Este mueble, que en la casa anterior de una de nosotras se usaba como telefonera, tras el cambio de domicilio no encontraba su lugar ni su función. Se iba moviendo de habitación en habitación a ver dónde encajar, pero nada...
¿Y si no fuera el mueble en sí, sino su aspecto lo que no encaja? Pues nada, a probar un cambio de look, ¡que la pintura a la tiza en blanco roto hace verdaderos milagros!
Suave lijado en aristas y esquinas...
Y, por supuesto, no dejamos fuera los apagados pomos... ¡Ellos también necesitan aclarar su imagen!
E igualmente la lija hace mella en ellos...
¡Y listo!
Junto al sofá y pegadito a la puerta de la terraza, nuestro auxiliar ha tomado conciencia de su belleza y luminosidad.
Vamos a ver si gusta más ahora nuestro mueble a l@s participantes en el Finde Frugal 127 de nuestra amiga Marcela Cavaglieri. ¿Nos acompañáis?
¡Feliz Fin de Semana!