo de periodistas. Ha tenido que traducir también mesas redondas cuando había contratiempos. Ha subido fotos e información a su Twitter. No ha parado, como tampoco Abdulah Arabi, delegado del Frente Polisario en Madrid. “A ver, vamos tachando cosas pendientes”, nos comentaba respecto a las peticiones de entrevistas que nos hacían los periodistas. Con el teléfono en una mano y en la otra el walkie talkie que llevábamos los miembros del equipo, las cosas iban saliendo. También ha ejercido de traductor cuando ha hecho falta. A pesar del agobio y el ritmo, siempre sacaba tiempo para una sonrisa o una broma. “Ya soy un pasajero más”, me dijo sonriendo satisfecho al subir al avión de vuelta.

Periodistas

Con los que más he hablado durante estos días. La sala de prensa parecía en determinados momentos una torre de babel con periodistas de diferentes nacionalidades. Han trabajado a destajo, se han emocionado, se han reído, se han cabreado (poco) cuando algo no salía como estaba previsto (desgraciadamente más habitual de lo que nos gustaría)….Y seguro que se han llevado un trozo de desierto en su memoria. Un placer conocer y trabajar junto a grandes profesionales de diferentes ámbitos.

Youness Belghazi y Samia Errazouki

Fue complicado ver a Youness no sonreír. El joven cineasta marroquí no perdía el sentido del humor pese a que sabía que su vida podía cambiar por completo tras este viaje. Es amigo (y productor) de Nadir Bouchmouch, que viajó el pasado año desde Estados Unidos. Residente en Rabat, es un marroquí valiente, crítico e independiente. “El pueblo saharaui no será libre mientras no lo sea también el pueblo marroquí” afirma en una entrevista.  Volvió a Marruecos, con decenas de cartas de niños saharauis para otros niños marroquíes, sin problemas, aunque habrá que estar atentos. Tampoco dejaba de sonreír Samia, periodista de origen marroquí pero con pasaporte y residencia en EEUU. Ambos viajaron al muro el último día de festival. Allí,grabados y fotografiados por su propio ejército que, visto lo visto estos días, seguro no les representa.

Youness al recibir las cartas de los niños saharauis./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Youness al recibir las cartas de los niños saharauis./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Iván Prado y Pallasos en Rebeldía

Desde las 6:00 del Martes 29 cargando cajas de material en la oficina de CEAS-Sahara hasta las 00:00 del domingo 4 recogiéndolo en el aeropuerto, Iván Prado ha demostrado una energía inagotable. Formando parte del equipo nos ha dado las risas necesarias y el ánimo adecuado para no distraernos cuando había que hacerlo, para reírnos cuando había que hacerlo. Junto a él, el grupo de Pallasos en Rebeldía: Abraham (y el pequeño Olmo), Guille, Rossina, Aline y Artur. Han entretenido a niños y mayores con espectáculos diarios, bajo un sol abrasador o sufriendo “sirocos de rebeldía”. También en el muro hicieron de las suyas. Tremendos. “Hasta el final, Guille, hasta el final”, decía Iván mientras subía a su compañero a hombros ya en el aeropuerto de vuelta. Un Iván que 8 horas después de llegar de FiSahara emprendía rumbo a Río de Janeiro para otro festival de clown, esta vez en favelas. Tremendos todos. Mis respetos.

Pallasos en Rebeldía./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Pallasos en Rebeldía./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Mariem Hassan y Sebastiao Antunes

Se presentaba como uno de los platos fuertes del festival. La cantante saharaui más internacional volvía a los campamentos de refugiados para quizás ofrecer su último concierto. Su estado de salud así lo advierte. Le acompañada para la ocasión un cantante y guitarrista ciego portugués, Sebastiao, buena muestra de la mezcla y fusión que ha desarrollado la saharaui durante su carrera profesional. En el campamento se notaba expectación. Mariem cantó, quizás no sus temas más conocidos, quizás no con la energía deseada. Pero fue bonito, muy bonito. En palabras de Sebastiao: “En los ensayos en la jaima, ha ido todo bien y nos hemos preparado para poder entendernos en el escenario. Pero en el concierto, al escuchar cantar a Mariem a mi lado, he sentido una fuerza desconocida que me ha dado una energía increíble. Un ¡vamos allá! (let’s go!) que me ha lanzado de un modo imparable. Nunca había tenido una experiencia como ésta”.

Mariem Hassan en directo./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Mariem Hassan en directo./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Sidi Mohamed Daddach y Andrew Mlangeni

Dos símbolos, de los más “perseguidos” durante el festival. Ambos dos, a la sombra de Nelson Mandela, figura homenajeada en esta edición del festival. El primero, conocido como “el mandela saharaui” por ser el preso político de África que más tiempo pasó en la cárcel tras el sudafricano. El segundo, conocido por ser durante años el compañero de celda de Mandela, realizó comparaciones entre la lucha antiapartheid y la saharaui. Ambos compartieron momentos emotivos, tanto en público en la gala de inauguración como también en privado. Dos luchas, unidas gracias a este FiSahara 2014.

