Revista Cultura y Ocio

"Un hotel en ninguna parte", de Mónica Gutiérrez´: una historia llena de magia

Publicado el 09 julio 2014 por Lidiacasado

Ficha técnica: 

Título: Un hotel en ninguna parte   Autora: Mónica Gutiérrez   Editorial: Amazon  Género: novela contemporánea, romántica Páginas: 186  Publicación:  2/6/2014   ASIN: B00KQVQ43U

Sinopsis (editorial):

  ¿Quién dijo que las segundas oportunidades no podían ser las mejores? No importa lo mucho que te escondas: cuando el amor viene a por ti, te encuentra.  A Emma Voltarás no le queda nada: ni trabajo, ni casa, ni pareja. Por eso acepta una oferta para trabajar todo el invierno en El Bosc de les Fades, un hotel escondido en un bosque. Allí aprenderá que todo lugar extraordinario esconde secretos pero ¿no es ese el mejor punto de partida para empezar de nuevo? Y es que cuando no te queda nada allí de donde vienes no tienes más remedio que seguir adelante.  Emma pronto descubrirá que la amistad puede encontrarse en cualquier lugar, por muy escondido que esté, quizás de la mano de una camarera de habitaciones hada madrina, o de una niña extraordinaria, o de un viejo escritor necesitado de ternura, o de un cocinero que le abrirá las puertas de los escenarios, o de un surfero que se hace mayor a su pesar, o de una jardinera susceptible; o, quizás de la mano de un hombre huraño y maravilloso capaz de devolverle la ilusión por volver a bailar sobre zapatos de cristal entre las flores de un jardín encantado.  Sin mapas. Sin prisas. Sin condiciones. Ven a perderte en El Bosc de les Fades.
 Lo dije en Twitter mientras leía esta novela. Bueno, en realidad, poco después de empezar a leerla: Un hotel en ninguna parte es como una de esas personas con las que empiezas a hablar y, cuando quieres darte cuenta, han pasado dos horas y ni te has enterado. Porque estás a gusto. Porque estás bien. Porque te sientes en buena compañía. Porque te interesa lo que te cuenta. Y porque, además, te lo cuenta bien.
   Leyendo esta novela he tenido la sensación de que Mónica Gutiérrez era una de esas hadas del bosque que se convierten en uno de los protagonistas más de la obra y que me había hechizado, porque notaba que todo fluía, que todo era fácil, que todo iba rodado, que nada chirriaba, que todo era plácido y agradable. Y no porque en la novela no se cuenten algunas situaciones incómodas o algunos pasados duros, sino porque todo encaja a la perfección. Supongo que para que el lector tenga una sensación así mientras lee hacen falta una de estas dos cosas: mucho trabajo o un grandísimo don. O ambas, porque no están reñidas.
   Me ha gustado mucho esta historia de segundas oportunidades, el ambiente en el que nos sumerge (porque nos sumerge, no solo nos lo dibuja para que nos hagamos una idea) la autora y los personajes que se hacen querer, por muy rudos que sean al principio. También me han encantado las múltiples referencias de todo tipo que aparecen en la obra (literarias, cinematográficas, sobre la actualidad...) y, sobre todo, la presencia de la música, otro de los personajes de la obra.
   Y no menos me ha gustado la técnica narrativa que ha elegido la autora para contarnos la historia: una serie de e-mails entre los dos hermanos que han montado el hotel del título y la madre de ambos y entre la protagonista, Emma, y su amiga. Me parece una elección perfecta porque, primero, sirve para caracterizar a los personajes principales a través de la imagen que dan de sí mismos en los mails (lo que cuentan de sí mismos o sus pensamientos, pero también cómo lo cuentan) pero también a través de la imagen que de ellos tienen el resto de emisores. Segundo: agiliza la narración (por ser correos electrónicos, los capítulos son bastantes cortos, lo que hace que leas la novela aún más deprisa). Tercero: deja espacio a la creación de la historia por parte del lector (el hecho de que no haya respuesta a los correos o solo se mencione algo de lo que se ha dicho en esas respuestas hace que el lector llene los huecos, tanto en lo que los interlocutores podrían haber dicho como en su caracterización y sus afectos hacia los emisores). Cuarto: permite cambios de tono y de registro dentro de la novela, lo que enriquece mucho la lectura (no todos los emisores escriben igual y Gutiérrez refleja a la perfección la personalidad de cada uno a través de lo escriben. Por eso, hay lugar para reflexión, para el humor, para la ironía, para los sentimientos... sin que resulte extraño al lector). Y quinto: este intercambio de mails crea un juego muy divertido para el lector, que se siente casi como un voyeur al que se le permite leer el correo ajeno y descubrir lo que unos piensan de los otros. La historia gana, así, en perspectivismo, en punto de vista y en variedad de tonos.
   En definitiva, que me ha encantado esta historia original en algunas cosas, que profundiza en los sentimientos y en las relaciones que establecemos los seres humanos y que está llena de magia, tanto por lo que cuenta, como por el ambiente en el que se sitúa la acción y como, por supuesto, por el estilo personal de Mónica Gutiérrez. Todo un descubrimiento para mí.   Nos seguimos leyendo.
   Gracias a Isi por organizar el sorteo en el que me tocó este ejemplar y la lectura conjunta en la que se enmarca esta reseña.
   Incluyo este libro en los siguientes retos:
  • Reto100 libros: 58/100
  • Reto Generación Kindle: 7/10 


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