Revista Economía

Un palau muy sucio.

Publicado el 08 junio 2017 por Torrens

El fiscal del caso Palau Emilio Sanchez-Ulled hizo hace unos días una exposición del caso en que durante varias horas arremetió contra Convergencia y soltó la ya famosa frase de la “bandera que justifica el atropello a la cartera”.

La contundencia contra la corrupción me parece muy bien, aunque solo sea verbal, y la actuación de dicho fiscal habría sido perfecta si no fuese por un ligero descuido al inicio del proceso. Entre las acusaciones del expediente estaban por supuesto Millet y Montull además del antiguo tesorero convergente, la propia convergencia, Ferrovial, etc., pero faltaba alguien.
El botín obtenido por Convergencia era superior a 6 millones, y por la mitad de esa cifra, hubo un gran amigo de Millet que realizo varios chanchullos con el pirata del Palau, pero seguramente la información llegó a la fiscalía un día en que Sanchez-Ulled tenía libre porque no lo incluyó en el expediente y en consecuencia el asunto no fue ni tan solo investigado. El gran amigo de Millet vive en Madrid y se llama José María Aznar.
Al finalizar su exposición el fiscal Sanchez-Ulled, tal como viene siendo norma de todos los fiscales y jueces obedientes, dedicó varios minutos a glosar, ensalzar, glorificar y enaltecer la Justicia española, total y absolutamente independiente del gobierno y de una pureza absoluta nunca ensombrecida por la política. A los pocos días de esta brillante descripción, el 7 de junio, el Consejo de Europa emitió la segunda de sus serias pero estériles advertencias a España sobre la NO separación de poderes judicial y ejecutivo y situó a España en el último lugar de la U.E. en lo que se refiere a separación de poderes.
Hubiese estado muy bien que al finalizar su discurso el fiscal Sanchez-Ulled se hubiese referido a otras banderas que atropellan la cartera, porque la del PP debe ser de dimensiones estratosféricas. Nos toman el pelo porque nos lo dejamos tomar y encima muchos imbéciles les votan.
Otra secuela del caso Palau ha sido la imputación del ex conceller Germà Gordó y el consecuente lio porque se ha comportado como siempre, dejando rastro por donde pasa.
Siempre he tenido muy mala opinión de este señor porque ha hecho varias demostraciones de tendencia al absurdo. Una de las peores fue cuando a mediados del 2015 se acabó el expolio de Valencia por parte del PP y Compromis y PSPV lo sustituyeron en el gobierno de la CCAA, momento en que se inició la normalización de las relaciones entre las dos Generalitats, la Valenciana y la Catalana destrozadas a propósito por el PP durante demasiados años, y en medio del restablecimiento de relaciones a Gordó no se le ocurre otra cosa que ponerse a hablar insistentemente de los “països catalans” un tema que levanta ampollas a la mayoría de valencianos. Encima ahora está imputado por corrupto, le llamaban el “conseguidor”, que probablemente es lo que le mantuvo en el puesto y no su desastrosa gestión.
Siempre he mantenido que Mas falla en la estrategia, y Gordó es un buen ejemplo de ello. No se puede tener como hombre de confianza a una persona con la catadura de Gordó, y creo que a Mas le costará mucho superar las consecuencias de este error. De entrada la estrategia que está siguiendo, callar, no puede estar más equivocada.


UN PALAU MUY SUCIO.

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