Revista Política

Un lugar incómodo llamado España

Publicado el 20 octubre 2016 por Trinitro @trinitro

tc-torosLa identificación nacional es aquello que nos hace querer adscribirnos a una narrativa nacional y no a otra. Aquello que nos hace ser más solidario con un señor que vive a 1.000km de nosotros y no con el que vive a 200km por el mero hecho que forma parte de nuestro país. Define con quien queremos construir un proyecto colectivo, con que “demos” nos queremos identificar. En el fondo cual es el país mental en el que nos movemos.

El problema de España es que se ha vuelto un lugar mental muy incómodo. Su narrativa nacional hace aguas. España como identidad nacional mantiene una tensión entre una forma de patriotismo anclada en el pasado franquismo y una negación de si misma. España debe ser uno de los países donde más personas con identidad nacional española de origen reniegan de esa misma identificación nacional.

Y no es una cuestión de nacionalismos o símbolos. España como proyecto colectivo está cristalizado y congelado en un 1978 irreformable. Las fuerzas conservadoras (PP y Ciudadanos) parecen apéndices de un IBEX35 y de las élites herederas del postfranquismo que partidos de centroderecha modernos. Por otro lado la que ha sido la principal fuerza de reforma desde la izquierda, el PSOE, no solo ha abandonado sus intentos de reformar España (recordemos el proyecto de Zapatero). Ahora mismo sufre una terrible guerra civil entre los que quieren que el PSOE sea otro instrumento más del IBEX35 (el tercer partido clónico junto PP y Ciudadanos) o un tibio partido de centroizquierda sin fuerzas para iniciar reformas de calado.

Podemos ha dado ciertas alas al espíritu reformista español, pero esas alas son de vuelo gallináceo. Las propias tensiones territoriales que han tensionado al PSOE históricamente lo tensionan a él, su deriva reformista tiende cada vez más al PSOE de Zapatero. Por otro lado sólo uno de cada cuatro españoles quiere reformar España realmente. Y eso no lo puede cambiar fuerza política alguna. El proyecto de transformación de Podemos y Comunes es esperar a mejores tiempos de forma indefinida y mientras presentar cambios a medio gas en Barcelona y Madrid.

Los que tenemos la suerte de tener identidades híbridas (catalana y española, por ejemplo) tenemos otra narrativa nacional con la que identificarnos. De ahí que se entienda una parte del crecimiento del independentismo, en muchos casos como la única vía que cuestiona el sistema cristalizado de la España de 1978. Pero para los que no pueden optar por otras narrativas nacionales o se ven obligados a adscribirse al vacío “ciudadano del mundo” o como decía Cánovas del Castillo “ser españoles porqué no pueden ser otra cosa”.


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