Sidi Mohamed Daddach, Mlangeni y el primer ministro saharaui. /CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Sidi Mohamed Daddach, Mlangeni y el primer ministro saharaui. /CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Cineastas en el refugio y alumnos de la Escuela

Esta edición incluía en la programación un momento tremendamente especial. La primera generación de cineastas saharauis alumnos de la Escuela de Cine Abidin Kaid Saleh estrenaban sus cortometrajes en la pantalla del desierto durante este festival. Grandísima acogida de público fue la que tuvieron. Porque no hay que olvidar esta faceta del festival, el hecho de empoderar a los saharauis para que sean capaces de llevar a cabo sus propias producciones audiovisuales. Fueron tres los cortos premiados en la categoría específicamente diseñada para ello. El primero, para el colectivo “Cineastas en el Refugio”, con su corto “Elarifa”. La cara de ilusión al recoger el premio es algo que sólo pudimos palpar los que estábamos cerca del escenario en ese momento.

Ana Wagener, Sergi López, Inma Chacón, David Riker, Mitko Panov

Los invitados relacionados con el mundo del cine son otra de las patas importantes del festival. Gracias a la invitación a Javier Bardem en 2008 decidió a hacer su conocido documental, “Hijos de las Nubes”. Este año se estrenaba el catalán Sergi López, al que se le ha visto implicado a más no poder. Ana Wagener repetía, esta vez además como parte del equipo, ayudando a coordinar la agenda del resto de invitados y echando manos donde hiciera falta. La presencia extranjera la componían Riker y Panov, que han podido además enseñar sus técnicas a los saharauis interesados en los talleres impartidos por el festival. Y cómo olvidarnos de la literatura de Inma Chacón, quien emocionaba a los asistentes a la gala de clausura con un emotivo texto del que saco este fragmento: “Porque todos somos saharauis, los que vivís aquí y los que venimos desde otras ciudades para apoyar vuestra causa con un arma tan poderosa que es capaz de atravesar cualquier frontera: el arma del cine. Las imágenes y las palabras que gritan con vosotros contra el muro, y que retumbarán en los países a los que volvemos, para que caigan las piedras, para que desaparezcan las minas, para que las flores de vuestras propuestas se conviertan en ramos con los que festejaremos el regreso a vuestra casa”.

Sergi López,Ana Wagener e Inma Chacón/ CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Sergi López,Ana Wagener e Inma Chacón/ CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Maimaja Abidín y familia

Una mujer mayor se acerca al autobús que nos había acercado a nuestra daira (especie de distrito o barrio dentro de Dajla). A oscuras y recién llegados nos coge algunas de las bolsas que llevamos entre los 5 que íbamos a dormir en su jaima hasta el fin del festival. Maimaja nos guía, en silencio y bajo las estrellas hasta su jaima. Nos abre una habitación en la que guardamos nuestras cosas. “Nuestra jaima es vuestra jaima”, nos traduce una de las hijas de Maimaja ya en el otro departamento de su casa. Comienzan a hacer té, nos preguntan qué tal el viaje mientras cada vez entra más gente que nos saluda y da la bienvenida. Luego sale la cena. “¿Podemos dormir al aire libre?”, preguntamos ante el inmenso calor que tenemos. “Claro, como queráis, nuestra jaima es vuestra jaima”. Pasamos muy poco tiempo con la familia durante estos días, lo justo para comer, hacer algo breve de sobremesa o dormir por la noche. Sabemos que no es lo que más les gusta, pero el ritmo de trabajo en FiSahara no nos permite otra cosa. Les pedimos perdón por ello varias veces. Los niños pequeños de la casa despiertan el primer día mirándonos mientras dormimos. Al principio se muestran distantes, pero al llegar el tercer día ya se han aprendido nuestros nombres e incluso van a saludarnos a la sala de prensa. O no se despegan de Guille y Mikel mientras graban con sus cámaras. El segundo día ya nos han agasajado con darrás (traje típico saharaui), pulseras, collares, etc. En una de las sobremesas nos llevan a otra jaima familiar a cantar y bailar. En la última, les leemos, en voz alta, cartas que les han mandado desde España. Escribimos otras nuevas de vuelta. Hablamos de Dajla ocupado. Yo he estado allí, les digo. Aún tengo pendiente enseñarles fotos del lugar. O mejor nos vemos allí, les digo.

Jaima del equipo de comunicación./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Jaima del equipo de comunicación./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Saharauis

“Gracias, gracias por venir desde tan lejos a apoyarnos y difundir al mundo que estamos aquí”. Una frase recurrente, una frase sincera. Cuando el último día de FiSahara te paran tres chicas jóvenes a las que no conoces de nada y te dicen eso, te desean buen viaje de vuelta, el alma se te cae al suelo. Y montas en el avión pensando en la gente que se queda allí, mientras te duchas gastando más agua de la que deberías. Pensando en los miles de saharauis con los que no has hablado pero con los que, inevitablemente, te identificas.

Saharauis en las dunas./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

Saharauis en las dunas./CARLOS CAZURRO-FISAHARA

pd: Mención especial a todo el maravilloso equipo humano y profesional que ha formado parte de FiSahara 2014 y que aún no he nombrado: María, Mayka, Santi, Omar, Mohamed Ali, Ahmed, Mohamed, Sidahmed, Yago, Dani “sonido”, Dani “proyeccionista”, “Kurdo”, Noemí, Yun, Sara, Carlota, Jadiya, Mustafa, Pepe, Stefan….y tantos otros.


Un FiSahara desde la sala de prensa

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