Aquel día de verano de 1945 fue el último en que vi el azul del cielo. Por mas que quise guardar en la memoria los colores poco a poco los fui perdiendo. Dejé de ver en sueños los árboles, los montes, las estrellas. Al no recordar la forma de los números, olvidé las fechas y la efemérides.
Ahora estoy enfermo de alzheimer y temo que mis manos no recuerden el relieve del cuerpo de tu madre.