Los resultados de la última serie de análisis a los que ha sido sometido el fragmento de papiro al que de modo un tanto informal se ha dado en llamar "el evangelio de la esposa de Jesús" confirman que tiene verdaderamente la antigüedad que aparenta, y se le ha fechado entre los siglos VI al IX de nuestra era.
Tanto la gramática como la caligrafía, la tinta y el soporte indican eso. Ninguna de las pruebas a las que ha sido sometido el fragmento de papiro ha dado resultados que sugieran que es una falsificación creada en tiempos modernos, o que haya sido manipulada después de su confección (como por ejemplo si inicialmente el texto que, al parecer, reproduce un comentario hecho por Jesucristo, dijera "la mujer" y alguien lo hubiera cambiado después por “mi esposa”). Además, el contenido del papiro pudo haber sido compuesto originalmente entre los siglos II al IV.
Teniendo en cuenta todo esto, así como el contexto histórico y otros factores, Karen L. King, profesora en la Universidad Harvard, en Cambridge, Massachusetts, Estados Unidos, ha llegado a la conclusión de que es muy probable que el fragmento fuese creado por cristianos de aquel tiempo.
Esto, obviamente, no demuestra que Jesucristo, como personaje histórico, estuviera casado, aunque tampoco habría resultado raro que tuviera esposa, teniendo en cuenta las costumbres de su época y lugar.
El fragmento de papiro contiene las palabras: "Jesús les dijo, mi esposa", y éste es el motivo de que el documento sea referido a menudo como "el evangelio de la esposa de Jesús". El uso de la palabra "evangelio" no constituye por parte de King ningún intento de reclamar para el documento el mismo estatus canónico que tienen los evangelios oficiales, recogidos en la Biblia, sino una simple forma de identificar al documento por su pasaje más llamativo, el que le atribuye una esposa a Jesús.
En diciembre de 2011, King recibió el fragmento de papiro de su dueño. En 2012, ella lo llevó a Nueva York para ser examinado por Roger Bagnall, director del Instituto para el Estudio del Mundo Antiguo en la Universidad de Nueva York. Después de que la evaluación inicial de Bagnall, basada en la caligrafía y otras características, arrojara el resultado de que el fragmento era antiguo, se anunció públicamente la existencia de este llamativo documento, y a continuación se inició la meticulosa serie de análisis que ahora ha finalizado.
No se sabe nada sobre el descubrimiento del fragmento, que mide unas 1,5 x 3 pulgadas (unos 4 x 8 centímetros), pero se supone que procede de Egipto debido a que está escrito en copto, la forma del idioma egipcio utilizado por los cristianos que se establecieron en la región en tiempos del Imperio Romano.
En el diminuto fragmento, Jesús habla dos veces sobre su madre, su esposa y una discípula femenina. Una es referida como "María". Los discípulos discuten sobre si María es digna de confianza, y Jesús afirma: "Ella puede ser mi discípula".
No se conoce la identidad del autor del fragmento, y probablemente nunca se sepa aunque se encuentren otros fragmentos de este texto. El fragmento hallado es demasiado pequeño como para determinar quiénes pudieron componer el documento, leerlo o distribuirlo. Lo único que se sabe de ellos es que eran cristianos.
Tal como argumenta King, este documento podría dar un motivo para preguntarse si acaso la aportación femenina en el grupo de Jesús y sus apóstoles fue mayor de lo creído, y hasta qué punto dogmas católicos como el celibato de sacerdotes y monjas y su exclusión del matrimonio tienen una base lo bastante sólida en la supuesta soltería de Jesucristo, quien además quizá valoraba el papel femenino en la Iglesia bastante más de lo que lo han valorado en siglos posteriores muchos altos cargos eclesiásticos.
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