Revista Cine

Un Giorno Speciale, Italia 2013

Publicado el 01 agosto 2013 por Cineinvisible @cineinvisib

Nadie, salvo los cineastas italianos, sabe combinar en su salsa cinematográfica, ingredientes tan diversos como miradas irónicas sobre la sociedad, severos juicios a todos sus estamentos, punzadas a las costumbres del momento, y por encima de todo (que se echa tanto de menos en casi todo el resto de cinematografías europeas), un inflexible análisis y una dura crítica política.   G1Películas como Díaz o La grande belleza sólo se pueden producir en Italia. Su pasado de cine político, comprometido y actual, pese a los impedimentos que encuentra en  el camino, continúa imponiéndose y logra llegar a buen puerto. Quizás haya más que criticar allí (si soy sincero, no lo creo) pero no debemos olvidar que, históricamente, este país suele ser la antesala de lo que luego llega al resto del Europa.  G2La última sorpresa viene de la mano de una veterana de su cine, Francesa Comencini, en forma de una discreta comedia (su octava película) que, bajo una discreta apariencia sentimental, esconde una lúcida y radical crítica a la sociedad de corrupción, exposición mediática y dinero fácil en la que se ha convertido el país. Italiano (por si alguien había pensado en otro estado de la vieja y cansada Europa).  G3Una hermosísima italiana de las afueras de la ciudad eterna se prepara, ayudada por su madre, para una cita importante. Muy, muy importante. Se impone peluquero a domicilio, vestido novísimo y cortísimo, maquillaje espectacular. Pero ¿a quién va a ver esta bella italiana? Un cochazo viene a buscarla con un jovencísimo chofer (tanto como ella y también de las afueras), en su primer día de trabajo, para llevarla al centro de Roma.

Unas horas de retraso con su cita: un senador que le abrirá las puertas del mundo del espectáculo a cambio de…ciertos favores (habituales, según parece, entre los presidentes de esta república decante en sus costumbres políticas). Los minutos pasan, las lenguas se desatan y las confidencias también.

G4
Ciertas semejanzas la aproximan a Desayuno con diamantes. En este caso, será más bien, almuerzo con langosta pagada por el erario público. Pero lo más alucinante es que la directora, en solamente hora y media, y con esta pareja como medio catalizador, analiza un cierto sistema de trabajo italiano y el comportamiento de una clase política y clerical que ha perdido, hace ya mucho tiempo, el sentido de la decencia. Todo bajo el velo de una comedia sentimental, ¿quién da más?


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