Revista Ciencia

Un okupa en la chimenea de tomás

Por Ernesto Villodas
UN OKUPA EN LA CHIMENEA DE TOMÁS Esta es la aventura de un cárabo común (Strix aluco) que, durante 12 días, ha mantenido en vela a Tomás Rivero (locutor de Radio Laredo) y su familia. El martes por la noche (24/02/15), Tomás se puso en contacto conmigo para detallarme la sorprendente historia de este cárabo, en ese momento con un futuro muy incierto. 
UN OKUPA EN LA CHIMENEA DE TOMÁS  Desde hacía una semana llevaban escuchando a un búho que se había caído por el tubo (muy estrecho) de la chimenea (2 pisos) para depositarse en el hogar, sin instalar y tapado por un tabique, lo que  imposibilitaba a la rapaz nocturna salir por sus propios medios de su peculiar trampa. Todas las noches acudía otro cárabo y, por lo que me ha contado Tomás, la serenata diaria les ha tenido al borde de un ataque de nervios. Se intentó rescatar con una red de pesca y no hubo manera de que el animal se enredara en ella para sacarlo por lo que Tomás, en un gesto que le honra, decidió abrir el tabique y liberar de este modo al cárabo atrapado. En los vídeo podéis ver el momento de la liberación. Una belleza de cárabo que se mostraba confundido y torpón, debido seguramente a la luz del día, de la que hacía 12 días había sido privado, y que le cegaba, como es normal por otra parte en una rapaz nocturna.  Tras los vídeos pertinentes, llegó el momento de liberarlo y yo, que en esos momentos iba camino de Bilbao, tenía serias dudas de que pudiese volar. Según me explicó Tomás, no hubo ningún problema; En cuanto anocheció se produjo la suelta y el cárabo voló perfectamente a un bosquete próximo como si lo conociese de toda la vida... que probablemente fuese así. Ahora llega el momento de hacerse preguntas: ¿Es un adulto o un joven? ¿Cómo es posible que haya sobrevivido 12 días encerrado? ¿Me ayudáis a resolver estos misterios?   En este vídeo se puede escuchar al ave encerrada. Puede ser clave si alguien sabe si es exclusivo de adultos o jóvenes (yo no lo sé). Los cárabos comienzan su crianza en pleno invierno así que estas en estas fechas es normal ver pequeños en el campo. Sus pollos acostumbran a abandonar el nido aún sin saber volar y con el plumón cubriéndoles el cuerpo pero, en pocas semanas, habrán mudado a un plumaje que dificulta diferenciarlos de los adultos. Le comenté a Tomás que buscase en la "prisión" de nuestro animalito, bolas de pelos y plumas (egagrópilas) para saber si se había alimentado, o había resistido gracias a las grasas acumuladas en su cuerpo. Por lo que me ha comentado no tiene acceso al interior de la chimenea y, como alternativa, me ha mandado este vídeo grabado con el móvil del lugar de los hechos, donde se ve alguna pluma y lo que parece el cadáver de un ave, pero que ya debía estar allí antes de la caída de nuestro héroe. No consigo apreciar si puede haber algo más entre los cascotes. Con estos datos, ¿cómo pensáis que ha superado esta dura prueba? ¡Pensad, pensad! Yo voy a elucubrar una teoría... Por cómo voló cuando se le liberó, pienso que se ha alimentado durante estos 12 días porque de lo contrario pienso que apenas habría tenido fuerzas para tenerse en pie. Las visitas de otro búho todas las noches a la chimenea de nuestro amigo Tomás, me hace sospechar que tienen una explicación: Cebar a través del tubo de la chimenea al desdichado y torpe cárabo. Para que esta actitud tan altruista se dé, pienso que la relación entre ambas aves debe ser muy estrecha. O bien paterno-filial y que los padres cebaran a su díscolo hijo con la esperanza de que pudiera salir por sus propios medios del entuerto... o una relación de pareja en la que uno de los amantes hubiese caído y el otro, desesperado, tratase de salvar a su amad@, esta segunda opción más propia de Romeo y Julieta que de dos cárabos. Yo me decanto por la primera, en la que los adultos acuden a la llamada de su pollo y le alimentan del mejor modo que pueden, arrojando las cebas por la chimenea. Se admiten nuevas soluciones a este apasionante enigma. Lo que está claro es que este cárabo ha tenido un gran instinto de supervivencia y, posiblemente, gracias a la ayuda de sus congéneres y, sobretodo, a la suerte de haber caído en el hogar del locutor amigo de los búhos, podrá ulular en el futuro durante las frías noches de Seña bajo la mágica luz de la luna. ¡¡Muchas gracias Tomás!! 
Pd: Como he dicho al principio de esta entrada, los pollos de los búhos abandonan los nidos antes de saber volar por lo que, si te encuentras con uno, no pienses que está abandonado. Sus padres no estarán muy lejos y lo mejor que puedes hacer es subirlo a la rama del árbol más cercano para que, al llegar la noche, sus padres le sigan alimentando con normalidad. Y esto se puede extrapolar al resto de pollos volantones de cualquier especie que nos encontramos durante la primavera o el verano. Dejadlos en un sitio seguro de los alrededores para no separarlos de sus padres.     

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